El Mito de la Búsqueda Pasiva

Buscar es Ganar

No sé vosotros, pero cada vez que leo o escucho el término «estoy en búsqueda activa», se activa algo en mi cerebro que me hace pensar sobre el concepto de «búsqueda pasiva«. Que me parece terriblemente fascinante por su propia contradicción.

Ojalá fuera lingüista, seguro que lo entendería; pero no lo soy, así que no dejo de preguntarme ¿por qué seremos así de gilipollas snobs los modernos? Buscar es un verbo; en castellano, un verbo expresa acción o proceso. El verbo es inherentemente activo (con la excepción de los copulativos «ser», «estar» y «parecer»)

Verbos Copulativos

Son dos leones que parecen estar copulando (Imagen de blabla blabla)

Por eso, buscar oportunidades profesionales es doblemente activo en sí mismo. Por el propio verbo en sí (aspecto gramatical) y por lo que implica (aspecto semántico). Cuando buscamos, hacemos lo necesario para encontrar o conseguir algo. En el caso de una oportunidad profesional supone:

  • Conocer o definir tus capacidades
  • Entender quién puede necesitarlas
  • Conseguir el interés de esas personas
  • Convencer a la persona que la empresa / proyecto será mejor contigo a bordo
  • Generar el deseo de la incorporación
  • Negociar las condiciones

Vamos, lo que viene siendo dominar el proceso de Tu Venta Efectiva. Es curioso, pero etimológicamente, no esta claro de dónde proviene el verbo «buscar». Hay una teoría que indica que pudiera provenir del latín «poscere» (pedir).

Auque hay otra teoría que dice que viene del indo-europeo «bhudh-sko» (ganar). Como dice el refrán «beggars can’t be choosers», así que a mí la etimología que más me gusta es esta segunda.

El profesional L’Oreal

¿Entonces, qué es la búsqueda pasiva? La búsqueda pasiva significa que no me voy a tomar la molestia de hacer nada, porque soy un profesional L’Oreal (osea, un profesional «yo lo valgo»).

En ese caso, dejamos de ser el sujeto y nos convertimos en Complemento Directo. Perdemos el derecho a dominar la acción del verbo, y pasamos a ser meros receptores de la misma. Ya no hablamos de buscar, sino de ser buscado (y encontrado)

 Caza Pasiva

Está en Caza Pasiva (Imagen de oresART)

Es Búsqueda Pasiva, porque la persona se convierte en el sujeto paciente de la acción del verbo. Digo paciente porque hay que tener mucha paciencia para estar mirando pasar las oportunidades profesionales por la ventana, o para estar sentado en el sofá esperando que suene el teléfono.

Quizá en ese caso, buscar se convierte en un verbo copulativo: si te dedicas a la Búsqueda Pasiva de oportunidades, puedes darte por jodido copulado. El resto de cazadores que hay ahí fuera no te van a dejar ni las mondas.

Publicado originalmente en LinkedIn Pulse

Cómo disfrutar las Reuniones Improductivas

En ocasiones voy a Reuniones Eficaces

Las reuniones eficaces no existen. Punto. Dejemos de darle vueltas. Dejemos de invertir tiempo y dinero en conseguir que lo sean. De publicar estudios y papers, de inventar metodologías, de publicar carteles en las salas de juntas. Cuanto antes nos demos cuenta mejor. Si usamos el número de resultados de búsquedas en Google como muestra del interés en un término, haceos a la idea de que «reuniones eficaces» con 22 millones de resultados está más cerca de «sexo gratis» (26 millones) que de «calentamiento global» (4,5 millones). Y los expertos siguen sin ponerse de acuerdo en que exista alguna de las tres cosas

Homer Sleep Glass

Mantener una mirada inteligente mientras echas una cabezadita es una opción

Hay muchos motivos por los que una reunión se convierte en algo improductivo, casi tantos como personas. En general, tienen que ver con la falta de interés en el objeto de la reunión, la tendencia a dar vueltas en círculo en lugar de avanzar, la necesidad de imponer el criterio de uno frente al resto, la incapacidad para tomar decisiones, etc.

¿Cómo reaccionamos ante las reuniones ineficaces? Una encuesta de Verizon aporta datos demoledores al respecto:

  • El 96% admite que se ha escaqueado de alguna reunión
  • El 95% confiesa haberse saltado alguna parte
  • El 91% de los encuestados reconce que desconecta y se pierde en sus ensoñaciones
  • El 73% aprovecha para hacer otras cosas
  • Un 39% se echa una cabezadita (malditas sabandijas afortunadas)

5 Trucos para Fingir que Estás en una Reunión

Si eres parte de ese 73% que aprovecha una reunión para adelantar trabajo, responder correos, mantenerte activo en las redes sociales o intercambiar mensajitos con tu pareja, que sepas que estás faltando miserablemente al respeto del resto de tus compañeros. ¿Por no prestar atención? Nah, ellos tampoco lo hacen. El problema es que ellos están perdiendo el tiempo y en cambio tú no. No es justo.

Por eso, y sin que sirva de precedente, aquí tienes 5 trucos para fingir que estás en una reunión. Utílizalos con sabiduría para que parezca que participas en la misma medida que el resto, y procura intercalarlos para que nadie sospeche.

  • Cambia la Perspectiva. Es infalible. Cuando notes que tus compañeros están centrándose en algún micro-detalle de lo que sea, propón dar un paso atrás para ver la imagen global. En cambio, si están hablando de vaguedades de alto nivel, lo que tienes que hacer decir que muy bien, pero que conviene ir aterrizando el tema. En cualquiera de los dos casos, pensarán que eres un maestro de la estrategia.
  • Elige y Elogia. Identifica a la persona que te genere mayor empatía, que pueda subirte el sueldo o que quieras bajar su ropa interior, y elogia su último comentario. Procura no arriesgarte, haz un elogio lo suficientemente genérico que sirva en cualquier situación. «Es una idea interesante, creo que merece la pena profundizar por ese camino y ver hasta dónde nos lleva«. Conseguirás tiempo adicional para acabar un par de slides o cerrar algún bug de última hora.
  • Genera un Debate. Esta es ligeramente contraria a la anterior. Elige a la persona que peor te caiga y sugiere ladinamente que sus argumentos son subjetivos y que eso es un riesgo de sesgo que podría llevar a la toma de una decisión equivocada. No sólo estás alimentando el ego de la mesa, sugiriendo que se va a tomar alguna decisión (ingenuos) sino que además estás contribuyendo activamente al éxito de la misma. Pregúntale con educación en qué datos objetivos se basa, o qué podría hacerse para conseguirlos. Con un poco de suerte, se formará un nuevo Comité o Grupo de Trabajo, del que podrás formar parte para seguir aprovechando el tiempo en tus reuniones.
  • Invoca al Ausente. Por muy masiva que sea una reunión, siempre habrá alguien que no asista. Puede ser porque no haya sido convocado, o porque haya conseguido escaquearse de la reunión. Invocar al Ausente es una forma infalible de abrir una ronda de opiniones, muchas de las cuales pueden llegar a revelar comentarios socarrones, rencillas personales, venganzas pendientes, adicciones, líos amorosos, etc. Cuando notes que se ha llegado a alguna clase de acuerdo, preguntate en voz alta «Me gustaría saber cómo se lo va a tomar Romerales«. Aprovecha para tomar notas en tu CRM personal de las filias, fobias, oportunidades de chantaje o posibles apoyos que necesites a futuro.
  • Haz El Diagrama. Diferentes reuniones requieren diferentes diagramas. Unas veces se articulan en torno a diagramas de componentes, otros diagramas de cajas, a veces se pintarán muñequitos que representen usuarios… Dibujar un diagrama es un valor seguro pero… ¿cómo hacerlo si no estás en la reunión? No importa que no haya una pizarra blanca en la sala de reuniones, acostumbra a llevar siempre un cuaderno para tomar notas, o mejor aún, pide un papel en blanco. Y dibuja El Diagrama. El Diagrama es un arcano incontestable que aplica en cualquier reunión, puesto que relaciona tres conceptos universalmente aceptados y gestionados en cualquier empresa: tiempo, costes y alcance. Cuando lo dibujes, afirma una obviedad, como por ejemplo «No nos olvidemos que esto se trata de equilibrar los tres ejes, ¿o es que vamos a sacrificar alguno?» Habrás generado una estupenda ronda de debate que podrás usar para leer alguna review del último gadget tecnológico, sin saber si quiera de qué se estaba hablando. Recuerda resaltar los ejes mientras los dibujes, siguiendo este ejemplo. Puedes alternar la ubicación de los conceptos entre reuniones, incluso puedes dejar volar tu creatividad pintando el triángulo invertido.
Coste Objetivos Tiempo

El triángulo Coste-Objetivos-Tiempo aplica en cualquier reunión de trabajo y en la mayoría de las Cenas de Navidad Corporativas

Por cierto, si quieres saber cómo he aprendido estos 5 trucos, cuál es mi favorito, o si alguna vez los he utilizado contigo, querido lector, te recomiendo que hables con mi abogado.

Cómo Lograr que una Reunión sea Efectiva

Sólo conozco una forma de lograr que una reunión sea efectiva. De conseguir que sus participantes mantengan la atención y se concentren en lograr los objetivos definidos para la misma. Doy por supuesto que todos sabemos que hay que informar a las personas de qué se espera conseguir, de la agenda de la reunión, convocar con antelación para que se prepare, invitar a las personas que tengan que tomar decisiones, respetar la puntualidad… Todo eso está muy bien.

Pero la clave es la pasta.

Saber cuánto está costando. Exponer abiertamente el dinero que le cuesta a la organización el tiempo de sus asistentes. Y preguntar al final de la reunión si alguien pagaría de su bolsillo ese dinero por recibir los mismos resultados que se hayan conseguido.

Taximeter

El reunómetro es más efectivo si hace «cling» cada 100€ (Imagen de Anthony Gavin)

Por si te queda alguna duda, la forma de calcularlo es sencilla:

  • Suma lo que le cuesta una hora de cada asistente a la organización (no en bruto, sino en total, incluyendo la cotización a la Seguridad Social y demás costes derivados para la empresa)
  • Dividelo por 60 para saber el coste por minuto
  • Multiplica por el número de minutos transcurrido. Para optimizarlo, puedes hacerlo en bloques de 5 minutos (recuerda multiplicar por 5)
  • Y sobre todo, añade el coste de oportunidad. Es decir, lo que esas personas están dejando de hacer por ir a esa reunión.

En tu próxima reunión abre Meeting Ticker  o alguna herramienta similar (siempre y cuando sea en tiempo real) y proyecta el navegador en una pared a pantalla completa.

Si eso no hace que todo el mundo se ponga las pilas para lograr que la reunión sea eficiente, nada lo hará.

PS- Como suele ser habitual en los posts de la categoría «Money Talks», U2 nos recuerda lo duro que es ganarse el sustento

Crítica del Pensamiento Crítico

«No te pago por pensar»

¿Alguna vez has escuchado esa frase? Por ejemplo, porque te la haya dicho tu jefe. O porque se lo hayas dicho tú a alguno de tus  subordinados. O «colaboradores«. Si alguna vez lo has verbalizado, si le has dicho a alguien que no le pagas por pensar, entonces bienvenido, este artículo es para ti.

Lo cierto es que hay modelos de organización (yo más bien diría modelos de liderazgo, o modelos de persona) que fomentan el culto al Líder y a su Visión, considerándoles en propiedad de la verdad absoluta. De esta forma, los «colaboradores» dejan de ser participantes en el proceso y se convierten en meros intérpretes o ejecutores de los designios del líder. Osea, que son «esbirros«.

¿Cuál es el problema con la gente que piensa? En general que se hace preguntas. Y que se las hace a los demás. Y cuando las personas hacen preguntas, pues hay que dar respuestas. Y a veces las respuestas no están preparadas. Las personas que piensan y tienen ideas suelen tener iniciativa, y eso solo trae problemas a aquellos con falta de confianza en su liderazgo.

Por eso algunas personas consideran que su liderazgo se resquebraja cuando se les pregunta, lo que por otra parte no es de extrañar. Si lo piensas bien, o miras a tu alrededor, te darás cuenta de que las personas que no están dispuestas a explicar los motivos de sus decisiones suele ser porque las toman de manera arbitraria. Igualmente, a poco que te fijes, te darás cuenta de que las personas que no dejan espacio a los demás para la toma de decisiones es porque consideran que su liderazgo se debilita. Algo como «si sólo estás aquí para decirme cómo tengo que hacer mi trabajo, pero eso yo ya lo sé, entonces ¿qué pintas exactamente?»

En fin. Las empresas que trabajan en el modelo de Pensamiento Único suelen ser las que más dinero dilapidan en actividades de team building, coaching, captación y retención de talento, etc., y además casualmente no dan resultado. ¿Puede que tenga que ver con que el modelo del Culto al Líder no nos convence?

Lider Supremo

Nadie dijo que ser el Líder Supremo fuera fácil

Lo cierto es que hay una realidad que se impone, especialmente en el mundo de la tecnología y la innovación, que es al que yo me dedico. Las empresas que crecen, se adaptan y sobreviven son aquellas que ponen en valor las capacidades de sus miembros. Sobre todo en un negocio basado en el conocimiento, donde las habilidades de los profesionales son intelectuales, no físicas. No puedes contratar personas con habilidades intelectuales y esperar que no se hagan preguntas.

