Manual del Saboteador Corporativo

El 17 de Enero de 1944, la Oficina de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos (una organización encargada de las tareas de espionaje y comando durante la Segunda Guerra Mundial, y precursora de lo que hoy en día es la CIA) lanzó el denominado «Manual de Bolsillo del Saboteador«. Este documento contenía instrucciones precisas de pequeños sabotajes cotidianos, al alcance de la mano de cualquier quintacolumnista que quisiera hacer su parte por la victoria de los Aliados tras las líneas enemigas.

saboteador

¿Cuál de estos trabajadores de la Krupp no enroscaba las espoletas de los proyectiles del 88? (Imagen de Homini:)

Publicado hace más de 70 años, el «Manual de Bolsillo del Saboteador» fue desclasificado para nuestro disfrute en el año 2012, y a día de hoy es una joya que sigue plenamente vigente y en uso. Querido lector: tu organización está condenada. Competidores, agentes de gobiernos extranjeros, espías, ácratas anti-sistema, miembros de la secta y amantes del caos infestan tu empresa. ¿Quieres exponer y detectar a los saboteadores que interrumpen tu camino hacia el éxito? ¿O por el contrario, quieres recuperar la alegría de vivir convirtiendo en un infierno la vida de tus compañeros? En cualquiera de los dos casos, sólo tienes que tener presentes los consejos de esta pequeña guía.

Cómo sabotear una Reunión de Trabajo

El mundo laboral está lleno de reuniones. Por alguna razón un pequeño porcentaje de ellas todavía son efectivas, y eso no se puede consentir.

  1. Insiste en que se sigan los canales de comunicación establecidos y los cauces oficiales en la toma de decisiones. No permitas que nadie aproveche resquicios o atajos para que se alcance una decisión ejecutiva.
  2. Haz discursos. A la gente le gusta escucharte. Tienes mucho que compartir. Ilustra tus argumentos con anécdotas, lo más irrelevante posibles. No pierdas la ocasión de hacer pararelismos entre tu vida personal o la de tu cuñao y el asunto de la reunión. Resalta en cualquier caso cómo aplicaste los valores corporativos a aquella situación, aunque fuese la paella del domingo.
  3. Usa el comodín del comité siempre que una situación de duda o incertidumbre pueda requerir un estudio adicional por parte de una instancia jerárquica superior. Si es posible, propón la creación de un nuevo comité. Bajo ningún concepto permitas que se cree un comité con menos de 5 miembros, siendo 7 un número más que suficiente para que las líneas de comunicación lo saturen y lo vuelvan ineficaz.
  4. Abre asuntos de debate fuera del orden del día, y asegúrate que sean irrelevantes para los objetivos de la reunión.
  5. Puntualiza y exige precisión en el uso de palabras comunes, aunque no den lugar a ambigüedad. Por ejemplo, no permitas que alguien se refiera a un «programador» sin que se detalle su área de especialidad tecnológica, nivel, antigüedad en el puesto o estatura.
  6. Reabre decisiones que se hubieran tomado en reuniones previas, especialmente si las personas que tomaron parte en dicha reunión no están presentes. Intenta que se revisen esas decisiones aportando nuevos datos que no se hubieran tenido en cuenta. Invéntate esos nuevos datos, usando fuentes difusas con visos de autoridad. Por ejemplo, «la gente ya no compra con el móvil, lo dicen los estudios de ComScore»
  7. Aboga por la cautela y la prudencia. Muéstrate razonable, y pide a tus compañeros que también lo sean. Evita que se tomen decisiones precipitadas que puedan dar lugar a desastrosos resultados. Ante la duda, revisa el punto 3.
  8. Reclama el respeto de ámbitos de decisión. Si pese a haber desplegado con éxito las anteriores 7 técnicas de sabotaje, la reunión está a punto de terminar con una decisión consensuada, muestra tu preocupación sobre si dicha decisión trasciende el ámbito de autoridad del grupo. Enumera aquellos aspectos que te hacen pensar que o bien la decisión corresponde a otras instancias, o está en contra de otros acuerdos alcanzados previamente.
  9. Dinamita los resultados. Si todo lo demás falla, sal de la reunión y comenta con aquellas personas que no hayan asistido, las decisiones que se han tomado en contra de su criterio. Resalta tu descontento con que se les haya ninguneado.
burocracia

La función pública oculta un auténico nido de saboteadores (Imagen de Pedro Domingo)

Manager de Día, Saboteador de Noche

Tener la responsabilidad sobre los objetivos y el trabajo de un grupo de personas es el sueño del saboteador profesional. La posición de Manager es el equivalente al Nirvana, uno de los puestos que te permitirá desarrollar las mejores y más divertidas técnicas de sabotaje empresarial. Acaba con la moral de tus compañeros con estos sencillos consejos:

