Yo Teletrabajo, tú teletrabajas, ellos vaguean
La madurez consiste en sospechar cuando firmas un contrato y lo primero que te dan es un ordenador portátil y un teléfono móvil de empresa. Significa que a partir de ese momento tú eres en ti mismo un puesto de trabajo. Yo hace años que lo soy, tengo la suerte de poder trabajar en un cafetería mientras espero entre dos reuniones, o en el asiento de atrás de un Taxi mientras voy camino a un cliente, o en la zona de embarque de un aeropuerto, o incluso en un tren. He llegado a trabajar mientras esperaba en el pediatra. No hay nada como coger el AVE de las 7 de la mañana y ponerse a trabajar mientras el resto del pasaje ronca plácidamente a tu alrededor. Sí amigos, soy una de esas personas que han sido Bendecidas con la posibilidad de trabajar en cualquier lugar y en cualquier momento.

Don’t ask, don’t tell (Imagen de moqub)
No es porque escriba este post en mis vacaciones de Navidad, pero lo cierto es que para muchas personas la posibilidad de teletrabar es una lotería. Es algo que se tiene o no se tiene sin saber muy bien por qué; sin que quede del todo claro qué hace que en sus empresas algunas personas puedan teletrabajar, y otras no.
Lo ideal sería que hubiera un Manual de procedimientos, un documento compartido por toda la organización donde se defina claramente el modelo de Teletrabajo, las condiciones y los requisitos; de manera que quede con claridad meridiana lo que se puede hacer, cómo se puede hacer y quién lo puede hacer. Sin embargo, en muchas empresas esto es una quimera. La mayor parte de las veces queda por tanto un sentimiento de arbitrariedad y una sombra de sospecha: si no te dejan teletrabajar es porque eres un vagazo.
De todas maneras, una cosa está clara: Teletrabajar es una de las máximas expresiones de la organización personal del tiempo. Y para hacerlo bien es necesario conocer…
Los X Mandamientos del Teletrabajo

Hola amigos, soy Charlton Heston y os traigo los X Mandamientos del Teletrabajo (Imagen de Superfloop)
¿Qué es teletrabajar? Para muchas personas, teletrabajar es básicamente, trabajar en chándal desde casa. (He dicho chándal por no decir pijama) Pues eso es un ERROR. Es un error la definición y es un error trabajar en pijama (siempre he dicho que uno de los riesgos del teletrabajo es la decadencia de las personas)
Teletrabajar es mucho más. Es desligar el desempeño de un profesional del lugar físico donde realiza su actividad. Este es en muchos casos el quid de la cuestión, por tanto, merece la pena que lo convirtamos en el Primer Mandamiento del Teletrabajo.
I Mandamiento del Teletrabajo: Si tu trabajo está ligado a la ubicación física desde donde se realiza, es incompatible con Teletrabajar. Punto. No le des más vueltas.
Una vez solventado este pequeño detalle, podemos seguir. Teletrabajar es además permitir a las personas que organicen su tiempo, de forma que determinen cómo y cuándo acometen sus tareas, lo que de alguna manera refuerza su responsabilidad y su capacidad de gestión. Pero eso no significa que todo sean maravillas, también tiene sus inconvenientes. Partiendo de la base de que no eres autónomo o freelance, vamos a repasar exactamente los beneficios e inconvenientes que tiene teletrabajar.
1. Autonomía y Responsabilidad
Las personas que teletrabajan ejercitan su autonomía, ya que son ellos mismos los que se organizan su propio tiempo. Dado que no tienes que desplazarte a la oficina, eliminas esa sensación de pérdida de tiempo que supone el transporte público, los atascos, y las esperas innecesarias. Poder organizar tu propio tiempo es uno de los mayores placeres de la vida.
Sin embargo, para poder ejercitar esta autonomía, tienes que haber dado muestras de que sabes cómo planificarte para cumplir tus objetivos, de manera que no sólo seas capaz de definir cuándo vas a finalizar tus tareas, sino que además puedas anticipar las posibles dependencias u obstáculos que lo impidan. También es necesario que hayas demostrado que sabes «levantar la mano» con la suficiente antelación como para que los problemas se puedan gestionar.