«It doesn’t make sense to hire smart people and then tell them what to do; we hire smart people so they can tell us what to do» (Steve Jobs)

«Que No a todo»

Todavía recuerdo cierto escándalo en la Comunidad de Madrid en las elecciones del 2003, con unos diputados disidentes del PSOE que propiciaron una segunda vuelta con victoria de Esperanza Aguirre. He hecho mías, e incorporado a mi acervo lingüístico, aquellas declaraciones de la Sra. María Teresa Sáez en una Comisión de Investigación, en la que preguntada por su conocimiento de una serie de pactos, reuniones y personas respondió, con un magistral «Que No a todo» Y se quedó tan ancha.

Recordad la anécdota y a la persona, porque el Pensamiento Críticio no significa «Que No a todo».

Dr No

La siempre inquietante figura del Dr. No

La alternativa a la doctrina del Pensamiento Único o el Culto al Líder, es el Pensamiento Crítico. Se caracteriza por cuestionarse aquellos comportamientos, directrices o afirmaciones que se consideran aceptadas como verdaderas; no con el objetivo de oponerse a algo por definición (Que No a todo), sino por desentrañar si en realidad es la mejor alternativa.

El Pensamiento Crítico aplicado al mundo de la empresa es un proceso esencial para la toma de decisiones. Igualmente se puede aplicar al mundo de la innovación, del diseño y en general, de la venta.

Efectivamente, una de las habilidades que considero fundamentales en el proceso de co-creación e identificación de soluciones creativas es el Pensamiento Crítico. Gracias a él, las personas son capaces de extraer conclusiones y emitir juicios de valor por sí mismos. Es por tanto una habilidad fundamental en una empresa en la que las personas trabajan por objetivos, y además tienen la capacidad de tomar sus propias decisiones.

Cómo caer en la RED del Pensamiento Crítico

Existe mucha literatura al respecto del Pensamiento Crítico, de todo lo que he ido leyendo me quedo con el método RED derivado de los test de Watson-Glaser que publicó Pearson TalentLens allá en los años 20. De 1920 quiero decir 😉

Se trata de un proceso en tres pasos para que seamos capaces de tomar decisiones correctas. Seguro que ya te has dado cuenta de que en general, tu crecimiento profesional suele estar asociado a la responsabilidad, y por ende a la toma de decisiones. Cuanto mejor sea por tanto tu capacidad para tomar decisiones, más preparado estarás para asumir responsabilidad.

1. Reconocer las Suposciones

Paradójicamente, el primer paso del proceso de Pensamiento Crítico no es ir hacia delante, sino hacia atrás, a los orígenes. Antes de dar por bueno o no un argumento o una decisión, tratar de identificar si el razonamiento se basa en hechos objetivos, o existen suposiciones en el punto de partida del razonamiento. Es decir, separar el hecho de la opinión.

En el mundo de la ingeniería es algo natural, quizá porque lo heredamos del método científico: por lo general ponemos en duda una información si no tiene evidencias que la respalde. Sin evidencia objetiva, no se trata de un hecho, se trata de una suposición. Da igual que estemos hablando de un Plan de Ventas o de una propuesta de valor, una suposición implica un vacío de información y por tanto, una decisión que puede haberse fundamentado de manera errónea.

Identificar las suposiciones no signfica que haya que eliminarlas del argumento, simplemente, ser conscientes de ellas, ponerlas en contexto y darles la importancia que merezcan.

Como corolario, una suposición es una información muy valiosa sobre el punto de vista de la persona. Saber que alguien da por cierto algo nos permite conocerle mejor, y a través del desarrollo de la empatía, entender su manera de pensar, sus intereses y creencias.

2. Evaluar los Argumentos

Como dice la RAE, un argumento es un razonamiento que se emplea para probar o demostrar una proposición, o para convencer a otra persona. Evaluar un argumento consiste por tanto en analizar ese razonamiento de manera objetiva, dejando de lado las emociones, los prejuicios  y en general los sesgos.

Efectivamente, cuando nos dejamos llevar por las emociones que nos provoca el asunto en cuestión, o incluso la persona que lo plantea, podemos perder la capacidad de tomar decisiones correctas. Por ejemplo, cuando directamente nos oponemos a las propuestas de alguien con quien personalmente no congeniamos. O al contrario, cuando siempre estamos a favor de lo que dice el colega. Ambas opciones son igual de mediocres.

En general, nuestros prejuicios, la tendencia a estar de acuerdo con nuestras propias creencias, las profecías autocumplidas, o no tener ganas de discutir, hacen que perdamos la capacidad crítica, o que asumamos como buenas decisiones equivocadas.

3. Dibujar las Conclusiones

Cuando se han ponderado o eliminado las suposiciones, y se han evaluado objetivamente los argumentos, las personas están preparadas para llegar a conclusiones. Que se basan en la evidencia, y que no la superan ni la extienden. Y sobre todo, que pueden cambiar si cambia el contexto del problema, el conocimiento o los hechos.

Precisamente el proceso de Pensamiento Crítico basado en hechos y conclusiones que nacen de la evidencia separa el razonamiento de la opinión. La opinión es subjetiva, está relacionada con valores o creencias y cuando se enfrenta tiende a defenderse con vehemencia.

RED Critical Thinking

El modelo RED de Pearson (Watson-Glaser)

El riesgo de la Experiencia

Es duro decirlo, pero si no somos metódicos a la hora de hacer razonamientos y llegar a conclusiones, la Experiencia puede convertirse en enemiga del Pensamiento Crítico. Efectivamente, dejarse llevar por la experiencia personal es uno de los grandes riesgos que se corre a la hora de desarrollar la capacidad de toma de decisión, por el gran componente de sesgo que conlleva. Cuando reducimos el proceso de toma de decisión a las conclusiones que hemos sacado de una vivencia anterior, podemos hacer que todas nuestras decisiones sean sesgadas, basadas en  creencias personales o en la subjetividad.

Ejercitar el modelo RED es una manera como otra cualquiera de incorporar nuestra experiencia al proceso de toma de decisión, al tiempo que tenemos en cuentra otras variables que nos ayudan a que nuestro razonamiento y conclusiones tengan un fundamento sólido. Al fin y al cabo, la vida está llena de decisiones. Y el mundo laboral no digamos. Por eso es fundamental poder tomarlas con criterio.

 

El Gen del Programador Egoísta: 3- La Milonga del Talento

Seguramente a estas alturas de la vida sabes que eres una persona especial: eres un Programador con Talento. Tu Talento te hace valioso para la gente que te rodea: tus compañeros te consideran un Referente, eres el Oráculo que define las tendencias tecnológicas de tu comunidad, el Motor que sustenta el crecimiento de la empresa. ¿He dicho la empresa? Quería decir Tu Empresa, porque al fin y al cabo gracias a tu Talento hay cientos de personas en todo el mundo dispuestas a pagar lo que sea y como sea para que tu código corra por sus sistemas. Cuando digo cientos de personas, quería decir millones de personas, tú y yo sabemos que tu Talento no lo puedes malgastar en algo tan casposo como desarrollar software para terceros, la pasta de verdad está en el B2C.

Magic Andreu

El Magic Andreu nos enseñó que gracias al ilusionismo uno puede ponerse sus propias medallas (Imagen y contratación en magic-andreu.com)

En fin, espero que realmente no te creas toda esa basura del Talento. Si miras alrededor, seguro que coincides conmigo en que conoces a pocas personas que lo tengan. Apuesto que ellos tampoco creen que lo tengas tú. En cuanto sigas un poco más ese razonamiento, te darás cuenta de que el Talento es algo más bien escaso; y que por ahí hay gente ganado dinero, vendiendo libros y dando charlas, a costa de personas que se regodean en su autocomplacencia. Diciéndole a la gente lo que quiere oír porque eso les hace sentir mejor. Creo que algo que tienen en común las personas con Talento es que no son autocomplacientes.

 Autocomplacencia

1. f. Satisfacción por los propios actos o por la propia condición o manera de ser.

Yo hoy no voy a hablar de los Programadores con Talento, sino del Programador del Montón (a mucha honra, eso sí), y sobre cómo su egoísmo es su principal arma para dejar de serlo. Egoísmo en el sentido de hacer aquello que es lo mejor para uno mismo. Exacto, por fin vamos a cerrar la Trilogía del Gen del Programador Egoísta.

Cifras y Letras

Hay por ahí una empresa que se llama IDC que se dedica a hacer estudios e informes. En el informe “2014 Worldwide Software Developer and ICT-Skilled Worker Estimates” repasaron el sector TIC de 90 países que cubren el 97% del Producto Interior Bruto mundial. De entrada parece una muestra representativa. Para hacer el informe, procesaron datos estadísticos sobre fuerza laboral de 54 países e instituciones internacionales, datos de formación profesional y universitaria y demás. En fin, ya se sabe, cosas de la gente de la estadística.

Bueno, pues el informe de 2014, decía básicamente que en todo el mundo hay más de 29 millones de profesionales en el sector TIC. De ellos, más de 11 millones son desarrolladores de software profesionales. Es decir, el 37% de la gente que trabaja en el sector TIC tiene un empleo cuya principal actividad remunerada es el desarrollo de software, o la supervisión del mismo. He querido recalcar las palabras “empleo” y “actividad remunerada” porque el informe de IDC apunta además que hay otros 7,5 millones adicionales de programadores aficionados. Es decir, personas que desarrollan software en sus ratos libres, o porque les apetece, pero sin que ello suponga su actividad profesional. Rollo “camarera de día, programadora de noche”, y así.

Cuántos programadores hay en el mundo

¿Cuántos programadores hay en el mundo?

En todo el mundo hay por tanto más de 18 millones y medio de personas tirando código. Para que lo entiendas, es el equivalente a pensar que toda la población de Holanda se dedica al código. O toda la gente que hay en Madrid, Castilla La Mancha y Andalucía. A nivel nacional, el INE consideraba que en 2012 había algo más de 403.000 personas trabajando en empresas del sector TIC. Sin contar universidades, centros de I+D, ministerios y demás.

Donde estan los programadores

¿Dónde están los programadores?

Para hacernos una idea el impacto que tiene la tecnología en el mercado laboral-profesional, comparado con profesiones que se consideran necesarias en el estado del bienestar: según la UNESCO en 2007 había 27 millones de profesores en todo el mundo. En España en 2013 arrancaron el curso 664.000 docentes de enseñanzas no universitarias. La OMS estimaba en 2006 que en todo el mundo había casi 59 millones de profesionales sanitarios, de todos sus estamentos (doctores, enfermeras, dentistas…) En España, en 2012 había 607.000 profesionales sanitarios.

Impacto TIC mercado laboral

Profesiones de referencia social, y la relevancia de España en cada una de ellas

En fin, en España está el 2,46% de los profesores, el 1,39% de los profesionales de la tecnología y el 1,02% del personal sanitario del mundo. Si lo piensas fríamente, en el mundo hay tanta gente dedicándose a la tecnología como profesores, y hay más programadores (aficionados o profesionales) que personal sanitario en toda Europa. Vamos, mucha gente. Y lo más fuerte es que tenemos que creernos que todos ellos tienen Talento. Fuck Yeah. O no.

Where is Talent?

Where is Talent? (Imagen de Infomatique)

Bienvenido Mr. Gauss

En el siglo XIX, un matemático, astrónomo, físico y fucker que se llamaba Gauss, popularizó una distribución de probabilidad de variable continua; que permite representar de forma sencilla comportamientos y características naturales, sociales y psicológicas sujetos a variables incontrolables. Digo que era un fucker, porque Abraham de Moivre ya hablaba de la distribución Normal 80 años antes, pero al final el nombre que se quedó fue el de Gauss.

Aplicando la distribución de Gauss, podemos comprobar que la mayoría de la gente (más del 64%) es “Normal”, es decir, que la ocurrencia del valor de la variable que se mide (su estatura, sus ingresos, su peso, etc) es el habitual, el más frecuente. Cuanto más se aleja un valor de la media (por arriba o por abajo) menor es su frecuencia. Uno de los ejemplos que se suele usar para ilustrar la importancia de la distribución Normal es el de la estatura. ¿De qué depende lo que mida la gente? Ni idea. Pero más o menos todos los españoles somos igual de altos; como más o menos todos los suecos son igual de altos. Porque uno de los principios de la distribución Normal es que precisamente la Normalidad es relativa a la población de la muestra.

Otro de los múltiples ejemplos de características socio-psicológicas sujetas a cantidad de variables incontrolables que se me ocurre es el Talento de los programadores. No se trata por tanto de comparar el Talento de un programador con el de un profesor o un doctor; sino del talento de los programadores comparándose entre ellos. ¿Por qué? Por lo mismo de siempre: porque de esos 29 millones de profesionales TIC, sólo 80.000 trabajan en Apple. Sólo 37.000 en Google. Sólo 600 en Atlassian. Sólo 55 en Whatsapp. Y porque todos compiten entre sí, aunque no lo sepan o no quieran.