  1. No aceptes una petición que no se te haya comunicado por escrito. En caso de que se te comunique por correo electrónico, asegúrate de que vayan en copia todas las personas en la cadena jerárquica desde el CEO hasta ti. En caso contrario, ignora el correo.
  2. Si aún así se te comunican las instrucciones por escrito, aseguráte diligentemente de haberlas entendido. Abre hilos de debate interminables solicitando aclaraciones posteriores, elevando riesgos o dudas, y a ser posible manteniendo en copia a todas las personas en la cadena jerárquica desde el CEO hasta ti. Incorpora aleatoriamente a otras personas que pudieran participar en la realización, verse afectadas por los resultados, o simplemente te apetezca incordiar.
  3. Retrasa la comunicación de órdenes e instrucciones todo lo que puedas, hasta que el plazo de su ejecución sea inviable. Aunque haya partes de la tarea que se hayan completado (por los motivos que sea siempre habrá alguien que lo consiga) como responsable haz que los resultados se entreguen tarde. Si es posible, haz las comunicaciones por canales inesperados, provocando el mayor retraso en su recepción por parte del equipo. Por ejemplo, si todo el mundo espera un email, escribe un memorando y súbelo al Basecamp (la mayor parte de la gente lo recibirá en la actualización semanal) No mandes comunicaciones en horario laboral, no vaya a ser que alguien las lea a tiempo.
  4. No solicites más trabajo hasta que se hayan acabado las tareas. Esto hará que se produzcan lapsos de tiempo de desasignación entre tareas, logrando así la ineficiencia organizativa. Si trabajas con material fungible, no pidas repuestos mientras tengas stock. Por ejemplo, espera a que se acabe el tóner para pedir otro (seguro que no lo has agitado lo suficiente)
  5. Exige para tu proyecto profesionales sobrecualificados, especialmente si son escasos en la organización y no tienen disponibilidad. No consientas que asignen mejores personas o medios a  proyectos que no sean el tuyo, y discute habitualmente sobre ello (sobre todo cuando no estén presentes los responsables de dichos proyectos). Amenaza con las posibles consecuencias en términos de sobrecoste o pérdida de calidad.
  6. Asigna antes las tareas menos importantes. Y al mismo tiempo, encarga siempre aquellas labores en el camino crítico o más prioritarias a personas que no tengan la cualificación adecuada, o se hayan mostrado abiertamente ineficientes. Especialmente si trabajan en otros centros de trabajo y no pueden coordinarse de forma directa. Procura que estas personas reciban el peor equipamiento disponible. El Eclipse arranca con 2 GB de RAM de toda la vida de Dios, y no hace falta un MacBook Pro para trabajar con el Photoshop. Cuando se lamenten de lo poco adecuado de su material, culpa a otros Managers de su falta de generosidad, o dinamita en general la equidad de la organización.
  7. Mantén un elevado nivel de exigencia en las tareas menos importantes, y permite que los elementos clave del proyecto salgan a producción con el menor control de calidad posible. Esto tiene una doble vertiente positiva: los resultados del proyecto serán lamentables, y te granjeará las simpatías de los desarrolladores más perezosos.
  8. Confunde las áreas de responsabilidad. Envía instrucciones y tareas a los equipos incorrectos, de manera que el trabajo se asigne a personas que ni lo esperen, ni tengan la cualificación necesaria. Por ejemplo, pide al equipo de experiencia de usuario que diseñe las API REST de integración.
  9. Da instrucciones incompletas e imprecisas. Deja espacio a la ambigüedad de manera que nadie tenga claro los resultados esperados. Alega estar dando «espacio para la creatividad». Después, rechaza los resultados y solicita que se rehaga la tarea. Procura perder en esta revisión suficiente tiempo para así interrumpir la nueva asignación de esa persona.
  10. Recompensa a los peores y castiga públicamente a los mejores. Mantén una doble moral y un doble rasero. Concede recompensas, aumentos de sueldo y promociones a quien menos lo merezca, especialmente si está socavando la moral del equipo, destruyendo sus resultados y prostituyendo los valores corporativos. Y haz escarnio público de los pequeños errores que cometan las personas más productivas y comprometidas, hazlos evidentes ante la dirección y comenta en voz alta lo decepcionante que es todo.
  11. Convoca reuniones cuando más trabajo haya. Hazlo por sorpresa, sin avisar de los objetivos de la misma ni de qué tienen que hacer sus asistentes para prepararlas. Aplica sin dilación los 8 pasos del capítulo anterior.
  12. Se creativo a la hora de invitar a gente a las reuniones. Convoca a personas de otros departamentos que no tengan nada que ver con el objetivo de la misma; y olvida convocar a miembros del equipo cuya presencia sí sea relevante. Avísales cuando la reunión haya comenzado. Socava su moral diciéndoles que cuánto tiempo están dispuestos a hacer esperar al resto. En otras ocasiones, mantén fuera de la reunión a personas relevantes, e insinúa al resto que realmente su presencia no es necesaria.
  13. Aumenta exponencialmente la burocracia. Inventa nuevos procesos y súbelos al lugar más insospechado de la intranet corporativa, enterrados bajo tres niveles de enlaces. No comuniques a los implicados su descripción o sus requerimientos. Cuando alguien manifieste su desconocimiento, déjale en evidencia diciendo que «está publicado en la intranet». Procura que en todos los estados de aprobación se involucren al menos 3 personas más de las necesarias.
  14. Se riguroso. Haz que se cumplan las normas y procesos al pie de la letra. Es la única forma de acabar con toda esta anarquía.
accidente

«Te dije que empujases, no que tirases» Los accidentes pasan cuando menos te lo esperas (Imagen de Bill Dimmick)

El Saboteador del mes

Para muchos, recibir un salario por tomar tres cafés al día, navegar por internet, actualizar el Facebook y poner a parir a sus compañeros no es suficiente. El Manual de Bolsillo del Saboteador incluye todo lo que necesitas para convertirte en otro engranaje oxidado de la maquinaria. Por el contrario, si estás pensando en tirar la toalla porque ves que tu esfuerzo no da resultado, descubre si te están boicoteando esas miserables comadrejas a las que llamas compañeros.