II Mandamiento del Teletrabajo: Si no has demostrado que eres una persona responsable, nadie te va a dar la oportunidad de que organices tu propio tiempo. Y menos todavía si saben que vas por el nivel 700 en el Candy Crush, te acabas de comprar una PS4 o acaban de empezar las rebajas
Esto es importante. Si eres una persona que requiere constante supervisión por parte de tus responsables no te molestes en apuntarte al programa de teletrabajo, ni en solicitar que se monte uno si es que no lo hay. Si lo piensas por un momento verás que tiene sentido: si necesitas que haya alguien pendiente de ti para que puedas trabajar, eres tú el que tiene que estar disponible para que te supervisen. Esto es así. Si teletrabajases, estarías aumentando la carga de gestión de tu supervisión, y por definición, nadie quiere que aumente su carga de gestión a costa de perseguirte.
2. Comunicación formal e informal
Es siglo XXI es (de momento) el siglo de las Redes Sociales. De las personas conectadas. De las personas que colaboran desde cualquier parte del mundo. De la globalización. De las empresas que prestan servicios en múltiples países. De las factorías de software en la India, Latinoamérica o en Provincias. De los equipos de trabajo deslocalizados. Cada vez hay más herramientas que nos permiten comunicarnos en tiempo real. Es una realidad la masificación del ADSL, que permite que las videoconferencias con Skype o Google Hangout desde tu casa vayan como un tiro. Y no nos engañemos, todo el mundo tiene tarifa plana de voz en el móvil. Los que somos «trabajadores del conocimiento» hace años que disponemos de entornos de gestión documental, de colaboración, de gestión de proyectos… Hay entornos de trabajo colaborativos en la nube que permiten que varias personas editen en tiempo real un mismo documento o una hoja de cálculo a la vez. Cada vez es más fácil que un equipo de trabajo esté formado por personas que no necesitan estar juntas para producir resultados.

NI LO SUEÑES (Imagen de jfilip)
Porque no trabajar en una oficina no quiere decir trabajar solo. Si formas parte de un equipo tienes que estar disponible para el equipo. La mayoría de las empresas han llegado a la conclusión de que las personas tienen que estar disponibles de 9 a 18h, así que si dentro de esa franja alguien necesita contactar contigo y no lo consigue, posiblemente se vaya a sentir frustrado y decepcionado. Si casualmente es tu jefe date por jodido (Nota: esta relación no es transitiva)
III Mandamiento del Teletrabajo: Trabajar desde casa no quiere decir trabajar solo. Si formas parte de un equipo, tienes que estar disponible para tu equipo. Para eso se inventaron los horarios.
Pero que se pueda no quiere decir que se deba. Muchas veces el contacto directo favorece la productivad de los equipos o la calidad de su trabajo. ¿Cuántas veces has oído a compañeros tener una discusión sobre el alcance de un requisito y te has tenido que dar la vuelta para aclararlo? ¿O sobre cómo implementar una funcionalidad? Exacto: hay una comunicación informal que ocurre de manera fortuita, sin que nadie tenga que programar una call o abrir un hangout, una comunicación que es inherente al ser humano y que no ocurre cuando trabajamos en casa.
IV Mandamiento del Teletrabajo: Cuando la presencia física y el contacto humano favorecen la productivad del equipo o la calidad de su trabajo, las probabilidades de que puedas teletrabajar se reducen drásticamente.
Lo que nos lleva a la importancia de la cohesión del equipo. Formar un equipo significa compartir, y por muchas herramientas que se pongan a disposición de las personas, nada puede sustituir al contacto directo y personal. Por tanto, en aquellos casos en los que este contacto personal es un catalizador, lo más normal es que el responsable del equipo prefiera que la gente esté junta. Eso no quita que puedas teletrabajar de manera puntual (algo es algo)
3. Concentración y Aislamiento
Una de las grandes ventajas del teletrabajo es que reduce drásticamente las interrupciones. No se vosotros, pero yo tengo comprobado que cuando estoy en casa recibo aproximadamente la cuarta parte de interrupciones que cuando estoy en la oficina. Trabajar sin interrupciones es un lujo: permite maximizar nuestra productividad, la consecución de nuestros objetivos y nuestra sensación de utilidad. Todos sabemos lo difícil que se nos hace manejar las interrupciones en el día a día, y más todavía cuando alguien físicamente viene y se sienta a nuestro lado.