La Curva del Talento

 

  • Si representamos con la función  esa distribución de 11 millones de programadores profesionales, nos daríamos cuenta de que el talento del 68,2% es el frecuente, el que se espera: está la media. Algunos pueden mejorar, otros no terminan de despuntar. Esta normalidad afecta a 7,5 millones de personas en todo el mundo (275 mil en España)
  • 1,5 millones de personas destacan sobre el resto. Saben lo que hacen. Seguramente lo reconocen las personas que trabajan con ellos en su entorno cercano. En España, son 54mi personas.
  • 231.000 personas son excelentes. Las personas que trabajan junto a ellos les reconocen como un referente y además se les conoce en sus propias organizaciones y en sitios por los que pasan (clientes, otras empresas, comunidades…) En España, sólo hay 8.500 personas que se merezcan el apelativo de ser un crack.
  • Y en todo el mundo, sólo hay 11.000 personas que son brillantes, reconocidos por propios y extraños, comunidades y foros internacionales como gurús, putos amos, y demás. En España, 400 personas.
  • Y por cierto, hay 1,7 millones de personas que son consideradas por sus compañeros “un poco flojeras”, «paquetes» o «cánceres». En España, más de 60 mil personas entran en estas categorías.

¿En cuál de los grupos crees que estás? ¿En cuál estás realmente? Por cierto.

Mediocre

(Del lat. mediocris)

1. adj. De calidad media

2. adj. De poco mérito, tirando a malo

Dejo que cada cual considere según su propio criterio de autocomplacencia a qué segmentos de la distribución Normal aplica la palabra mediocridad. Como era de esperar, toca repasar las estadísticas y volver a pensar sobre la universalidad del Talento. Y sobre cómo se reconoce a la gente que destaca.

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Descubre cómo demostrar tu valor, o vas de culo (Imagen de keaw_yead_3)

La Parábola de los Talentos

Bien, ya sabemos que la mayoría de la gente tiene “algo” de Talento. No sabemos si mucho o poco, pero lo Normal es que sea equivalente al de la gente que le rodea. También sabemos algunos datos demográficos que nos dicen la probabilidad de que tengamos más Talento que el resto. ¿Qué podemos hacer con el Talento que tengamos?

Para saberlo, echemos la vista atrás a los textos que supuestamente unos tipos que se llamaban Mateo (25:10-30) y Lucas (19:11-27) escribieron hace cosa de 20 siglos. La Parábola de los Talentos, más o menos adaptada, viene a ser así:

Un Rey iba a emprender un largo viaje, y antes de partir liquidó todos sus bienes. Llamó a tres de sus más leales siervos y les entregó parte de su riqueza. A uno dio cinco talentos, a otro dos, y a otro, uno; a cada cual según su capacidad.

Después de muchos años, volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. Cuando se presentó el que había recibido cinco talentos, trajo cinco más y dijo: “Señor, me entregaste cinco talentos, y yo he ganado otros cinco”. Y le entregó diez talentos. El Rey le dijo: “Bien hecho. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré.” Y le dio autoridad sobre 5 ciudades.

Y cuando se presentó el que había recibido dos talentos, dijo: “Señor, me entregaste dos talentos; y con ellos he ganado otros dos”. Y le entregó cuatro talentos. El Rey le dijo: “Bien hecho. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré.” Y le dio autoridad sobre 2 ciudades.

Pero cuando se presentó el que había recibido un talento, dijo: “Señor, yo sé que eres un hombre duro y severo, que cosechas en campos que no sembraste y recoges donde no esparciste. Como tuve miedo, fui y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo”. Y le devolvió la moneda. El Rey montó en cólera y le dijo “¡Ah, perro! ¿Con que sabías que soy un hombre ambicioso? ¡Debías haber invertido tu talento para que al volver yo hubiera recibido lo que es mío con intereses!” Y le expulsaron del reino, le arrojaron a las tinieblas donde vivió entre llanto y crujir de dientes.

Me encanta la parte del llanto y el crujir de dientes. Una forma de reconocer a la gente mediocre es su tendencia a perder el tiempo justificándose, quejándose, lamentándose, y rechinando los dientes. Me pregunto dónde están las citas de Steve Jobs o Albert Einstein quejándose y lloriqueando.

Steve Jobs Excuses

La gente con talento no sabe inventarse excusas

Baila la Milonga del Programador con Talento

Ya sabemos que la vida nos da a todos algo de talento, pero que nosotros podemos encargarnos de construir nuestro propio Talento. ¿Quieres desarrollar el tuyo? Es muy fácil. Sólo tienes que preocuparte por salir de la media y subir hacia las desviaciones típicas, donde está la gente exitosa.

Desde mi punto de vista, hay una serie de cualidades que comparten las personas 10. Todos ellos bailan la Milonga del Programador con Talento.

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Andy Warhol Dance Diagram, c 1962 (Tango) (Gracias a @juancuro y @MayteEspiHermid por la inspiración, imagen de imgarcade.com)

  1. Aprenden por si mismos. Aprender es invertir en el bien más valioso que tienes: tú. Estoy seguro que te gustaría que tu empresa te ofreciese interesantes oportunidades de formación, que no te costasen dinero, que te diera días libres para estudiar (remunerados, también) y te pagase las certificaciones. ¿Y si no lo hace? ¿Vas a quedarte sin aprender? Entonces estás condenado a la mediocridad. Mírate al espejo y di en voz alta que estás dejando que otras personas decidan por ti si vas a adquirir o no nuevos conocimientos y habilidades.
  2. Tienen una mente abierta. No te lo vas a creer, pero hay personas que no se creen en posesión de la verdad absoluta. Admiten otros puntos de vista diferentes del suyo, y no solamente eso, sino que a veces cambian de parecer. Eso es porque tienen una mente abierta. Gracias a ella, aumenta su campo de conocimiento, y con ello su capacidad de resolver problemas. Piénsalo. ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste a alguien “no, aquí las cosas siempre las hemos hecho así”? ¿Qué has pensado cuando alguien te lo ha dicho? Seguramente que era un gilipollas.
  3. Comparten lo que saben. En los años 80 las personas vivían firmemente convencidas de que la información era la fuente de su poder. En la era de Internet en cambio, información y desinformación cabalgan desbocadas en medios online, redes sociales y grupos de whatsapp por todo el mundo. Hay tal exceso de información que la mayoría de las personas tienden a orbitar en torno a sus fuentes de confianza, aquellas que les proporcionan información fiable. En nuestros días, sabemos la diferencia entre información y conocimiento; y que la información no sirve de nada si no sabemos qué hacer con ella. Sabemos que el conocimiento se origina cuando aplicamos a la información nuestro saber, nuestra experiencia, nuestros valores… Cuando sabemos lo que hacer con la información. Compartir tu conocimiento es una forma de poner en valor aquello que sabes, y que puede servir a otras personas; y al hacerlo te conviertes en alguien valioso para los demás. Para otras personas que reconocerán tu Talento. En cambio, ¿alguna vez le has ocultado a alguien tu conocimiento porque te daba miedo perder tu territorio? Sabes en lo que te convierte eso, ¿verdad?
  4. Resuelven problemas. Salvo contadas excepciones, cuando trabajas te pagan para resolver los problemas de otro. Del que te paga, básicamente. Nadie te paga por resolver tus propios problemas, cuanto antes lo interiorices, mejor. Y sobre todo, nadie te paga por crear problemas nuevos, que antes no tenía. ¿Qué opinas del tipo que te va a montar los muebles de la cocina y te dice que, al poner el fregadero, te ha rajado un par de azulejos y que, como ese modelo no se fabrica, ahora tiene que cambiarte toda la pared y que, por cierto, él no lo va a pagar? Esto, que debería ser algo que se enseñe en las escuelas, parece que a la mayoría de la gente no le entra en la cabeza. A la mayoría de la gente. A la gente Normal. Los que están por encima de la media, la gente con Talento, entienden que les pagan por resolver problemas y es a lo que se dedican.
  5. Proporcionan soluciones creativas y sencillas. En nuestra profesión está universalmente aceptado que las soluciones simples son las que mejor se mantienen y eso hará que la gente que te rodea respete tu trabajo. Hay personas que tienden a pensar que cuanto más compleja es la solución que proponen para un problema, mayor es su conocimiento. Cuando en realidad es generalmente lo contrario: hace falta saber mucho y haber resuelto muchos problemas para encontrar la forma sencilla de resolver un problema. Esa forma que cuando todo el mundo la ve se da cuenta de que efectivamente, tiene que ser así. Y desea que se les hubiera ocurrido a ellos. Y ahora dime, ¿alguna vez has visto soluciones tan intrincadas y complejas que te ha sorprendido que funcionasen? Es más, te sientes tentado de tirarlas a la basura.
  6. Son exigentes consigo mismos. Y con el resultado de su trabajo. No se conforman con hacer las cosas a medias. ¿Te has fijado que muchas veces la gente ve algo que está mal, pero no hace nada? Como por ejemplo, un papel tirado en el suelo de una zona común. Lo Normal es pensar que debería ser el que lo ha tirado el que lo tiene que recoger. Lo que se sale de la media es agacharse y recogerlo. Pues en el mundo del software hay personas que ven pasar código con el que no están de acuerdo, pero lo dejan estar porque no es su problema. Y personas que lo arreglan. ¿Sabes cuáles son las que tienen Talento?
  7. Son fiables. El software es algo inherentemente ligado al error. Windows siempre ha sido un sistema operativo famoso por sus pantallazos azules. Ha habido gente que se ha hecho rica explotando agujeros de seguridad de almacenes de bitcoins. El perfil de Mark Zuckerberg en Facebook ha sido hackeado varias veces. Internet Explorer, iOS, OpenSSL… todo el software que puedas imaginar ha tenido que ser actualizado o recibir un bugfix, el único software que no da errores es el que no se usa. Pero eso no quita para que haya personas cuyo trabajo tenga que ser sistemáticamente tirado a la basura (o refactorizado, como se dice ahora) y otras que hagan código a prueba de bombas. La mayoría de los programadores son autocomplacientes a la hora de admitir sus errores. Su software falla como una escopeta de feria pero nunca es por su culpa, siempre se debe a algún factor externo, como que no tuvo el tiempo que necesitaba, o que no le dieron especificado cómo debería hacer las pruebas, o que probar su código es el trabajo de otro, o por la versión de las librerías, o porque hacía calor. ¿Qué piensas cuando tu equipo pierde la final porque hacía calor? ¿Te vale esa justificación? Sabes que son excusas de perdedores: para el otro equipo también hacía calor, y ganaron. Las personas que destacan del resto por su Talento están sometidos a los mismos factores externos, pero son fiables. Se fiable.
  8. Se implican. Un profesional es una persona que hace algo porque le pagan. Como por ejemplo en la frase «me pagan por estar en una oficina de nueve a seis». Un vocacional es alguien que hace algo porque le gusta, y además, le pagan. ¿A quién te gustaría tener a tu lado cuando empiecen los problemas? Porque todos sabemos que antes o después surgen problemas. En los restaurantes a veces la cocina tarda en sacar comandas y es el camarero el que tiene que dar la cara ante un cliente enfadado. O a veces hay que hacer la caja del súper y falta dinero. O una base de datos se está quedando tostada y nadie sabe por qué. ¿Alguna vez has estado en un apuro del que no supieras cómo salir tú solo? Y en ese caso, ¿qué has sentido cuando tus compañeros han mirado hacia otro lado y han dicho que es tu problema? De la misma forma, ¿qué has sentido por la persona que se ha quedado a tu lado para ayudarte? Supongo que has pensado que era alguien Especial. Alguien que anteponía tus problemas a los suyos. Algo que no es muy Normal que digamos.
  9. Son competitivos. ¿Alguna vez has usado la expresión calidad /precio? Por ejemplo, cuando vas a comprarte unas deportivas para correr y te compras las que tienen mejor calidad dado un precio que te parece asequible. O cuando te compras un coche. O cuando eliges un hotel donde pasar las vacaciones. ¿Todos los hoteles de 5 Estrellas son iguales? Supongo que sabes que no, que unos tienen mejores vistas, otros están en mejores barrios, etc. Cuando eres cliente conoces y aplicas en la mayor parte de tus decisiones de compra la relación calidad / precio, salvo en aquellos productos o servicios que adquieres porque te generan un sentimiento (el que sea). Como comprar un iPhone antes que un teléfono Android, aunque cueste el doble. ¿Por qué si aplicas estos conceptos día a día cuando eres cliente no los aplicas cuando eres proveedor? Exacto, porque no has levantado la vista de tu ombligo.
  10. No se lamentan. Todos tenemos problemas. Cada uno los suyos. Deja de lamentarte por ello, hacerlo implica convertir tu problema en el centro de tu vida, si todo lo que haces gira en torno a un problema posiblemente sólo consigas que se haga más grande. ¿No te fatiga la gente que se sienta a tu lado y te pone la cabeza como un bombo con sus penas? Deja de lamentarte, ponte a trabajar y no tires la toalla.

Es posible que me haya dejado algún punto por tratar, estos son los 10 aspectos que he considerado relevantes. ¿En cuántos puntos del decálogo te reconoces? ¿Qué has respondido a las preguntas azules?