  1. Satura los canales de comunicación corporativa. No dejes ocasión para comentar u opinar sobre cualquier aspecto. Recuerda que tu silencio es cómplice: si no respondes no estás generando trabajo para nadie. Al contrario, cuando escribas en los canales de comunicación corporativa alguien se verá obligado a procesar tu respuesta. Nada las aguas de la sutileza y la ambigüedad.
  2. Pierde documentos y sube versiones obsoletas de los mismos. No importa el gestor documental que se utilice, siempre tienes la posibilidad de bajar una versión anterior, modificarla y subirla, destruyendo la versión actual del mismo. No es recomendable hacer esta práctica con código fuente, ya que el control de autoría de versiones es más utilizado y tus sabotajes pueden llamar la atención de compañeros colaboracionistas.
  3. Nunca pongas en copia a todos los interesados. Añade y elimina arbitrariamente a los interesados de un hilo de debate, de manera que siempre haya una persona que pierda información. Se recomienda que no sea siempre la misma persona, para no levantar sospechas. Cambia a discreción el canal por el que se realiza la comunicación, para que no haya una única herramienta donde seguirla.
  4. Practica la delegación hacia arriba. Eleva todas tus dudas y preocupaciones, y nunca asumas la responsabilidad de aquellas tareas que puedan ser clave, aduciendo su impacto y relevancia para la organización. Expón tus argumentos de manera convincente y exhaustiva. Explota la actitud paternalista de tus superiores, y deja que su productividad se venga abajo haciendo que sean ellos los que las finalicen.
  5. Abraza la rumorología y el chismorreo. Las personas necesitan cosas de las que hablar para llenar sus vacíos interiores, así que puedes hacerte importante entre tus compañeros expandiendo rumores maliciosos. Recuerda que cuanto más graves sean, mayor será tu reputación.
  6. Interrumpe tu trabajo y el del resto. Internet y los smartphones no nos proporcionan suficientes interrupciones. Hay personas que consiguen concentrarse en su trabajo, y eso es un desastre para La Causa. Existen dos argumentos clave para interrumpir con éxito a una persona: alimentar su ego y excitar su curiosidad. En el primer caso, conviértele en el Oráculo de Delfos al que acudes para pedir ayuda y consejo a la hora de acabar una tarea. En el segundo, piensa que nadie puede evitar una conversación que empieza con la frase «¿Te has enterado de…»?
  7. Pide más instrucciones. Finge que las indicaciones que has recibido no son precisas, o son difíciles de entender; y solicita todas las aclaraciones que sean necesarias en forma de disyuntivas. Alternativamente, muestra tu entusiasmo con la tarea y satura a tu responsable celebrando los pequeños avances que consigas.
  8. Quéjate frecuentemente de los medios que se te han dado y hazlos responsables de tus retrasos e ineficiencias. Recuerda de manera recurrente cómo otras empresas como Google o Apple se han hecho grandes asignando a sus trabajadores los mejores equipos disponibles en el mercado.
  9. Mantén la oscuridad y jamás te conviertas en un referente o una fuente de aprendizaje para un compañero recién llegado o de menor cualificación.
  10. Dinamita las áreas administrativas. Por lo general, las áreas de servicios comunes de una organización son centros de coste que viven permanentemente con una carga de trabajo por encima de su capacidad. Aumenta su malestar aparentando que sigues el proceso corporativo, pero falla subrepticiamente en los pequeños detalles.
tiempos modernos

Cualquier pequeño sabotaje puede ser la clave del fracaso (Imagen de dominio público de Wikimedia Commons)

¿Cómo detectar a un Saboteador?

No importa su nivel en el escalafón, un saboteador profesional puede acabar con la moral y el ambiente de cualquier organización. Una vez que cunde el desaliento en la empresa, se produce uno de los efectos más temidos: la fuga de talento. La mediocridad, la ineficiencia y los ambientes laborales nocivos suelen acabar por expulsar a las personas más brillantes.

¿Sospechas que tu empresa está siendo saboteada? Una sencilla hoja de cálculo te permitirá hacer el seguimiento de los comportamientos nocivos que encuentres entre tus compañeros. Apunta cada mes la recurrencia en las observaciones y consulta esta tabla de puntos:

  • Menos de 5. Esta persona es de tu entera confianza, está alineada con la organización y comparte sus valores. Todo el mundo tiene derecho a un mal día.
  • De 6 a 10. «El árbol que crece torcido, jamás su tronco endereza» Aunque no actúa de mala fe, alguien tiene que ayudar a esta persona antes de que sea demasiado tarde.
  • De 11 a 18. Alguien está haciendo sus pinitos en el sabotaje empresarial. Seguramente sea un empleado descontento que se está cobrando una venganza.
  • Más de 19. Se lo está tomando en serio. Está decidido a hundir la empresa, hay que tomar medidas correctivas urgentemente.
  • Más de 25. No descartes que esta persona haga espionaje industrial para tu competencia. Comprueba su historial laboral en la seguridad social, seguramente tenga una excedencia.
  • Más de 30. Enhorabuena ciudadano, has desenmascarado a un agente infiltrado de una potencia extranjera. Repórtalo a las autoridades militares para que procedan a su deportación inmediata.