V Mandamiento del Teletrabajo: Si el hecho de que alguien te vea o no te vea es determinante para que te interrumpa o no te interrumpa, el hecho de desaparecer de vez en cuando favorecerá tu capacidad de concentración. Vende tu teletrabajo como una necesidad para lograr tus objetivos si son los de tu empresa.
Yo personalmente teletrabajo cuando necesito aislarme del mundo, porque se que en la oficina no hay manera. Sin embargo, este aislamiento puede ser pernicioso en sí mismo. Trabajar sólo favorece la concentración, pero impide la participación en el día a día de la empresa. Y sinceramente, hay que estar. Una empresa es un lugar vivo, donde no dejan de ocurrir cosas y donde a todas horas se toman decisiones (salvo en las Empresas Z, por supuesto) Si tienes interés por crecer profesionalmente, te interesa estar en el meollo del asunto, en el día a día. Te interesa estar delante cuando haya problemas que solucionar, decisiones que tomar; cuando haya que decir «no os preocupéis, que ya me encargo yo». ¿Por qué? Pues porque en eso consiste crecer profesionalmente: en aumentar tu capacidad para resolver problemas. Y si no estás tú, tranquilo, seguro que estará otro.
VI Mandamiento del Teletrabajo: Si teletrabajar te aleja de los centros de toma de decisión, valora si te interesa estar lejos de los centros de toma de decisión.
4. Separación personal / profesional
Muchas personas consideran que el teletrabajo favorece la conciliación de la vida familiar. Hace mucho que se acabó aquello de trabajar 40 años en la misma empresa; los nuevos modelos de relaciones laborales hacen que una persona pase por varias empresas a lo largo de su vida. Los que trabajamos en el sector TIC cambiamos incluso de cliente varias veces al año. Eso significa que uno nunca sabe dónde va a tener que ir a trabajar el mes siguiente. A veces, empezar a trabajar desde casa te permite dejar al niño en la guarde, aprovechar un par de horas desde casa y aparecer por la oficina a las 10:30, después de recorrer la ciudad sin a penas tráfico. Una hora a la que muchos todavía no han vuelto del «desayuno».
Aquellos que no tienen que dejar a los niños en el cole y mantienen su rutina de madrugar son sin duda personas mucho más productivas. Empezar a trabajar en casa a las 8 de la mañana, y no tener que pasarse una agotadora hora repartiendo codazos y empujones en el transporte público, o perdiendo la paciencia en un atasco, supone de media una hora y media de ventaja sobre el resto.
VII Mandamiento del Teletrabajo: Date una ducha por la mañana. Afeitate. No hace falta que te pongas corbata o taconazos, pero no trabajes en pijama. No seas un ejemplo para todas aquellos que dicen que el trabajar desde casa degrada a las personas.
Sin embargo, aunque a priori trabajar desde casa te hace más productivo al evitar todos esos tiempos muertos y te da tiempo para otras cosas (por ejemplo, ir a correr), es importante que tengas un espacio de trabajo, separado del espacio en el que vives. Es importante la disciplina, saber separar física y psicológicamente cuándo estás trabajando y dónde lo haces. Tu salón es tu salón, no es tu despacho. Y sobre todo, no te levantes cada media hora a mirar qué hay en la nevera.
VIII Mandamiento del Teletrabajo: Psicológicamente es recomendable separar tu faceta personal de tu faceta profesional. No trabajes en el salón de tu casa, hazte un despacho. Y recuerda que no es bueno que el hombre esté solo.