A lo mejor te pensabas que estar en el 15% de personas que destacan por encima de la media era algo sencillo. Pero no. Hay un largo camino a la cima si quieres rock & roll.

No me hagas Perder el Tiempo

La Escala Evolutiva de la Organización del Tiempo

Si tuviera que elegir el síntoma por el que alguien pasa de ser sólo-un-tipo-organizado a un Dueño de Su Tiempo es el desarrollo de la empatía, la generosidad y el respeto por el tiempo del prójimo. Es más o menos sencillo aprender a organizarse uno mismo con el método «Motivación, Valores y Objetivos«. Si lo piensas bien, es un método profundamente egoísta, al fin y al cabo parte de los objetivos personales. Eso no quita que en tus valores puedan aparecer la «solidaridad» y el «compañerismo», y entre tus objetivos erigirte en «Paladín de los Desfavorecidos» o «Lord Protector del Reino». Pero reconozco que hasta ahora esta línea de reflexión sobre la Organización Personal y la Gestión del Tiempo parte de uno mismo. Estamos hablando de personas que saben organizar su tiempo, no se habla del de los demás.

En la escala evolutiva de la gestión del Tiempo podríamos establecer los siguientes estratos sociales:

  • Aquellos a los que les da igual lo que hacen con su tiempo. Siguen en el limo primigenio del caos.
  • Personas que saben que necesitan organizarse, pero no saben cómo. Es el peor estado evolutivo: son conscientes de tener un problema, pero no saben arreglarlo.
  • Los que saben cómo organizarse, pero no lo saben llevar a la práctica. Aunque se saben la teoría, fallan en la implementación. Antes o después lo conseguirán.
  • Personas que saben organizar su tiempo. Genial.
  • Y como máximo exponente evolutivo, rozando el Transhumanismo, las personas que están tan organizadas y son tan coherentes de la importancia de la gestión del Tiempo, que no hacen que los demás lo pierdan.

Por desgracia, estos cinco eslabones evolutivos no lo tienen nada fácil: les acechan implacables depredadores ladrones de tiempo.

Tyemposaurio

El temible Tyemposaurio es un depredador insaciable (Imagen de alwarrete)

Los Ladrones de Tiempo

En el día a día somos literalmente ametrallados por actividades que devoran nuestro tiempo productivo. Sin entrar todavía en muchos detalles, cualquier cosa que hace que dediques tus medios productivos (atención, capacidad, pensamiento, etc.) a algo que no te ayuda a lograr tus objetivos; sino que te aleja de ellos, es un ladrón de tiempo.

Se puede perder el tiempo de muchas maneras, he intentado agruparlas en algunas categorías:

  • Aquellas cuyo origen es un modelo organizativo deficiente
  • Las que tienen su origen en una persona que te interrumpe
  • Las que dependen de ti, porque reconócelo, eres un desastre

Modelos organizativos deficientes

Una de las principales causas de pérdida de tiempo viene ligada a un modelo de trabajo deficiente. En este caso, tenemos la suerte de ser víctimas: la pérdida de tiempo se origina por un factor externo propiciado por la empresa, sobre el que posiblemente tengamos poca capacidad de influencia para producir un cambio. Esta categoría es la favorita de los amigos de las excusas.

Algunos ejemplos de pérdidas de tiempo que entran en esta categoría pueden ser:

  • reuniones en las que no se establecen objetivos o se posterga la toma de decisiones (y por tanto, son improductivas) Las reuniones son el mal. Sólo hay un método infalible para controlar una reunión, y es sacar el cronómetro y la calculadora: descubre lo que está costando esa reunión y piensa si merece la pena pagar por ello.
  • indefinición de objetivos por parte de un responsable jerárquico, lo que supone que podamos llegar a empezar un trabajo sin saber lo que se pretende de él o cómo determinar si se ha llevado a cabo correctamente. Estamos condenandos por tanto a dar vueltas, ir y venir, y perder el tiempo.
  • volatilidad de las decisiones tomadas, lo que supone abandonar una línea de trabajo y empezar de nuevo. Es una de las mayores sensaciones de pérdida de tiempo: un cambio de opinión hace que se tire buen trabajo por el retrete. Hace falta madurez para aprender a vivir con estas situaciones.
  • mecanismos de comunicación deficientes que conducen a malos entendidos, tanto de los objetivos, como de las prioridades, condicionamientos, etc
  • dependencias con terceras personas, que no reciben el mismo nivel de importancia en sus tareas, y por tanto, no participan en las nuestras al mismo nivel. Estas relaciones de importancia asimétrica son una de las formas habituales de sabotear (casual o intencionadamente) los proyectos de un tercero.
  • burocracia excesiva, que conlleva que dediquemos un tiempo a actividades que sentimos que no nos aportan valor, y cuya importancia posiblemente no lleguemos a comprender por un problema de comunicación deficiente. Bueno, suponiendo que tengan importancia, claro.
  • siendo la existencia de indefinición de procedimientos el caso contrario del anterior. Hay varias situaciones negativas que pueden darse cuando las personas no saben cómo deben comportarse, por ejemplo: parálisis por la inseguridad de toma de decisión; toma de decisiones inadecuadas que suponen un perjuicio; etc.
  • conflictos de prioridades, uno de los problemas más graves que pueden darse en una organización: supone que hay objetivos que no se han priorizado adecuadamente, falta de medios para llevarlos a cabo, incapacidad de toma de decisión, etc.
  • medios inadecuados para la realización de las tareas, lo que acaba convirtiéndose en desmotivación, hastío y pérdida de productivad.
  • compartimentalización de la información, con las consecuentes pérdidas de tiempo buscando quién es el dueño de la misma, rellenando el modelo 100A para solicitar formalmente que la compartan, etc
  • caos organizativo, modelos de relaciones laborales en los que nadie sabe quién es responsable de qué, ni dónde está nada.
Laberinto

«Estoy deseando ayudar, sólo tienes que entrar en el Laberinto, encontrar el documento de definición de proceso de petición de cambio de tóner, y presentar una instancia con la firma manuscrita de tu responsable» (Imagen de Sterin)

Una de las mejores maneras que conozco para solucionar los problemas de productividad debido a modelos organizativos deficientes es pasar de la poesía a las matemáticas: suma los minutos que pierdes al cabo del día en tareas no productivas, multiplica por lo que le cuesta a tu empresa tu tiempo, proyecta esa cifra a todo el año, muestra el dinero que se está perdiendo e voilà! Si quedan dudas, añade al cálculo a otras personas en tu misma situación.

Las put@$ Interrupciones

Trabajar rodeado de personas te expone a interrupciones constantes. Algunas son necesarias, otras son distracciones (que a veces son necesarias), y otras son pérdidas de tiempo. De cualqueir manera, cuando estás concentrado recuerda que retomar la concentración y volver al punto en el que estabas seguramente lleve más tiempo que la interrupción en sí. Ejemplos pueden ser:

  • las reuniones informales, que al no tener objetivo ni agenda pueden prolongarse inevitablemente, sólo por el interés del tema que se está tratando.
  • ser necesario para otros compañeros, que acuden a ti porque eres una parte implicada en sus propios objetivos y procesos. Algo normal, porque en general no trabajamos solos. Es importante en ese caso que ambas partes acuerden cómo organizarse adecuadamente, lo que podrás hacer básicamente incluyendo la necesidad de colaboración entre las actividades planificadas de todos los implicados. De esta manera, estarás transformando una interrupción en una tarea productiva. De todas maneras, este aspecto da para otra entrada en el post, en la que tengo previsto hablar sobre el carácter profundamente asimétrico de la urgencia.
  • las visitas de cortesía. Reuniones en las que participas por deferencia a tu interlocutor, pero a las que acudes con una sensación previa de pérdida de tiempo.
  • el carácter latino y nuestra tendencia a socializar. Admitamos que nos gusta hablar, tomar cafés, alargar las comidas. Y no quiero entrar en el tema coqueteo interdepartamental. Recordad-el-refranero.
  • el teléfono. Una llamada de teléfono es algo imprevisible: en la mayor parte de los casos no sabes cuándo va entrar, ni cuál es su motivo, ni cuánto va a durar.

La tecnología además nos ha regalado tres tipos diferentes de interrupciones, que también es necesario aprender a gestionar:

  • el correo electrónico. Hay una auténtica obsesión por convencer a las personas que deben tener su Inbox a 0.  Casualmente, las personas que van por ahí haciendo proselitismo del Inbox a 0 venden clientes o apps de correo electrónico, o acaban de publicar un libro. Chorradas. El email es asimétrico, eso quiere decir que la persona que te escribe no espera una respuesta inmediata. ¿Lo entiendes? No espera una respuesta inmediata. No tienes por qué leer tu correo en tiempo real, ni tienes que contestar en tiempo real. Nada que te llegue por email puede ser urgente, y cualquier cretino que te haga una petición urgente por email se merece esperar. (Disfruta imaginándole pulsando F5 en su navegador, o dándole a «Enviar y Recibir» en el Outlook)
  • la mensajería instantánea. Tus compañeros ya no tienen que levantarse para interrumpirte. Pueden hacerlo sin moverse de la silla. Por cierto, a nadie le importa que hayas puesto un estado de «No me molestes». Si la mensajería instantánea te interrumpe no lo dudes: apágala cuando necesites concentración.
  • las redes sociales. Cualquier persona en cualquier lugar del mundo puede interrumpirte. Genial.
Interrupción

Las Interrupciones y Distracciones durante el trabajo pueden ser letales (Imagen de M. Martin Vicente, visible en directo en la calle Milaneses 3)

Tú eres tu propio Ladrón de Tiempo

Admítelo, eres un desastre. Tú mismo eres el causante de tus pérdidas de tiempo. El primer paso para poder solucionarlo es reconocerte en alguna de estas situaciones:

  • no sabes planificarte. No tienes una idea clara de lo que vas a hacer cada día. En general, respondes a los acontecimientos según te llegan.
  • a lo mejor tienes un plan, pero careces de la disciplina que necesitas para llevarlo a cabo
  • al no tener un sistema de trabajo sobre el que saques conclusiones y aprendas, no sabes cuánto tiempo tardas en hacer las cosas, lo que da lugar a que te plantees hitos irrealistas o tan holgados que pierdes el interés en ellos.
  • puede que sepas planificarte, pero como no has realizado tu enunciado de Misión, Valores y Objetivos, no tienes claro el impacto de tus tareas, así que te dedicas a perder el tiempo, marear la perdiz, postergar trabajo y procrastinar en general.
  • o puede que sepas planificarte, has enunciado tu Misión, Valores y Objetivos, y resulta que nada de lo que haces contribuye a que los consigas. Conclusión: desmotivación. Solución: vuelve a empezar.
  • o quizá sepas planificar actividades alineadas con tu Misión, Valores y Objetivos, pero lo que pasa es no sabes decir que No. Esto da para post.
Old Sparky

Culpable (Esta imagen de Old Sparky es de dominio público)

No me hagas Perder el Tiempo

Puede que lo que te voy a decir te parezca una chorrada, pero sólo es una pérdida de tiempo algo que te deja con sensación de pérdida de tiempo. Relacionarte con tus compañeros o ayudarles nunca es una pérdida de tiempo en sí mismo, jamás me oiréis decir eso. Por ejemplo, si tu trabajo consiste en definir procesos organizativos, necesitas hablar con tus compañeros. Si te has planteado como objetivo conocer a tus colaboradores, sus motivaciones y demás, necesitas hablar con ellos. Si quieres construir una reputación online, necesitas las redes sociales. Si quieres crecer profesionalmente, tienes que quitarles problemas a los de arriba.

Lo importante es aprender a saber qué te hace o no te hace perder el tiempo, y eso sólo lo sabes tú. No dejes que nadie te diga que chatear con tus compañeros es una pérdida de tiempo: decídelo tú mismo si por hacerlo no terminas tu trabajo a tiempo, o no con el nivel de calidad esperado. Resumiría el tema de la gestión de las pérdidas de tiempo en algunas reglas clave:

  1. Determina qué es o no una pérdida de tiempo sabiendo si te acerca o aleja de alguno de tus objetivos.
  2. Ojo, que algo te acerque a tus objetivos personales no quiere decir que lo tengas que hacer en ese momento. Ten claras tus prioridades. ¿Qué es mejor, ir a un evento de networking para emprendedores o ver la función escolar de tu hijo? ¿Quién si no tú puede decidirlo?
  3. Cuando alguien requiera de tu tiempo, reconce y valora su necesidad; y luego determina si la debes o no atender en ese momento. Quizá tengas que buscar el momento adecuado para tratarla.
  4. No te dejes engañar: aprende que la urgencia es asimétrica.
  5. Aprende a medir el tiempo que concedes a distracciones e interrupciones, y el impacto que tienen en tu planificación. Si no te has planificado, no sabes el impacto que tienen.
  6. En general, haz saber a otras personas que tienes que hacer otras cosas. No pasa nada, lo entenderán. A ellos también les molesta que les interrumpan. Se llama empatía.