(Este post fue publicado originalmente en el Blog Salmón el 11 de Junio de 2016)

Indiana Jones y el Talento Perdido

Se que muchos de vosotros consideráis incompletos los trabajos de Carl Jung (y followers) sobre arquetipos de personalidad aplicados al mundo laboral. Sobre todo porque no tienen en cuenta modelos de comportamiento tan españoles como son por ejemplo:

  • El Jeta. No hace nada y se aprovecha del sentimiento de responsabilidad de los demás, que no sólo acaban haciendo su trabajo sino que no exponen abiertamente su descarada actitud por no ser unos acusicas. La sensación de impunidad / injusticia dinamita los equipos
  • El Cuñao. Opina categóricamente sobre temas que desconoce, especialmente a toro pasado y siempre dentro de un ámbito de responsabilidad que no es el suyo, consiguiendo tener a todo el mundo encabronado. Paradójicamente, no aplica su doctrina a lo que sí es su ámbito de responsabilidad.
  • El Veleta. Se pasa el el día dando vueltas de un lado a otro, moviéndose atareado de aquí para allá dedicando su tiempo a tareas que le mantienen ocupado, pero que por desgracia no le llevan a ninguna parte. Ni a él, ni al resto de gente a la que arrastra a su alrededor.
  • El Flojeras. Todo le viene grande, nunca puede hacer nada por sí mismo, y siempre necesita ayuda.

Seguramente has identificado al menos a una persona que cumple con alguno de estos perfiles, ¿a que sí? Lo has hecho porque eres capaz de cultivar y mantener relaciones con una red de entre 100 y 150 personas en diferentes ámbitos; y estadísticamente siempre hay alguien así. Cuando conoces lo suficiente a un compañero para ubicarle mentalmente en alguna de estas categorías, puedes tomar decisiones sobre cómo relacionarte con él, cómo hacer que trabaje en el equipo, lograr que no te amargue la vida, etc.

People Analytics decisions

Mítica escena en la que Indiana Jones resuelve el problema del gigante con espadón

También te habrás dado cuenta de que esto no escala.  En general, todas las empresas que tienen en su ventaja competitiva la gestión del talento humano comparten dos necesidades:  identificar talento oculto en la organización, y mantener la relación de la empresa y el trabajador a través de la carrera profesional de la persona.

En empresas pequeñas, donde el contacto es cercano, esto no es problema, sin embargo grandes organizaciones con miles de empleados de diferentes perfiles repartidos por varios países necesitan una gestión diferente. Y para ayudar a conseguirlo, se pueden implantar procesos de People Analytics, como los que usamos en s|ngular internamente e implantamos en clientes que quieren diferenciarse de su competencia por la gestión del talento.

«No me escandaliza nada, soy científico»

Por People Analytics se entiende el conjunto de prácticas de análisis de datos de la propia organización, para extraer conclusiones que permitan ayudar y optimizar su gestión.

Eh, eh, Guardiola, espera… ¿Qué tipo de datos? ¿Te refieres a analizar los correos electrónicos y violar la privacidad de las personas?

No por Dios. Para eso ya está Google. Me refiero a datos como encuestas de desempeño, valoración de empleados y clientes, asignaciones a proyectos,resultados de los proyectos, horas incurridas, ausencias, clientes por los que ha pasado, oficinas en las que ha trabajado, equipos, responsables de esos equipos, habilidades, formación,  y un largo etcétera. Información que se genera en todas las áreas de la organización y que se vuelca en todo tipo de sistemas y soportes para que sestee digitalmente. Toda esa información está ahí, y va siendo hora de darle utilidad.

People Analytics big data

A lo largo de su carrera, el Dr. Jones (padre) acumuló toda clase de información

Aplicar el análisis de estos datos al mundo del Talento y Personas permite definir planes de carrera, identificar a los mejores candidatos en un proceso de selección, descubrir talento fuera de la empresa que interesaría atraer, optimizar el proceso de asignación de personas a tareas, crear planes decapacitación, anticipar causas de abandono, ayudar en la toma de decisión ante promociones o procesos de selección interna, etc.

Conocer a las personas que trabajan en una empresa, sus motivaciones y objetivos, es un éxito en sí mismo. Desde todos los puntos de vista, por ejemplo:

  • Para la Empresa, sobre todo de aquellas que tienen en el talento del equipo su ventaja competitiva.
  • Para el área de Personas, que puede crear planes de carrera profesional, modelos de retribución y compensación personalizados
  • Para los managers, que pueden asignar a las personas proyectos y responsabilidades acordes
  • Y sobre todo, para las personas, que se pueden desarrollar como profesionales (o como setas), según los intereses de cada cual (que de todo tiene que haber)

«Fortuna y gloria, muñeca. Fortuna y gloria»

Volvamos al doctor Jones y a los arquetipos. Partiendo de los trabajos de Jung, la doctora Carol S. Pearson publicó a lo largo de los años 80 y 90 hasta doce modelos arquetípicos: «Inocente», «Huérfano», «Guerrero», «Cuidador», «Buscador», «Amante», «Destructor», «Creador», «Dirigente», «Mago», «Sabio» y «Bufón». Para cada uno de ellos, la autora define objetivos y motivaciones, y también sus miedos, la forma de afrontar los problemas, y los perfiles con los que no se entiende.