Lo cierto es que el hecho de trabajar en casa puede además tener efectos psicológicos, puesto que el ser humano necesita relacionarse con otras personas para evadirse. En las oficinas, quieras que no, hay momentos de relajación en los que las personas se evaden del trabajo para hablar del fútbol, de lo que han hecho el fin de semana, o del programa de anoche. En algunas oficinas, incluso la gente practica el sexo de manera furtiva. Cuando teletrabajes tienes que buscar estos momentos de evasión personal (me refiero a interactuar con otras personas, no al sexo furtivo, que os conozco) Por eso cada vez están más de moda los espacios de co-working. Los anglosajones inventaron hace un siglo el denominado síndrome de cabin fever, que consiste en la sensación de claustrofobia que padecen las personas que se quedan aisladas en un espacio pequeño durante largos periodos de tiempo haciendo siempre lo mismo.

Es mejor no tener hachas a mano cuando teletrabajes (Imagen de tellmewhat2)
El exponente más significativo de cabin fever es el que sufrió la familia Torrance durante su estancia en el Hotel Overlook en el invierno de 1977, que dio lugar a los hechos narrados por Stephen King en su novela The Shining.
5. Conocer tus objetivos
Por último, pero no por ello menos importante. Para poder Teletrabajar, tienes que saber organizarte. Es decir, tienes que conocer:
- Cuáles son tus objetivos. ¿Qué es exactamente lo que tienes que hacer? ¿Lo tienes claro? Si está sujeto a interpretación y subjetividad, ¿has aclarado las dudas? ¿Tienes un deadline? ¿Estás de acuerdo con él?
- Cómo reportar el avance. Eso no quiere decir que tengas que estar diciendo cada hora lo que has hecho. Sólo quiere decir que cuando te pregunten debes ser capaz de responder de forma clara y objetiva el avance en tus tareas, y lo que te queda para terminar.
- Cómo anticipar las dependencias externas. Si hay factores externos que impiden que tu trabajo avance debes comunicarlos lo antes posible. Si ya es malo ver a gente perder el tiempo en la oficina, piensa en la imagen mental que tendrán de ti tus responsables si saben que no puedes avanzar y además no pueden verte. The Horror.
- Como saber que has terminado. Debes tener claros los criterios (a ser posible, concretos y objetivos) que usarán tus responsables para validar que has acabado con éxito la tarea que te han encomendado.
No es de extrañar que ese sea precisamente el siguiente Mandamiento.
IX Mandamiento del Teletrabajo: Ten claros tus objetivos, cómo vas a reportar su avance y la forma en que vas a demostrar que los has conseguido.
Exacto. Se lo que estás pensando. Que hemos llegado al verdadero problema: como habrás podido comprobar, la mayoría de las empresas no pueden asumir que sus empleados teletrabajen por su incapacidad organizativa de definirles objetivos concretos, mecanismos de seguimiento y criterios de aceptación.
X Mandamiento del Teletrabajo: Si tu organización no es capaz de definirte objetivos, medir su avance y validar su cumplimiento, es una organización incomplatible con Teletrabajar. Punto. No le des más vueltas.
Fight for your rights (to party)
Espero que ahora que conoces los X Mandamientos del Teletrabajo puedas ser consciente de si eres o no un candidato a realizarlo. ¿Lo eres? El primer paso es saber si eres una persona que ha acreditado ser responsable en el desempeño de tu trabajo. Si no lo eres, no pierdas el tiempo. Yo soy de los que por defecto piensa que las personas son honradas y responsables, salvo que se demuestre lo contrario; pero no todo el mundo es así.
Si en tu empresa no hay un plan de teletrabajo, enhorabuena: creo que en este post tienes los argumentos que necesitas para proponerlo y defenderlo con bastante coherencia. Sin que tu responsable piense que en realidad lo que quieres es quedarte en casa en pijama viendo pornografía (VALE, YA LO HE DICHO)
Sin embargo, no pierdas el tiempo. Ten presente que los X Mandamientos del Teletrabajo se resumen en dos:
- Si tu trabajo está ligado a la ubicación física desde donde se realiza, es incompatible con Teletrabajar. Punto. No le des más vueltas.
- Si tu organización no es capaz de definirte objetivos, medir su avance y validar su cumplimiento, es una organización incomplatible con Teletrabajar. Punto. No le des más vueltas.
Ya me contarás.
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