Y sobre todo, recuerda la escala evolutiva de la gestión de Tiempo: no dejes que otros lo pierdan por tu culpa. Espero que este post no te haya parecido una pérdida de Tiempo; si es así, utiliza el formulario para decirme por qué. Gracias 🙂

Los X Mandamientos del Teletrabajo

Yo Teletrabajo, tú teletrabajas, ellos vaguean

La madurez consiste en sospechar cuando firmas un contrato y lo primero que te dan es un ordenador portátil y un teléfono móvil de empresa. Significa que a partir de ese momento tú eres en ti mismo un puesto de trabajo. Yo hace años que lo soy, tengo la suerte de poder trabajar en un cafetería mientras espero entre dos reuniones, o en el asiento de atrás de un Taxi mientras voy camino a un cliente, o en la zona de embarque de un aeropuerto, o incluso en un tren. He llegado a trabajar mientras esperaba en el pediatra. No hay nada como coger el AVE de las 7 de la mañana y ponerse a trabajar mientras el resto del pasaje ronca plácidamente a tu alrededor. Sí amigos, soy una de esas personas que han sido Bendecidas con la posibilidad de trabajar en cualquier lugar y en cualquier momento.

Teletrabajo

Don’t ask, don’t tell (Imagen de moqub)

No es porque escriba este post en mis vacaciones de Navidad, pero lo cierto es que para muchas personas la posibilidad de teletrabar es una lotería. Es algo que se tiene o no se tiene sin saber muy bien por qué; sin que quede del todo claro qué hace que en sus empresas algunas personas puedan teletrabajar, y otras no.

Lo ideal sería que hubiera un Manual de procedimientos, un documento compartido por toda la organización donde se defina claramente el modelo de Teletrabajo, las condiciones y los requisitos; de manera que quede con claridad meridiana lo que se puede hacer, cómo se puede hacer y quién lo puede hacer. Sin embargo, en muchas empresas esto es una quimera. La mayor parte de las veces queda por tanto un sentimiento de arbitrariedad y una sombra de sospecha: si no te dejan teletrabajar es porque eres un vagazo.

De todas maneras, una cosa está clara: Teletrabajar es una de las máximas expresiones de la organización personal del tiempo. Y para hacerlo bien es necesario conocer…

Los X Mandamientos del Teletrabajo

Moses

Hola amigos, soy Charlton Heston y os traigo los X Mandamientos del Teletrabajo (Imagen de Superfloop)

¿Qué es teletrabajar? Para muchas personas, teletrabajar es básicamente, trabajar en chándal desde casa. (He dicho chándal por no decir pijama) Pues eso es un ERROR. Es un error la definición y es un error trabajar en pijama (siempre he dicho que uno de los riesgos del teletrabajo es la decadencia de las personas)

Teletrabajar es mucho más. Es desligar el desempeño de un profesional del lugar físico donde realiza su actividad. Este es en muchos casos el quid de la cuestión, por tanto, merece la pena que lo convirtamos en el Primer Mandamiento del Teletrabajo.

I Mandamiento del Teletrabajo: Si tu trabajo está ligado a la ubicación física desde donde se realiza, es incompatible con Teletrabajar. Punto. No le des más vueltas.

Una vez solventado este pequeño detalle, podemos seguir. Teletrabajar es además permitir a las personas que organicen su tiempo, de forma que determinen cómo y cuándo acometen sus tareas, lo que de alguna manera refuerza su responsabilidad y su capacidad de gestión. Pero eso no significa que todo sean maravillas, también tiene sus inconvenientes. Partiendo de la base de que no eres autónomo o freelance, vamos a repasar exactamente los beneficios e inconvenientes que tiene teletrabajar.

1. Autonomía y Responsabilidad

Las personas que teletrabajan ejercitan su autonomía, ya que son ellos mismos los que se organizan su propio tiempo. Dado que no tienes que desplazarte a la oficina, eliminas esa sensación de pérdida de tiempo que supone el transporte público, los atascos, y las esperas innecesarias. Poder organizar tu propio tiempo es uno de los mayores placeres de la vida.

Sin embargo, para poder ejercitar esta autonomía, tienes que haber dado muestras de que sabes cómo planificarte para cumplir tus objetivos, de manera que no sólo seas capaz de definir cuándo vas a finalizar tus tareas, sino que además puedas anticipar las posibles dependencias u obstáculos que lo impidan. También es necesario que hayas demostrado que sabes «levantar la mano» con la suficiente antelación como para que los problemas se puedan gestionar.

II Mandamiento del Teletrabajo: Si no has demostrado que eres una persona responsable, nadie te va a dar la oportunidad de que organices tu propio tiempo. Y menos todavía si saben que vas por el nivel 700 en el Candy Crush, te acabas de comprar una PS4 o acaban de empezar las rebajas

Esto es importante. Si eres una persona que requiere constante supervisión por parte de tus responsables no te molestes en apuntarte al programa de teletrabajo, ni en solicitar que se monte uno si es que no lo hay. Si lo piensas por un momento verás que tiene sentido: si necesitas que haya alguien pendiente de ti para que puedas trabajar, eres tú el que tiene que estar disponible para que te supervisen. Esto es así. Si teletrabajases, estarías aumentando la carga de gestión de tu supervisión, y por definición, nadie quiere que aumente su carga de gestión a costa de perseguirte.

2. Comunicación formal e informal

Es siglo XXI es (de momento) el siglo de las Redes Sociales. De las personas conectadas. De las personas que colaboran desde cualquier parte del mundo. De la globalización. De las empresas que prestan servicios en múltiples países. De las factorías de software en la India, Latinoamérica o en Provincias. De los equipos de trabajo deslocalizados. Cada vez hay más herramientas que nos permiten comunicarnos en tiempo real. Es una realidad la masificación del ADSL, que permite que las videoconferencias con Skype o Google Hangout desde tu casa vayan como un tiro. Y no nos engañemos, todo el mundo tiene tarifa plana de voz en el móvil. Los que somos «trabajadores del conocimiento» hace años que disponemos de entornos de gestión documental, de colaboración, de gestión de proyectos… Hay entornos de trabajo colaborativos en la nube que permiten que varias personas editen en tiempo real un mismo documento o una hoja de cálculo a la vez. Cada vez es más fácil que un equipo de trabajo esté formado por personas que no necesitan estar juntas para producir resultados.

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NI LO SUEÑES (Imagen de jfilip)

Porque no trabajar en una oficina no quiere decir trabajar solo. Si formas parte de un equipo tienes que estar disponible para el equipo. La mayoría de las empresas han llegado a la conclusión de que las personas tienen que estar disponibles de 9 a 18h, así que si dentro de esa franja  alguien necesita contactar contigo y no lo consigue, posiblemente se vaya a sentir frustrado y decepcionado. Si casualmente es tu jefe date por jodido (Nota: esta relación no es transitiva)

III Mandamiento del Teletrabajo: Trabajar desde casa no quiere decir trabajar solo. Si formas parte de un equipo, tienes que estar disponible para tu equipo. Para eso se inventaron los horarios.

Pero que se pueda no quiere decir que se deba. Muchas veces el contacto directo favorece la productivad de los equipos o la calidad de su trabajo. ¿Cuántas veces has oído a compañeros tener una discusión sobre el alcance de un requisito y te has tenido que dar la vuelta para aclararlo? ¿O sobre cómo implementar una funcionalidad? Exacto: hay una comunicación informal que ocurre de manera fortuita, sin que nadie tenga que programar una call o abrir un hangout, una comunicación que es inherente al ser humano y que no ocurre cuando trabajamos en casa.

IV Mandamiento del Teletrabajo: Cuando la presencia física y el contacto humano favorecen la productivad del equipo o la calidad de su trabajo, las probabilidades de que puedas teletrabajar se reducen drásticamente.

Lo que nos lleva a la importancia de la cohesión del equipo. Formar un equipo significa compartir, y por muchas herramientas que se pongan a disposición de las personas, nada puede sustituir al contacto directo y personal. Por tanto, en aquellos casos en los que este contacto personal es un catalizador, lo más normal es que el responsable del equipo prefiera que la gente esté junta. Eso no quita que puedas teletrabajar de manera puntual (algo es algo)

3. Concentración y Aislamiento

Una de las grandes ventajas del teletrabajo es que reduce drásticamente las interrupciones. No se vosotros, pero yo tengo comprobado que cuando estoy en casa recibo aproximadamente la cuarta parte de interrupciones que cuando estoy en la oficina. Trabajar sin interrupciones es un lujo: permite maximizar nuestra productividad, la consecución de nuestros objetivos y nuestra sensación de utilidad. Todos sabemos lo difícil que se nos hace manejar las interrupciones en el día a día, y más todavía cuando alguien físicamente viene y se sienta a nuestro lado.

V Mandamiento del Teletrabajo: Si el hecho de que alguien te vea o no te vea es determinante para que te interrumpa o no te interrumpa, el hecho de desaparecer de vez en cuando favorecerá tu capacidad de concentración. Vende tu teletrabajo como una necesidad para lograr tus objetivos si son los de tu empresa.

Yo personalmente teletrabajo cuando necesito aislarme del mundo, porque se que en la oficina no hay manera. Sin embargo, este aislamiento puede ser pernicioso en sí mismo. Trabajar sólo favorece la concentración, pero impide la participación en el día a día de la empresa. Y sinceramente, hay que estar. Una empresa es un lugar vivo, donde no dejan de ocurrir cosas y donde a todas horas se toman decisiones (salvo en las Empresas Z, por supuesto) Si tienes interés por crecer profesionalmente, te interesa estar en el meollo del asunto, en el día a día. Te interesa estar delante cuando haya problemas que solucionar, decisiones que tomar; cuando haya que decir «no os preocupéis, que ya me encargo yo». ¿Por qué? Pues porque en eso consiste crecer profesionalmente: en aumentar tu capacidad para resolver problemas. Y si no estás tú, tranquilo, seguro que estará otro.

VI Mandamiento del Teletrabajo: Si teletrabajar te aleja de los centros de toma de decisión, valora si te interesa estar lejos de los centros de toma de decisión.

4. Separación personal / profesional

Muchas personas consideran que el teletrabajo favorece la conciliación de la vida familiar. Hace mucho que se acabó aquello de trabajar 40 años en la misma empresa; los nuevos modelos de relaciones laborales hacen que una persona pase por varias empresas a lo largo de su vida. Los que trabajamos en el sector TIC cambiamos incluso de cliente varias veces al año. Eso significa que uno nunca sabe dónde va a tener que ir a trabajar el mes siguiente. A veces, empezar a trabajar desde casa te permite dejar al niño en la guarde, aprovechar un par de horas desde casa y aparecer por la oficina a las 10:30, después de recorrer la ciudad sin a penas tráfico. Una hora a la que muchos todavía no han vuelto del «desayuno».

Aquellos que no tienen que dejar a los niños en el cole y mantienen su rutina de madrugar son sin duda personas mucho más productivas. Empezar a trabajar en casa a las 8 de la mañana, y no tener que pasarse una agotadora hora repartiendo codazos y empujones en el transporte público, o perdiendo la paciencia en un atasco, supone de media una hora y media de ventaja sobre el resto.

VII Mandamiento del Teletrabajo: Date una ducha por la mañana. Afeitate. No hace falta que te pongas corbata o taconazos, pero no trabajes en pijama. No seas un ejemplo para todas aquellos que dicen que el trabajar desde casa degrada a las personas.

Sin embargo, aunque a priori trabajar desde casa te hace más productivo al evitar todos esos tiempos muertos y te da tiempo para otras cosas (por ejemplo, ir a correr), es importante que tengas un espacio de trabajo, separado del espacio en el que vives. Es importante la disciplina, saber separar física y psicológicamente cuándo estás trabajando y dónde lo haces. Tu salón es tu salón, no es tu despacho. Y sobre todo, no te levantes cada media hora a mirar qué hay en la nevera.

VIII Mandamiento del Teletrabajo: Psicológicamente es recomendable separar tu faceta personal de tu faceta profesional. No trabajes en el salón de tu casa, hazte un despacho. Y recuerda que no es bueno que el hombre esté solo.

Lo cierto es que el hecho de trabajar en casa puede además tener efectos psicológicos, puesto que el ser humano necesita relacionarse con otras personas  para evadirse. En las oficinas, quieras que no, hay momentos de relajación en los que las personas se evaden del trabajo para hablar del fútbol, de lo que han hecho el fin de semana, o del programa de anoche. En algunas oficinas, incluso la gente practica el sexo de manera furtiva. Cuando teletrabajes tienes que buscar estos momentos de evasión personal (me refiero a interactuar con otras personas, no al sexo furtivo, que os conozco) Por eso cada vez están más de moda los espacios de co-working. Los anglosajones inventaron hace un siglo el denominado síndrome de cabin fever, que consiste en la sensación de claustrofobia que padecen las personas que se quedan aisladas en un espacio pequeño durante largos periodos de tiempo haciendo siempre lo mismo.

Cabin Fever

Es mejor no tener hachas a mano cuando teletrabajes (Imagen de tellmewhat2)

El exponente más significativo de cabin fever es el que sufrió la familia Torrance durante su estancia en el Hotel Overlook en el invierno de 1977, que dio lugar a los hechos narrados por Stephen King en su novela The Shining.