Se que hay muchos modelos de definición y estudio de perfiles psicológicos, pero el de Jung-Pearson  permite que las personas se identifiquen con Indiana Jones, el Señor Miyagui o Harry el Sucio, así que no hacen falta más excusas para usarlo 🙂 Según este estudio, el perfil del Buscador / Aventurero se caracteriza de la siguiente manera:

  • Al aventurero no le interesa la rutina y la seguridad, más bien siente atracción hacia lo nuevo y lo desconocido. Quiere explorar nuevos caminos por sí mismo, aunque tenga que hacerlo en soledad y aislado del grupo. Como suele oponerse al orden establecido y a la forma tradicional de hacer las cosas, impulsa a que la organización se replantee procesos, procedimientos y formas de resolver problemas.
  • Otro factor motivacional importante es la sensación de autonomía a la hora de resolver el problema. El aventurero necesita saber que está haciendo las cosas a su manera, por sí mismo, es más, quiere sentir que lo hace sin el apoyo del resto, ya que luchar contra condiciones adversas aumenta el valor de su logro.
  • La combinación de «explorar lo desconocido» y «tener autonomía» es la fuente del aprendizaje y descubrimiento interior de las personas con perfil de Seeker / Buscador / Aventurero.

Otros rasgos de personalidad interesantes a destacar son:

  • Búsqueda de la mejora contínua por su carácter perfeccionista
  • Necesidad de potenciar su autonomía, como forma de encontrar su identidad e independencia
  • Por ello, el Aventurero tiene pánico a la rutina, la burocracia y el inmovilismo

Cuando un Aventurero no encuentra desafíos en su trabajo empieza a perder su capacidad de compromiso, cae en el pesimismo y el descontento crónico, siendo cada vez más difícil de motivar, y tiende quedar aislado del resto de la organización. En este círculo vicioso de descontento, que lleva a estar aislado, que aumenta el descontento, suele acabar con el Aventurero buscando nuevos desafíos fuera de la organización.

People Analytics career

Dar clase de arqueología es más aburrido que saquear templos Mayas, dónde va a parar

Bien. ¿Cuántos Aventureros hay en tu organización? ¿Cuántos quieres tener? ¿Sabes quiénes son? ¿Qué están haciendo? ¿Les has asignado la búsqueda del Arca Perdida, o están rellenando formularios? ¿Tienes retos para todos ellos? Esta es la clase de preguntas con las que lidian habitualmente las personas que trabajan en Gestión de Talento, y para resolverlas, pueden aplicar People Analytics. ¿Cómo?

«No son los años, cariño. Es el rodaje»

Os cuento cómo lo hacemos en s|ngular. Para empezar, como si de una película de infecciones víricas se tratase, tenemos definido un vector origen, una muestra cero que es la que usamos de patrón. Una persona que sabemos fehacientemente que tiene un perfil de Aventurero, que consideramos valiosa y que nos gustaría que hubiera más, en este caso nuestro CTO. A partir de su evaluación de desempeño identificamos cuáles son las competencias por las que destaca. Dentro del argumentario de nuestro modelo de competencias, las claves que definen a un perfil Aventurero son:

  • «Proactividad para solucionar y anticipar problemas». Tiene que ser una persona con interés por recorrer caminos.
  • «Eficacia». La cualidad de recorrer los caminos adecuados. Estamos en una empresa, no hay que olvidarlo.
  • «Interés por formación.» Deben demostrar su búsqueda constante de aprendizaje, puesto que estas personas deben liderar la adopción de nuevas tecnologías.
  • «Capacidad de aprendizaje técnico.» Una cosa es querer aprender, y otra hacerlo. El aprendizaje técnico va más allá de saber que algo funciona y aplicarlo, hay que entender por qué, cómo, para qué, cuándo, alternativas…
  • «Valoración potencial por el resto de compañeros», que deben reconocer y respetar su capacidad de liderazgo tecnológico.
People Analytics attributes

¿Para ser Aventurero tienes que tener fobia a las serpientes?

Como ser Aventurero es un rasgo de personalidad, que no está necesariamente ligado al puesto o a la experiencia, el algoritmo de análisis no busca valores absolutos, sino que tiene en cuenta:

  • La aparición de estas habilidades, que tienen que destacar como «top» de la persona. Es decir, no importa que la persona alcance la mayor puntuación absoluta en estas habilidades, sino que para que la persona se manifiesten como destacadas.
  • La correlación entre las habilidades complementarias del perfil. Aunque en nuestra definición del perfil utilizamos como competencias principales las que hemos repasado, existen otras que tienen que estar presentes. En este caso, la «responsabilidad sobre tareas asignadas» y «respuesta ante picos de trabajo». Esta relación no es algo meramente lógico, tiene que cumplirse en los modelos de análisis matemáticos.
  • La correlación con otras habilidades antagónicas. Por ejemplo, estadísticamente en el modelo de competencias de s|ngular, la «valoración potencial por compañeros» tiene una correlación de factor 0,6 con la competencia de «solidaridad y apoyo a los compañeros». Sin embargo, en el caso del perfil Aventurero, donde las personas encuentran satisfacción en recorrer el camino por su cuenta, buscamos personas que aún siendo valoradas por sus compañeros, no son especialmente reconocidos por sacarles de los apuros (ese es el papel de otro perfil, el «Cuidador») Por eso hacemos la agrupación en cluster de personas en los que la correlación valoración – solidaridad esté en los valores bajos de correlación.

Otros elementos que toma en cuenta nuestro modelo de People Analytics, y que se obtienen de otras fuentes de la organización, son por ejemplo:

  • Participación en proyectos que se han considerado innovadores o con un componente de reto tecnológicos. Este es un factor que no es determinante, puesto que precisamente el objetivo del proceso es identificar talento oculto. Esta información sale de nuestra base de datos de dedicaciones, viendo la asignación de una persona a proyectos de determinado tipo.
  • Asignación a las etapas iniciales de los proyectos. Las personas con perfil de aventurero suelen participar en las fases de lanzamiento, puesto que su principal aporte es establecer líneas maestras de solución, pautas, anticipar problemas, etc. Por eso en este perfil buscamos a esas personas que aportan más valor arrancando proyectos, lo que se demuestra porque los responsables de áreas y asignación tiran de ellos durante las etapas iniciales de los proyectos. Esta información se obtiene de la base de datos de dedicaciones, filtrando las asignaciones de personas a proyectos durante al menos en su primer cuarto.
  • Nuestro mapa de competencias, donde identificamos aquellas tecnologías menos frecuentes entre el resto de la plantilla, o tecnologías en diferentes estados de madurez (por ser vanguardistas, o versiones beta, o por su penetración en el mercado). Esta información se obtiene del tesauro técnico que mantiene el equipo de People Operations.
  • Las competencias que la persona publica en LinkedIn, y sus endorsments. De manera que se tenga en cuenta no sólo la visión que la empresa tiene de la persona, sino la que la persona expone públicamente de sí mismo. Esta información es pública.
  • Nivel de implicación en eventos técnicos internos. En el caso del Aventurero, nos interesan personas que proponen y preparan formaciones en nuevas tecnologías y que forman a los que vienen detrás. Esta información se obtiene de la base de datos de formación del equipo de People Operations
  • Nivel de implicación en comunidades. La búsqueda de conocimiento tiene que trascender las fronteras de la organización. Esta información es pública y se obtiene de redes sociales.
  • Presencia en eventos técnicos, en diferentes niveles, como asistente, ponente, etc. Esta información se obtiene del área de Administración en el caso de pago de cuotas de participación, y/o de la base de datos de formación del equipo de People Operations

«Doctor Jones. Sabía que era usted»

Para cada una de estas variables definimos nuestras propias tablas, con unos valores según escalas predefinidas que vamos actualizando y ponderando, de manera automática con los algoritmos de machine learning, y manual, cuando revisamos los resultados. Igualmente, la ponderación que cada uno de estos factores tiene en la fórmula es algo que afinamos periódicamente en nuestro proceso de mejora continua.

People Analytics review

El hábito no hace al monje, ni el látigo al Aventurero

Una vez aplicamos y parametrizamos el algoritmo, obtenemos tres grupos basados en la probabilidad de adherencia de cada persona al perfil, según criterios de coincidencia por encima del 95%, del 90% y del 85%.

A partir de esta información, el equipo de People Operations revisa la validez de los resultados, y desencadena procesos corporativos para entrevistar personalmente a las personas y hacer un seguimiento cercano de las mismas, compartiendo la información con responsables de área y managers para adecuar la carrera profesional y las asignaciones al perfil.

Hay otros perfiles de comportamiento que son especialmente interesantes para s|ngular, que también detectamos aplicando People Analytics. Y también hay otras líneas de actuación de People Analytics que espero tener tiempo para compartir, como son:

  • Medición del clima organizativo y compromiso, a través del cálculo del Net Promoter Score, solo que en lugar de aplicarlo a la lealtad de los clientes, se aplica a la plantilla.
  • Identificación de la características de los empleados que tienen éxito en su desempeño, es decir, qué cualidades tienen aquellas personas que destacan en su puesto de trabajo.
  • Identificación de causas de abandono, de manera que se pueda anticipar aquellas personas que están pensando en su nueva vida antes de que sea demasiado tarde.
  • Descubrimiento de talento externo, contrastando factores de éxito o de interés que pueden extrapolarse de la información pública de personas ajenas a la organización. Por ejemplo, por lo que dicen o hacen, su contenido online, sus contribuciones a repositorios de código fuente, etc.

Pero eso ya es otra historia

El Mito de la Búsqueda Pasiva

Buscar es Ganar

No sé vosotros, pero cada vez que leo o escucho el término «estoy en búsqueda activa», se activa algo en mi cerebro que me hace pensar sobre el concepto de «búsqueda pasiva«. Que me parece terriblemente fascinante por su propia contradicción.

Ojalá fuera lingüista, seguro que lo entendería; pero no lo soy, así que no dejo de preguntarme ¿por qué seremos así de gilipollas snobs los modernos? Buscar es un verbo; en castellano, un verbo expresa acción o proceso. El verbo es inherentemente activo (con la excepción de los copulativos «ser», «estar» y «parecer»)

Verbos Copulativos

Son dos leones que parecen estar copulando (Imagen de blabla blabla)

Por eso, buscar oportunidades profesionales es doblemente activo en sí mismo. Por el propio verbo en sí (aspecto gramatical) y por lo que implica (aspecto semántico). Cuando buscamos, hacemos lo necesario para encontrar o conseguir algo. En el caso de una oportunidad profesional supone:

  • Conocer o definir tus capacidades
  • Entender quién puede necesitarlas
  • Conseguir el interés de esas personas
  • Convencer a la persona que la empresa / proyecto será mejor contigo a bordo
  • Generar el deseo de la incorporación
  • Negociar las condiciones

Vamos, lo que viene siendo dominar el proceso de Tu Venta Efectiva. Es curioso, pero etimológicamente, no esta claro de dónde proviene el verbo «buscar». Hay una teoría que indica que pudiera provenir del latín «poscere» (pedir).