5. Conocer tus objetivos

Por último, pero no por ello menos importante. Para poder Teletrabajar, tienes que saber organizarte. Es decir, tienes que conocer:

  • Cuáles son tus objetivos. ¿Qué es exactamente lo que tienes que hacer? ¿Lo tienes claro? Si está sujeto a interpretación y subjetividad, ¿has aclarado las dudas? ¿Tienes un deadline? ¿Estás de acuerdo con él?
  • Cómo reportar el avance. Eso no quiere decir que tengas que estar diciendo cada hora lo que has hecho. Sólo quiere decir que cuando te pregunten debes ser capaz de responder de forma clara y objetiva el avance en tus tareas, y lo que te queda para terminar.
  • Cómo anticipar las dependencias externas. Si hay factores externos que impiden que tu trabajo avance debes comunicarlos lo antes posible. Si ya es malo ver a gente perder el tiempo en la oficina, piensa en la imagen mental que tendrán de ti tus responsables si saben que no puedes avanzar y además no pueden verte. The Horror.
  • Como saber que has terminado. Debes tener claros los criterios (a ser posible, concretos y objetivos) que usarán tus responsables para validar que has acabado con éxito la tarea que te han encomendado.

No es de extrañar que ese sea precisamente el siguiente Mandamiento.

IX Mandamiento del Teletrabajo: Ten claros tus objetivos, cómo vas a reportar su avance y la forma en que vas a demostrar que los has conseguido.

Exacto. Se lo que estás pensando. Que hemos llegado al verdadero problema: como habrás podido comprobar, la mayoría de las empresas no pueden asumir que sus empleados teletrabajen por su incapacidad organizativa de definirles objetivos concretos, mecanismos de seguimiento y criterios de aceptación.

X Mandamiento del Teletrabajo: Si tu organización no es capaz de definirte objetivos, medir su avance y validar su cumplimiento, es una organización incomplatible con Teletrabajar. Punto. No le des más vueltas.

Fight for your rights (to party)

Espero que ahora que conoces los X Mandamientos del Teletrabajo puedas ser consciente de si eres o no un candidato a realizarlo. ¿Lo eres? El primer paso es saber si eres una persona que ha acreditado ser responsable en el desempeño de tu trabajo. Si no lo eres, no pierdas el tiempo. Yo soy de los que por defecto piensa que las personas son honradas y responsables, salvo que se demuestre lo contrario; pero no todo el mundo es así.

Si en tu empresa no hay un plan de teletrabajo, enhorabuena: creo que en este post tienes los argumentos que necesitas para proponerlo y defenderlo con bastante coherencia. Sin que tu responsable piense que en realidad lo que quieres es quedarte en casa en pijama viendo pornografía (VALE, YA LO HE DICHO)

Sin embargo, no pierdas el tiempo. Ten presente que los X Mandamientos del Teletrabajo se resumen en dos:

  • Si tu trabajo está ligado a la ubicación física desde donde se realiza, es incompatible con Teletrabajar. Punto. No le des más vueltas.
  • Si tu organización no es capaz de definirte objetivos, medir su avance y validar su cumplimiento, es una organización incomplatible con Teletrabajar. Punto. No le des más vueltas.

Ya me contarás.

La Tiranía de lo Urgente

Lo Urgente es enemigo de lo Bueno

Teníamos un poco abandonado esto de la gestión del tiempo. Hemos estado dándole muchas vueltas a un tema recurrente, que es aprender a definir lo que es Importante. Por si te lo has perdido, lo puedes leer aquí, aunque el resumen básicamente es:

  1. tener claros nuestros objetivos. «Qué queremos hacer.»
  2. tener claras nuestras tareas. «Cómo vamos a conseguirlo.»
  3. tener claras nuestras prioridades. «Cómo saber si tengo o no que hacer algo.»

Bueno, todo esto nos sigue adentrando en la reflexión de cómo aprovechar mejor el tiempo. Mejor ¿desde qué punto de vista? Desde el tuyo, obviamente. Aprovechar mejor el tiempo no se trata de una cuestión de trabajar más o trabajar menos horas, o de centrarse en la familia, o en los amigos. Una cosa está clara, y es que si dedicamos nuestro tiempo a las cosas que son importantes para nosotros (sean las que sean, que yo ahí no me meto) entonces estaremos contentos porque veremos cómo avanzamos hacia nuestros objetivos. Mientras que si las dedicamos a otras cuestiones que no son importantes para nosotros, nos sentiremos frustrados precisamente por lo contrario. Solamente por haber compartido estas reflexiones y haberos hecho pensar ya podría poner en mi tarjeta que soy un coach (aunque no lo voy a hacer hasta que escriba un libro)

Esperando

Vaya asco de cartas. Si no entra nada urgente en 5 minutos me voy al Club de Oficiales (Imagen de josemite23)

Bien, hemos pensado, hemos definido nuestros Objetivos, tenemos una idea de cómo lograrlos, hemos entrado en un proceso de priorización de nuestras tareas y nos hemos organizado la vida para ser aquello que queremos ser. Y entonces todo se va a la mierda porque sin saber cómo, nos hemos convertido en bomberos.

La Tiranía de lo Urgente

Estoy seguro que quién más quién menos se ha visto sometido por la cruel tiranía de lo Urgente. Tenemos nuestra planificación tareas y prioridades, y de repente algo Urgente (es decir, algo que requiere mi atención) se cuela y desplaza a algo Importante (necesario para que yo cumpla mis objetivos).

Atender cosas Urgentes nos genera una falsa sensación de utilidad. Sentimos que hacemos cosas, que solucionamos problemas, que hacemos que las cosas avancen. Pero ¿qué cosas? ¿qué problemas? ¿Los nuestros? ¿O los de otros? Sí amigos, si vivimos solucionando problemas Urgentes a lo mejor sólo somos máquinas en el engranaje de los objetivos de otra persona. La sensación de frustración y de sentirse utilizado existe por algo. Ser un hamster en una rueda existe por algo. Recuerda: apagar fuegos es lo que tienes que hacer si eres un bombero.

Bombero

Yo aquí apagando fuegos y la compra sin hacer (Imagen de Trico741)

Hay una herramienta muy sencilla para aprender a dar a cada problema la atención que merece. Se llama «Matriz de Eisenhower». Sí, sí, ese Eisenhower. Uno que fue el Comandante en Jefe del SHAEF (Mando Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada), donde sirvieron 8 Ejércitos. No es que fuese un emprendedor ni un gurú, pero reconozco que el tio era un genio planificando, y llegó a Presidente de USA, así que a mí como referencia me vale. La Matriz de Eisenhower es un cuadrado de 2 x 2 en el que se etiquetan las filas y columnas con los rótulos «Importante», «No Importante», «Urgente» y «No Urgente». No sólo nos permite clasificar actividades según el criterio de Importancia y Urgencia, sino que además nos propone cómo encarganos de ellas.

cuadrante

La Operación Overlord era Importante pero no Urgente, por eso tardaron casi 2 años en llevarla a cabo

La idea es básicamente ser capaz cada uno de colocar sus cosas que hacer en una de estas cuatro categorías. Recordemos que «Importante» es aquello que desde tu punto de vista debes hacer para conseguir tus objetivos, y «Urgente» es aquello que requiere tu atención.

  1. Cosas «Importantes» y «Urgentes» pues hay que ponerse a hacerlas. Sobre este punto no hay discusión. La tiranía de lo urgente es un poco más llevadera cuando las cosas son importantes; al menos uno siente que está acercándose a sus objetivos…
  2. Cosas «Importantes» pero no «Urgentes» son aquellas que nos acercan a nuestros objetivos en el medio y largo plazo.  En estas actividades son las que tenemos que trabajar nuestra gestión del tiempo y planificación. Aquí corremos el riesgo de perder de vista las cosas porque no son urgentes, por eso viene bien usar herramientas que te las recuerden, para no dejar que el día a día las entierre. De esta forma, irá pasando el tiempo, y si hemos ido dejando nuestra tarea de lado por otras (o porque hemos estado procrastinando perroneramente) llegará un día en que la veremos amenazadora en el horizonte y o bien nos ponemos a ello, o acabará siendo «Urgente» y se moverá de cuadrante. Siempre y cuando esté recogida en la herramienta de gestión que nos funcione (se llame Evernote, se llame Calendar o se llame Moleskine, pero por favor, que no se llame Post-it) no se nos olvidará y la acabaremos haciendo.
  3. Cosas «Urgentes» pero «No Importantes». Si requieren nuestra atención, pero no son importantes para nosotros, es que lo son para otra persona. Por ejemplo, llamadas telefónicas, mírame esto, oye vente que hay una reunión, etc. Hace falta mucha disciplina para gestionar las tareas que hay en este cuadrante. Supone uno de los grandes temores, que es el miedo a decir «No» (en sus múltiples variantes) Es uno de los «quid de la cuestión» de la gestión del tiempo, desde mi punto de vista: romper la barrera psicológica de decir «No». Obviamente, todo el mundo tiene alguien a quién no se siente cómodo diciendole «No». Un jefe, un cliente, tu pareja, tu madre… Asumo que al cabo del día o de la semana, se me colarán muchas cosas «Urgentes» pero «No Importantes»; pero al final el ser humano es un animal de costumbres. Nosotros nos podemos acostumbrar a decir «Ahora no puedo, estoy terminando (lo que sea)», de la misma forma que los demás se acostumbrarán a que no tenemos ningún problema en ayudar, pero no a cualquier precio. Otra disciplina a ejercitar es la delegación, que consiste en asumir que no es bueno que nos echemos todo a la espalda, pensando que los demás son unos inútiles que no van a saber hacerlo bien. Otro día hablaremos sobre la delegación.
  4. Cosas «No Importantes» y «No Urgentes». También llamadas «ladrones de tiempo». Esas cosas que nos distraen y nos hacen «perder» el tiempo. Una de las premisas de la necesidad de gestionar el tiempo de cada cual es que es limitado, que no tenemos suficiente tiempo para hacer lo que queremos/tenemos. Los ladrones de tiempo son precisamente estas actividades que consumen nuestro tiempo productivo, y nos alejan de nuestros objetivos, produciéndonos además una sensación negativa. Al menos, cuando nos dedicamos a actividades del cuadrante 3 podemos dejarnos llevar por la sensación de que estamos «contribuyendo», no a nuestros objetivos pero sí a otros (los de mi jefe, los de mi cliente, los de mi mujer…) Ejemplos de ladrones de tiempo puede ser: el exceso de socialización (el cafecito, el whatsapp), el exceso de burocracia, creerse que hay que tener el Inbox a 0, etc. Ojo, si te has marcado como objetivo en la vida tener 1 millón de amigos, entonces el tiempo que pasas en Facebook se considera cuadrante 2.

Cambia de Cuadrante

¿Cuanto tiempo pasas en los cuadrantes 3 y 4? Son los responsables de que te metas en la cama y pienses «me he pasado el día ocupado, pero no he hecho nada». O que te quedes currando en la oficina hasta las mil, suponiendo claro que en tu empresa no te obliguen a hacer el trabajo de dos personas, que eso también pasa, jeje. Siempre he pensado que el problema de que obliguen a hacer el trabajo de dos personas suele ser que te paguen sólo el sueldo de una.

Salir de ellos requiere disciplina y fuerza de voluntad. Disciplina porque si no has hecho el ejercicio de saber tus objetivos y cómo vas a conseguirlos, y qué es «importante» para tí, nunca vas a poder salir de las cosas que son importantes para otros… para otros que sí tienen claros sus objetivos y piensan que tú puedes ser un aliado, un facilitador, un peón… Y fuerza de voluntad, para no ceder al chantage emocional, a las ganas de postergar tus actividades, a la pereza, a la falta de interés, y sobre todo, al miedo a que los demás te pongan una cruz cuando vean que no pierdes el culo cada vez que te piden algo.

Disciplina

Parece que alguien necesita un poco de Disciplina (Imagen de Chuckumentary)

Una reflexión sobre este último punto. La vida es una cuestión de equilibrio. A veces tú serás necesario para que otra persona consiga sus objetivos (por ejemplo, que tu jefe tenga material para contar a un nuevo cliente) y otras veces será otra persona la necesaria para que tú consigas los tuyos (por ejemplo, que tu jefe te de un ascenso). Es necesario por tanto buscar ese equilibrio, o al menos tener claro que hay que hacerlo. Como suele decirse sobre los problemas, el primer paso para solucionarlos es reconocerlos.

Una eficaz gestión del tiempo supone trabajar principalmente en el cuadrante 2. Desde mi punto de vista, las personas que se pasan el día en el cuadrante 1, cuando todo es «importante» y «urgente» bien… es porque llevan un uniforme azul, cascos con visera, conducen camiones rojos y en Navidad posan desnudos en un calendario (hay que ver cómo les gusta a los bomberos salir con el culo al aire), o porque no ha hecho una adecuada planificación del tiempo.

¿En qué cuadrante pasas tú la mayor parte de tu tiempo?