Auque hay otra teoría que dice que viene del indo-europeo «bhudh-sko» (ganar). Como dice el refrán «beggars can’t be choosers», así que a mí la etimología que más me gusta es esta segunda.

El profesional L’Oreal

¿Entonces, qué es la búsqueda pasiva? La búsqueda pasiva significa que no me voy a tomar la molestia de hacer nada, porque soy un profesional L’Oreal (osea, un profesional «yo lo valgo»).

En ese caso, dejamos de ser el sujeto y nos convertimos en Complemento Directo. Perdemos el derecho a dominar la acción del verbo, y pasamos a ser meros receptores de la misma. Ya no hablamos de buscar, sino de ser buscado (y encontrado)

 Caza Pasiva

Está en Caza Pasiva (Imagen de oresART)

Es Búsqueda Pasiva, porque la persona se convierte en el sujeto paciente de la acción del verbo. Digo paciente porque hay que tener mucha paciencia para estar mirando pasar las oportunidades profesionales por la ventana, o para estar sentado en el sofá esperando que suene el teléfono.

Quizá en ese caso, buscar se convierte en un verbo copulativo: si te dedicas a la Búsqueda Pasiva de oportunidades, puedes darte por jodido copulado. El resto de cazadores que hay ahí fuera no te van a dejar ni las mondas.

Publicado originalmente en LinkedIn Pulse

Empresas Z

Empresas Z

Derribaré las Puertas del Inframundo,
destrozaré los postigos de las puertas, y las derribaré,
y dejaré que los muertos suban para comer a los vivos
¡Y los muertos superarán en número a los vivos!

Poema de Gilgamesh, Tabla VI, Siglo XVIII Antes de Cristo

¿Habías llegado a imaginar que hace como 4.000 años que el ser humano conoce el concepto Zombie? O al menos que hay constancia escrita de ello. Eso me hace pensar que es algo inherente a nuestra naturaleza, forma parte de nuestra carga genética. Está codificado en nuestro ADN, posiblemente cuando nacemos tengamos que aprender cuatro cosas básicas: a obtener alimento, a dormir de noche, a hacer nuestras necesidades y a temer a los no-muertos.

Yo, porque soy un romántico, me siento más cómodo con la imagen clásica del Zombie. La de un cadáver animado, devorador de cerebros, que se mueve lenta pero inexorablemente. Sin prisa. Pero sin pausa. Un Zombie no tiene otra cosa mejor que hacer que perseguir a los vivos para alimentarse de ellos. Hay dos conceptos clave para entender la problemática Z: uno es el concepto del hambre. Los Zombies están permanentemente hambrientos, nunca quedan saciados. Todas las acciones de un Zombie están motivados por el ansia de devorar cerebros. El otro concepto clave es el contagio, que hace que sea estadísticamente imposible la supervivencia: es sólo una cuestión de tiempo.

De hecho, uno de los momentos clave en cualquier serie-película-novela-relato Z es aquél en el que los supervivientes se plantean si merece la pena seguir luchando o es mejor rendirse.

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Bueno vale, pero mordedme flojito, chicas (Imagen de stinkiepinkie_infinity)

Origen

La primera vez que oí hablar de Empleados Z fue en el año 2009. Parece mentira que hayan pasado 4 años, pero por aquella época estábamos empezando a sufrir los efectos de La Crisis. Muchas empresas comenzaban a asumir la necesidad de hacer ajustes, de hacer sacrificios, de recortar gastos, de concienciear que había que remar en la misma dirección, etc. Sin embargo, había empleados que preferían pasar del tema como si la cosa no fuera con ellos. Se conformaban con ir a la oficina a calentar el sitio, mientras sacaban la calculadora y hacían las cuentas de cuánto les iba a tocar en concepto de indemnización por despido. O en enterarse de si se podrían acoger a un ERE. En definitiva, se dedicaban a esperar a ver si les tocaba un pellizco y se podían pasar un par de años sabáticos.

Surgía así un perfil de empleado al que le daba igual su carrera profesional o su empleabilidad, acudía al trabajo con el piloto automático, por costumbre, perdía el compromiso y el interés por su ámbito de responsabilidad, y entraba en una espiral de apatía que podía llegar a ser contagiosa.

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Up or Out or Zombie (Imagen de bionicteaching)

Sin embargo, el problema de la zombificación no es exclusivo de las personas. También ocurre con las empresas.

El primer síntoma es que la responsabilidad se diluye en burocracias, Comités y tomas de decisión en modo asamblea. Cuando un manager deja de tomar decisiones, la empresa empieza a dejarse llevar por la incercia; para bien o para mal, liderar es tomar decisiones y sobre todo, hacerse responsable de las mismas. Sin embargo, en un Comité nadie es reponsable de nada; la responsabilidad es de un ente abstracto en el que las personas que lo forman desaparecen porque las decisiones se toman por acuerdo de la mayoría.

El proceso de zombificación de una empresa es lento. Comienza generalmente cuando un Responsable decide que está fatigado o quizá harto de tomar decisiones, y de explicarlas. Así que decide compartir esta carga creando un Comité. A priori parece una buena decisión: implicar a más personas en el proceso de toma de decisión, compartir la visión de la organización, dar visibilidad global…No os dejéis engañar, el comité es la Anti-Delegación.

  • Delegar es hacer más cosas. Y dar espacio a otras personas para que se desarrollen.
  • No Delegar significa centralizar la toma de decisión y la realización de tareas, en la creencia de que sólo uno mismo está capacitado para hacerlo (porque admitámoslo, los que me rodean son unos incompetentes que no se enteran y siempre me toca hacerlo todo a mí)
  • Pero un Comité es Anti-Delegar. No sólo se impide que las personas tomen decisiones en el ámbito de su responsabilidad, sino que se les imponen las decisiones que han tomado de manera mancomunada un equipo de personas. Personas que luego no van a estar necesariamente implicadas en la ejecución.

Es fácil rastrear el origen de la zombificación de una empresa: basta con buscar el primer mail corporativo comunicando que se ha creado un Comité del Cambio.

Contagio

Como no puede ser de otra forma, el contagio comienza desde el mismo momento en que se acepta que dentro de una empresa hay un entorno en el que nadie es responsable de la toma de decisión, ni de las consecuencias positivas o negativas de las mismas.

A partir de ahí se crea rápidamente una cultura de desapego en los managers y su función principal, que no es ni más ni menos, que el ejercicio de su responsabilidad. Obviamente, todo empleado tiene una responsabilidad sobre su trabajo por la mera existencia de su contrato; pero lo cierto es que la principal razón de ser de la gerencia y los mandos intermedios es precisamente la toma de decisiones y el ejercicio de la responsabilidad.

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Da igual el modelo matemático que utilices, al final la población humana tiende a cero (Imagen de Thierry Ehrmann)

En una Empresa Z, los managers poco a poco dejan de sentirse afectados por la toma de decisiones. La velocidad en la que este contagio se produce puede variar según el tirón que tengan las tres formas más habituales de contagio:

  • El contagio directo. Es decir, el de aquellas personas que son incluídas en un Comité. Un Comité puede ser formal o informal. Es formal cuando tiene sus propias siglas, una cuenta de correo corporativa y una frecuencia predefinida con la que se reúne. Pero también existen los Comités informales, llamados también Asambleas. Las Asambleas surgen de manera espontánea y su existencia está por lo general limitada a la toma de una decisión concreta; una vez que se produce, la Asamblea se disuelve.
  • El contagio derivado. El de aquellas personas cuyas acciones empiezan a estar regidas por un Comité del que no participan. Cuando un manager se ve privado de su responsabilidad, se convierte en un mero intermediario: puede llegar a transmitir los mensajes de la Gerencia y avisar de los riesgos del día a día (en proyectos y demás). Pero en el primer caso, se distancia del mensaje porque es lo más cómodo; y en el segundo se distancia de la solución porque la decisión la tomará otro, por tanto, él no es responsable de la misma.
  • El contagio inferido. Aquellas personas que ven que las acciones a su alrededor empiezan a estar regidas por un Comité o una Asamblea, y entonces deciden que las suyas también porque les resulta más cómodo. Es una forma malévola de contagio derivado.

Cuando comienza el Contagio, sólo la amputación de los miembros infectados puede impedir el Apocalipsis.

Apocalipsis Z

No lo olvidemos, de la misma manera que un Zombie es un no-muerto, una Empresa Z no está viva, ni ha cerrado. Está en un estado intermedio. Una Empresa Z puede seguir andando, quizá dando tumbos renqueantes. Como en toda obra Z que se precie, la fase de Contagio y el titubeo que le sigue, es la antesala de la fase de Apocalipsis. En un Apocalipsis Z el mundo se viene abajo cuando todo lo que dábamos por cierto deja de existir, y las personas se ven abocadas a luchar por la supervivencia.

Lo peor de una Empresa Z es que acaba con sus empleados. En primer lugar, les condena irremediablemente a la mediocridad. No deja de ser una espiral autodestructiva. Como todo el mundo sabe, las personas con Talento son las primeras en salir de una Empresa Z. Por tanto, el Talento global de la organización disminuye. Al crecimiento de la mediocridad global se suma el aumento de la burocracia, de forma que la Empresa se colapsa de personas que ni tienen capacidad ni ganas de tomar decisiones, que empiezan a formar parte de Comités en los que se perpetúa precisamente la falta de decisión.

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Pon a salvo tu Cerebro (Imagen de Harrattan Parhar)

Pero no es sólo que se condene a la mediocridad a los Empleados. Es que se devora a aquellas personas que consideran que hay otra manera de hacer las cosas. Una Empresa Z es profundamente cainita. Cuando reina la apatía, la mediocridad y el desapego, lo fácil es anular a las personas que destacan. Las Empresas Z se alimentan de cerebros a los que impide crecer y desarrollarse, generando una cultura gris que destruye la innovación. No sólo la destruye, a veces incluso la persigue, la acorrala y la castiga.

¿Qué hacer para sobrevivir al Apocalipsis Z? ¿Hay una cura? ¿Merece la pena luchar por ella? ¿Hay que huir a la primera ocasión que se presente? Todas esas preguntas tendrán su contestación en la Guía de Supervivencia en la Empresa Z