Aprende a adquirir nuevos Hábitos

El Hábito no hace al Monje

Todos tenemos nuestros hábitos. Nuestras rutinas. Forman parte de nuestra vida, son conductas que hemos incorporado a nuestro comportamiento, cosas que hacemos sin pensar. Como ponernos el reloj en la muñeca derecha (o la izquierda, según nos guste a cada uno). Nadie se para a pensar en qué muñeca se pone el reloj; la decisión en todo caso es qué reloj concreto ponerse según el día, o la ropa. Sin embargo, nuestros hábitos y nuestras rutinas no son necesariamente positivos. Por eso es importante que podamos elegirlos.

De vez en cuando llegan esas épocas del año en que nos paramos a pensar. Los que tenemos objetivos, hacemos repaso y comprobamos si los estamos alcanzando o no, y nos proponemos acciones de mejora. Los que no los tienen, empiezan a plantearse tener alguno. Y en ambos casos, surge la necesidad de incorporar nuevas conductas a nuestro comportamiento.

Por eso en Septiembre salen las colecciones por fascículos, que nos introducen el hábito de gastarnos 10€ o 20€ todos los domingos durante 6 o 7 meses.

Santísima Trinidad

El Santísima Trinidad, 4 puentes, 140 cañones y 375 fascículos semanales (Imagen de Rafael Gómez http://micamara.es)

Sin embargo, adquirir un nuevo hábito no es sencillo. Requiere:

  • Reflexión personal para identificar aquellos hábitos que deseamos cambiar
  • Interiorizar una declaración del beneficio que esperamos conseguir con el hábito
  • Disciplina para mantener la constancia y no abanadonar durante el periodo de incorporación del hábito

Recuerda: Cuando adquieres un nuevo hábito es posible que necesites saber cómo gestionar tu tiempo. Lo más seguro es que tengas que renunciar a hacer otras cosas que son Menos Importantes. Así que necesitas saber Qué Es Importante.

El proceso del Cambio

Si los gimnasios, academias de inglés y demás tienen un modelo de negocio basado en «pagas 6 meses por menos de lo que te cuestan 2» es por algo. Es porque saben que en realidad vas a dejarlo en 2 semanas. Porque saben que hay un proceso de cambio para la adquisición del nuevo hábito que muy pocas personas llegan a completar. Porque saben que la gente abandona.

Gimnasio

En mi gimnasio hay lista de espera para la matrícula (Imagen de Camping Marjal Costa Blanca)

El proceso de adquisición de un hábito pasa por 4 fases:

  • Duda. Durante la fase de Duda, nos planteamos la necesidad de cambiar alguna de nuestras actitudes, o de incorporar otras nuevas. Es importante que determinemos claramente que el hábito que vamos a adquirir supone una ventaja objetiva y medible en nuestra vida, para no perderlo de vista.
  • Buenas Intenciones. La fase de Buenas Intenciones puede llegar a ser efímera. Hemos decidido empezar a correr y nos hemos comprado unas zapas de 180€, unos pantalones molones, una camisa de esas de no sudar y hemos puesto música motivacional en el iPhone. Además de gastar invertir, en esta fase es muy importante planificar qué espacio va a tener el nuevo hábito en nuestra vida. Por ejemplo, si lo que queremos es salir al monte todos los domingos es importante que reorganizamos nuestra semana y agendas personales para que el domingo por la mañana sólo tenga una cosa que hacer, que sea ir al monte. Si tengo que poner lavadoras o recuperarme de resacas, posiblemente nunca pase de la fase de Buenas Intenciones.

Ley Natural: Ya lo hemos hablado muchas veces: cuando tengas objetivos personales para los que necesites hacer tareas, añádelas a tus calendario, lista TODO, o lo que sea que uses para organizarte, o nunca encontrarás tiempo para hacerlas.

  • Flaqueza. En la Fase de Flaqueza, las viejas rutinas, que permanecían latentes, vuelven con fuerza para decirnos que las echamos de menos. Sabes que antes o después vas a tener una fase de Flaqueza. Puede que no te apetezca salir a correr porque hace mal tiempo, o unos amigos te han llamado para salir. Los factores clave para lograr superar esta fase son: disciplina (tener presente el beneficio esperado), capacidad de planificación (reorganizar tu agenda para buscar tiempo para tu hábito si por lo que sea tienes imponderables) y saber buscar refuerzos positivos. Pueden venir de la mano de desafíos que te planteas, de premios que te das o de la ayuda de personas de tu entorno. Todo muy rollito gamificación.

Ley Natural: No esperes a la vuelta de vacaciones para empezar a adquirir nuevos hábitos. Empieza en vacaciones, precisamente cuando ya de por sí has roto tu rutina, estás en un estado mental positivo y puedes superar más fácilmente la Fase de Flaqueza.

  • Consolidación. Nadie sabe cuánto dura la Fase de Flaqueza. Simplemente un día ya no tienes que hacer un esfuerzo organizativo, mental o de disciplina para lograr repetir esa tarea. ¡Enhorabuena! Has adquirido un nuevo hábito.

Cambia de Hábitos cambiando el reloj de muñeca

Si quieres aprender a cambiar de hábitos, haz el experimento de cambiarte el reloj de muñeca. Es uno de los hábitos más difíciles de cambiar. Alguno me diréis, «nada de eso, dejar de fumar es más difícil». A lo que yo digo, toma claro, y dejar la heroína más difícil todavía. Lo que pasa es que dejar de fumar tiene un beneficio directo para la salud y supone un ahorro para el bolsillo; son dos beneficios objetivos innegables. Sin embargo, cambiar el reloj de muñeca es una gilipollez, por eso es más fácil dejarlo.

Breitling TopTime

Se empieza llevando el reloj en la derecha, y se acaba en una lancha con Martine Beswick (Imagen de DVDBeaver)

Cambiar el reloj de muñeca requiere auténtica disciplina:

  • Cuando te pones el reloj por las mañanas, no piensas en qué mano lo haces: es algo instintivo
  • Si te quitas el reloj para lavarte las manos, cosa que recomiendo para que no se te estropee la correa si es de piel, verás como instintivamente te lo llevas a la mano que no es
  • Tu muñeca se ha acostumbrado al peso del reloj. Cuando te lo pongas en la otra mano, te molestará
  • Escribir, conducir, teclear… son cosas que haces con las manos. Tener el reloj en la otra mano va a hacer que te sientas raro
  • También instintivamente giras la cabeza siempre al mismo sitio para mirar la hora
  • Si como yo, eres un tío elegante, es posible que te hayas hecho camisas a medida con puño francés cayendo en el error de hacer más ancho el puño del brazo del reloj. Si no sabes lo que es el puño francés, ya va siendo hora de que lo sepas.

Son todo problemas que no te aportan ninguna ventaja objetiva. Bueno, sí, te aporta una: demostrarte que puedes cambiar los hábitos que te de la gana.

No estás solo

Por último, recuerda: no estás solo. Las Redes Sociales son un importante catalizador del cambio de hábito. Compartir tus progresos y tus intenciones servirá para recibir refuerzo positivo durante tus momentos de flaqueza. ¿Con quién te interesa compartir tus hábitos? Claramente, con personas que ya los han adquirido, y o bien han pasado por el mismo proceso que tú, pueden inspirarte o pueden reforzarte en la declaración de beneficio objetivo. Por supuesto, habrá  gente a la que no le importe, e incluso les moleste saber que estás adquiriendo nuevos hábitos mientras ellos siguen apoltronados en los suyos. Mejor, un poco de trolling nunca viene mal.

Hay una segunda técnica interesante, la del calendario. Consiste en imprimir un calendario a dos meses vista, y tachar en él los días en los que has conseguido hacer el hábito. Es una técnica basada en la recompensa personal, una especie de gamificación incipiente. A tu cerebro le sienta bien tachar un día del calendario porque has logrado hacer lo que te proponías. Te da satisfacción. Y ver el calendario te ayuda durante la Fase de Flaqueza, es un refuerzo positivo. A través del hábito MacGuffin de tachar días en el calendario, interiorizas el hábito que te habías propuesto.

La tercera técnica que recomiendo es implicar a otra persona interesada en tu proceso de cambio. Es una interesante estrategia, porque da lugar a una dinámica en la que ninguno quiere ser el primero en darse por vencido.

Los Sacamantecas

El listo de los Sacamantecas pagó un año de cuota en The Holyday Gym y ya no supieron cómo parar (Imagen del blog de Jeff Vrabel)

Yo he empezado Septiembre con 3 nuevos hábitos:

  • salir a correr un día e ir a nadar dos todas las semanas, para lo que busco el refuerzo positivo compartiendo mis progresos con personas que ya han incorporado ese hábito.
  • dar clases de inglés a la hora de comer un par de días a la semana. Para desoxidar un poco y tal. En este hábito, he usado la Técnica de los Sacamantecas y he enrolado nada más y nada menos que a mi jefe 😉
  • y tercero, llevar el reloj en la izquierda. Para lo que además tengo pendiente hacerme un regalo de cumpleaños atrasado.

¿Cuántos has adquirido tú? Hábitos, no relojes.

El Gen del Programador Egoísta: 2- El comercial reprimido

Este proyecto está mal vendido

Ojalá me dieran un euro cada vez que escucho que «el proyecto está mal vendido«. Junto con «en mi local funciona» es la segunda frase autocomplaciente más habitual del mundo, forma parte del acervo popular de descarga de responsabilidad. Es curioso, porque a las personas más brillantes que conozco nunca se lo oigo decir, pero bueno. Cosas mías.

A mí me encanta escuchar que un proyecto está mal vendido, y como los que me conocéis sabéis que no me callo, siempre respondo con un habitual «¿y tú cómo has ayudado para que estuviera bien vendido?«. ¡Un momento! Guardiola, ¿no estarás insinuando que los técnicos tienen que participar en el proceso de venta? ¡En absoluto! No lo insinúo, lo afirmo categóricamente.

JFK

No le preguntes a Kennedy qué puede hacer por tus proyectos, pregúntatelo a ti mismo

No me lo puedo creer. Técnicos involucrándose en el proceso de venta. ¿Pero no habíamos dicho que los técnicos son los que ejecutan y los comerciales los que venden? También habíamos dicho que los comerciales no tienen ni puta idea de lo que venden, y a lo que se dedican es ir a comer y tomar cafés con gente mientras los demás partimos teclados a base de programar. Tranquilos, en este post no voy a revindicar el trabajo del comercial (sólo faltaba)

No, este post vuelve a tratar sobre cosas que son necesarias para uno mismo, y que tengo que hacer aunque no me gusten, sea como sea, porque me acerca a mis objetivos.

¿Cómo se vende un proyecto?

En general un proyecto se vende de dos maneras: o porque alguien te llama y te lo da, o porque tienes que competir con otros para conseguirlo. En casos de proyectos TIC, la cosa va más allá. Estamos en un mundo en el que la calidad del software cada vez pesa menos como factor a la hora de la toma de decisión de compra. Especialmente en el Sector Público, donde se ven concursos en los que la oferta económica es el 60% de la puntuación. Casualmente, los responsables de esos organismos se lamentan de la baja calidad del software que reciben, de lo mal pagados que están los profesionales, de lo mal que está el sector TIC… En fin, todo muy coherente.

Camisa de Fuerza

Lo mejor es no hacer caso a las voces (Imagen de rocksss)

El caso es que acreditar la capacidad técnica parece que se ha convertido en condición necesaria, pero no suficiente; lo que significa que al final hay que hacer una oferta técnica: demostrar que se ha entendido el problema, plantear una solución que tiene sentido, identificar el equipo que lo va a lograr y poner un precio. Así que señores, si los comerciales no tienen ni puta idea de lo que venden, tendrán que ser los técnicos los que se pringuen y aporten la solución técnica. ¿Y por qué querría un técnico ayudar a conseguir un proyecto? Principalmente por dos motivos, a cual más egoísta que el anterior.

¿Quién es el dueño de mi carrera profesional?

Si no tienes claro que el dueño de tu carrera profesional eres tú mismo entonces necesitas urgentemente un choque con la realidad.

Siempre que he hecho entrevistas a candidatos me ha gustado decirles las cosas claras; y una de ellas es que no les puedo garantizar que los proyectos en los que vayan a participar vayan a ser interesantes. Obviamente, el primero siempre tiene que tener ese punto que haga que alguien deje su trabajo para empezar en un sitio nuevo. Pero una vez acabado… (porque sí amigos, los proyectos acaban) pues no se puede saber. En una empresa de software hay de todo, apuesto que hasta en la NASA tienen tanto proyectos virgueros de microprogramar vehículos de exploración en Marte como mantenimientos evolutivos del sistema de nóminas, y nadie quiere caer en el segundo.

Es sólo mío!

Aparta tus sucias zarpas de mi carrera profesional (Otra imagen de gatitos, esta es de pippy & timmy)

Eso quiere decir, que un programador egoísta que se preocupa por sus objetivos personales tiene que tener claro que no puede dejar en manos de un comercial que no tiene ni puta idea la capacidad de acceder a proyectos interesantes.

Cuarta Ley del Programador Egoísta: Si quieres participar en proyectos interesantes, no te quedes esperando a que te caigan del cielo.

Así que la próxima vez que te pidan ayuda para preparar una propuesta, destierra de tu cabeza los pensamientos autocomplacientes como:

  • No es mi trabajo. Te equivocas, construir tu curri es realmente a lo que te dedicas.
  • Estoy muy ocupado. Estás ocupado ahora, pero supongo que querrás seguir ocupado después, ¿verdad?
  • No tengo suficiente información. Bienvenido al mundo real. Ahora procesa la información que tienes, acota tú mismo el problema, deja claras esas premisas, y propón una solución.
  • No me quiero mojar con las estimaciones. ¡AJA! Ese es el verdadero problema. Lo mejor es que las estimaciones las haga otro, para así tener a alguien a quién culpar de mis problemas. Autocomplacencia en estado puro.

Si no te parece suficiente, aquí viene el segundo motivo. Es todavía más duro que el anterior.

Adivina quién se lo va a comer con patatas

Exacto. No hay mayor muestra de inteligencia (emocional o no): si vas a acabar metido en el proyecto más te vale asegurarte que se va a hacer como crees que debe hacerse, porque al final, el que va a estar metido en la trinchera vas a ser tú. Así que por lo menos, encárgate de decirle al Teniente cómo tiene que ser la trinchera, dónde hay que tender las alambradas, cuántos sacos terreros necesitas para protegerte del fuego enemigo, cómo disponer las Vickers para que tengan mejor campo de tiro, y qué vas a hacer si el enemigo usa Gas Mostaza. Si no lo piensas tú, no te preocupes, otro lo pensará por tí.

La Trinchera

Oh My God! Aquí pone que vamos a desarrollar un gestor de contenidos a medida en 3 jornadas… ¡Malditos comerciales! ¿Por qué no habrán metido un Joomla?

En general, como norma de vida, nunca pierdas la oportunidad de definir cómo debe ser cualquier puzzle en el que seas una pieza. Al final, todo el mundo opina sobre un proyecto: precisamente de eso trataba el primer título de este post. Opinar está muy bien, pero las personas con objetivos además de opinar actúan.

Quinta Ley del Programador Egoísta: Aprovecha cualquier ocasión que tengas para que los proyectos se vendan como tú crees que deben venderse.

Esta Ley tiene un Corolario:

Corolario a La Quinta Ley del Programador Egoísta: Si pudiste implicarte en la venta de un proyecto, pero miraste hacia otro lado, a nadie le va a importar lo mucho que te quejes luego.

Porque al final, el mundo de los proyectos se basa en que primero se vende y luego se ejecuta; al contrario que el mundo de los productos. Tienes dos alternativas: trabajar para conseguir llegar a tu objetivo de aprender y trabajar en proyectos cojonudos ( y lograrlo, o no), o confíar en que alguien lo va a hacer por ti (y a ver qué pasa). Sólo en una de las dos alternativas puedes llegar a tener control: espero haber dejado claro que a mí la que me funciona es la primera.

Scrum Team

«… we are here to help the developers, because inside every freakie there is a presales trying to get out…» (Imagen de eks4003)

Por último, me gustaría recordar a todos los desarrolladores (egoístas o no) que por encima de las leyes de los programadores, hay una Ley Universal de las empresas de servicios.

Ley Universal de las Empresas de Servicios: La venta nunca se para. Las ofertas se presentan se impliquen o no los técnicos que las van a hacer.

Espero que la próxima vez que os pidan ayuda para preparar una oferta seáis un poco más egoísta, penséis en vuestro propio beneficio, y lo hagáis.

El Gen del Desarrollador Egoísta: 1- El programador complaciente

Acerca del Ego-istmo

Una de las cosas que más echo en falta en los técnicos es el egoísmo. Se que es una frase fácil de malinterpretar, por eso quiero explicar a qué me refiero.

En general, en el mundo técnico he tenido la suerte de trabajar por norma con personas que se dejan la piel por ayudar a sus compañeros. Siempre he defendido que todos somos muy majos para tomar unas cañas y salir de copas (alguno incluso pagamos una ronda), pero a los compañeros se les conoce bajo presión, cuando las cosas van mal, no funciona nada, empiezan a llover las hostias y entonces se ve quién se arruga y quién tiene lo que tiene que tener.

Scrum Master

Da igual que lo llames Scrum o Melé, sigue siendo una metodología ágil (Imagen de John_Scone)

También me parece fundamental, como parte del valor que aporta un profesional a su empresa, la actitud de dejar lo que se está haciendo para echarle una mano a un compañero que necesita ayuda. En MediaNet trabajo con esa clase de personas, igual que antes lo hacía en SATEC.

No entiendo nada, Guardiola, estás hablando de compañerismo y generosidad en un post que trata sobre el gen del programador egoísta; definitivamente se te ha ido la pinza; adiós.

Bueno, es que no me refiero a ese tipo de egoísmo. Me refiero al egoísmo que tiene que ver con hacer cosas que no me gustan, pero que tengo que hacer porque son necesarias para mí mismo. Y del egoísmo que tiene que ver con hacer cosas por las que no me pagan o para las que (creo que) no tengo tiempo, pero que tengo que hacer porque me gustan y si no las hago yo, las harán otros en mi lugar. Me refiero al egoísmo que viene del ego, del yo, de aquello que tengo que hacer sea como sea y cueste lo que cueste porque me acerca a mis objetivos. (Otra vez se repite la frase, acercarse a los objetivos de uno. Es la segunda que vez que la uso en el blog. No será la última.)

El  gen del programador egoísta, o mejor dicho, el poco frecuente gen del programador egoísta, se materializa claramente como recesivo en dos situaciones que seguro que todos hemos vivido alguna vez; la primera de ellas la trataré en este post (y la otra la añado a la larga lista de post pendientes)

El gen del programador complaciente

El gen del programador complaciente se manifiesta dominante frente al egoísta en todo lo que tiene que ver con pruebas e incidencias.

Los proyectos con presupuestos cerrados suelen ir bien hasta la semana antes del paso a producción, da igual que se usen metodologías ágiles o no. Todo va bien, las historias de usuario se completan, se va gestionando el cambio, a los usuarios todo les parece bien, y de repente un día alguien (generalmente el cliente) empieza a hacer pruebas y hay una estampida de incidencias que salen como setas. Por todas partes. Hasta el punto de que empiezan a tambalearse los cimientos, se comprueba con horror que el sistema está cogido con alfileres y no funciona nada.

Sprint Review

Pues en mi entorno local funcionaba (Imagen de Drakegoodman)

Cada vez que un desarrollador dice frases como «pues cuando lo probé iba bien» o «en mi local funciona«, Dios mata un gatito. Si dice cosas como «es por un micro-corte de red que hace que se pierda la conexión con la base de datos«, Dios extingue una especie tropical (además de los habituales gatitos).

Si hacemos una encuesta entre 10 personas cualquiera que se ganen la vida desarrollando software, llegaremos a la conclusión de que lo más apropiado es que el aseguramiento de calidad de un sistema lo haga alguien diferente del que lo programó, por varios motivos, entre los que destacan:

  • La persona que lo desarrolla sabe lo que se supone que tiene que hacer el sistema, y cuando prueba tiende a comprobar que hace exactamente aquello que le pidieron
  • La persona que lo desarrolla está contaminada porque sabe cómo funciona la aplicación y por tanto, los pasos que tiene que dar para probarla
  • Hay mucho que desarrollar, y no da tiempo a probar (obviamente, porque el proyecto estaba mal vendido, ya hablaremos en otro post sobre eso)
  • Desarrollar es como criar un hijo, todos los padres pensamos que nuestro chico es el más listo de la clase, todos los inputs que recibimos refuerzan esa sensación y nos cuesta ver lo contrario por nosotros mismos (en realidad hablo de oídas, porque mi hijo es el más listo de la clase)

Y aunque estoy a favor de que haya departamentos de QA que de manera independiente al desarrollo validen que esté libre de errores (o en su caso los detecten), lo ideal sería que los entregables que reciben estén como los chorros del oro; que se pudiera comer sopitas en ellos.

¿Y por qué no es así? Pues básicamente porque los cuatro motivos de antes se resumen en que el programador es auto-complaciente. Enseguida se convence a sí mismo de que todo está bien hecho, de que ha hecho lo que tenía que hacer, y si algo falla, es por culpa de otro que no hizo su trabajo bien, o no le pasó la información que necesitaba cuando la necesitaba, o que no le explicó detalladamente algo, o que no abrió un puerto en el firewall, o que le cambió una especificación dos días antes de terminarla… He llegado a oir que el error era culpa de la persona que hizo las pruebas, que no prueba bien el sistema y falla. #amazing

A lo que yo digo, vale, ¿y qué? Has hecho un desarrollo que tiene más agujeros que Bob Esponja así que da igual que le hayas echado cientos de hora de tu vida, la mala noticia es que no han sido suficientes porque todavía no has terminado: ahora lo tienes que arreglar.

Sponge QA

¿A qué te refieres con eso de Plan de Pruebas, Bob? (Imagen de gspidermac)

La auto-complacencia es uno de los peores defectos que puede tener un profesional, pero se acentúa en el caso del programador. Hay dos situaciones en la que el egoísmo debe ser la clave para sobreponerse ante la auto-complacencia, sobre todo por los devastadores efectos que tiene sobre uno mismo.

El problema de la mochila

Todos los que hemos programado conocemos el problema de la mochila; hay que hacer un algoritmo que permite tomar objetos de un determinado volumen y valor para llenPUES NO. Ese no es el problema de la mochila.

Cuando uno entra a una empresa y empieza a programar, va pasando por proyectos. Algunos serán más largos, otros más cortos; unos serán un reto, otros no tanto, y todos en general formarán parte de su trayectoria profesional. De cualquiera de ellos podrá recibir un día un correo electrónico (o una llamada, según la gravedad) indicándole que tiene que dejar lo que está haciendo porque tiene que resolver una incidencia en uno de los proyectos por los que ha pasado.

Sprint Planning

Todavía son becarios, y ya tienen sus mochilitas (Imagen de ewar woowar)

El problema de la mochila es una maldición intrínseca de las personas que se dedican al software: cuanto más avanzan en una empresa, mayor es el peso que llevan en su mochila, más posibles incidencias pueden surgir; y por tanto estadísticamente más veces va a tener que dejar de hacer algo, porque la única persona que puede solucionar un problema con garantías suele ser quién lo resolvió la primera vez.

Primera Ley Natural del Programador Egoísta. Las cosas no terminan hasta que terminan. Si quieres salir cum laude de un proyecto encárgate de que todo lo que desarrolles funcione; y cuando falle, arréglalo lo mejor posible para que puedas seguir adelante hacia tus objetivos.

La conclusión es que cuanto más riguroso seas contigo mismo y con tu desarrollo; es decir, cuanto menos auto-complaciente seas, menos peso llevarás en tu mochila.

Sísifo Consulting

La segunda derivada de la auto-complacencia en el desarrollo es el temido Síndrome del Proyecto Sísifo. Como todos sabemos, Sísifo era un rey que quería vivir eternamente, engañó a los dioses mientras pudo hasta que le trincaron, momento en el que le condenaron a subir una piedra hasta lo alto de un monte. Lo que pasa es que al llegar a la cima, volvía a caer hasta la base; y así por toda la Eternidad.

Sisifo Consulting

Ánimo, otro empujoncito y vaciamos el Jira (Imagen de ChuckSchultz)

En tecnología, llamamos Proyecto Sísifo a ese proyecto en el que salen errores como cucarachas, hasta debajo de las piedras, de forma que se establece un círculo vicioso que es difícil romper: no se sale a producción porque  hay errores; al no cumplir los objetivos el cliente dice que ya que estás le haces unos cambios; por la sensación de falta de rigor en el desarrollo e inclumplimiento se termina por perder la capacidad negociadora; con lo que hay que asumir los cambios; por hacerlos deprisa y corriendo para no palmar pasta surgen nuevos errores; y así sucesivamente. Por toda la Eternidad.

Segunda Ley Natural del Programador Egoísta. Si detectas que esto se va a convertir en un Proyecto Sísifo recuerda la Primera Ley Natural del Programador Egoísta.

Que yo sepa, sólo hay 3 maneras de salir del Proyecto Sísifo:

  • Abandonar, como las ratas y los cobardes. Opción descartada, salvo para las ratas y los cobardes.
  • Salir con los pies por delante. El fracaso no es una opción.
  • Pensar en uno mismo, ponerse las pilas y hacer bien las cosas, porque nadie más lo hará por ti. El egoísmo es la única salida.

La conclusión es que cuanto más riguroso seas contigo mismo y con tu desarrollo; es decir, cuanto menos auto-complaciente seas, más probabilidades de que el resultado de tu trabajo sea un éxito para tu cliente, para tu empresa, y por tanto, para ti mismo.

Se egoísta: piensa en tí mismo. Ojalá cada vez hubiera más gente convencida de que la auto-complacencia es uno de los mayores enemigos de la realización personal.

Tercera Ley Natural del Programador Egoísta: Si no te das una patada en el culo de vez en cuando, alguien lo hará por ti. Y te va a doler más.

Otro día escribiré sobre otra situación en la que las personas sacrifican aquello que les acerca a su objetivos. Mientras tanto, puedes aprovechar la sección de comentarios para decirme si eres o no un profesional auto-complaciente, si llevas mucho peso en tu mochila o si estás a punto de que la piedra llegue a la cima de la montaña.