La Crisis de los Valores

Valor es lo que Valoras

Una de las cosas que me gusta del método que sigo para gestionar mi Tiempo (que es una combinación de varios, como ya estamos viendo) es la importancia que tienen los valores a la hora de la planificación. Osea, de la toma de decisiones.

Tengo pendiente escibir sobre por qué no soy otro Apóstol más del GTD, aunque sí que hay aspectos de ese método que me gustan. Pero no lo haremos hoy. Ya he dejado entrever en otras ocasiones que yo no necesito gestionar más de una lista de tareas, y ahora voy a hablar sobre lo importante que es para mí pensar en mis valores a la hora de tomar decisiones, porque lo considero algo más que rellenar mis huecos de tiempo disponible vaciando listas de cosas pendientes.

Victory Cross

La Cruz Victoria es la más alta distinción al valor del Ejército Británico (la imagen es mía)

¿Por qué los valores? Porque desde mi punto de vista, me gusta pensar que las cosas que hago tienen un sentido para mi vida, que me aportan algo más que su mera realización. Por eso miro mis valores y mis objetivos cuando decido posponer tareas, delegar otras, incluso dejarlas morir.

¿Cuáles son mis Valores?

Lo malo de seguir una metodología de gestión del tiempo basada en Valores y Objetivos es que te obliga a pensar en Valores y Objetivos. Reconozco que pensar en listas de tareas y tachar cosas es más sencillo. Pero así es la vida.

Tienes que conocer tus valores para tener la convicción de que estás tomando las decisiones correctas. Esas que están en sintonía con tu persona, y no te hacen sentir culpable, ni frustrado, ni que pierdes el tiempo.

Uno de los los valores más habituales es El Trabajo. Para muchas personas, su trabajo es la forma directa de autorealización. Porque les gusta aplicar su inteligencia o capacidad productiva a la resolución de problemas, o conflictos, o bien porque les produce satisfacción el sentimiento de utilidad, o el ambiente laboral. Las personas centradas en el trabajo disfrutan cuando están activos y anteponen todo lo relacionado con el curro ante cualquier otra faceta de su vida.

Sin embargo, hay otros valores en los que puedes centrar tu vida; y la mayor parte de las quejas y frustraciones que veo a mi alrededor vienen de que cada vez más gente se ve obligada a convertir el Trabajo en su principal valor. O peor aún, les obligan. Y peor peor aún, no sólo se les obliga a convertir el Trabajo en su principal valor, sino que además lo hacen a costa de desplazar otros

Blue Max

La Orden Pour-Le-Mérite, o Blue Max, si tuviera Hojas de Roble sería la más alta del Imperio Prusiano (Imagen de CoolValley)

Partiendo de la base de que la mayoría de la gente necesita trabajar para obtener ingresos y mantener un nivel de vida, tu lista de cosas que valoras puede incluír además:

  • La Pareja. Porque disfrutes de una relación que es muy imporante, y sabes que tienes que cuidarla y renovarla todos los días.
  • La Familia. Especialmente, si tienes hijos. Conozco personas que consideran que lo primero en la vida es su familia. Uno incluso dice que lo más importates es su hijo de 8 meses. Al que sólo ve dos días a la semana, porque llega de trabajar todos los días después de las 22h. Yo intento explicarle que no se engañe a sí mismo, que su hijo se pela. Si no, estaría allí con él. Si el Tiempo nunca se puede recuperar, imagina el que no le dedicas a tu hijo. En fin.
  • Los Camaradas. Muchas personas desarrollan lazos afectivos con personas con las que no les unen vínculos de sangre, pero esán dispuestas a dejarlo todo cuando un amigo está en apuros
  • La Diversión. Hay personas a las que sólo les importa divertirse, llevan una vida orientada a pasarlo bien, y es algo completamente respetable. Cuando lo único que quieres es divertirte, otras facetas de tu vida como el trabajo pasan a segundo plano. Seguro que hay personas que tienen trabajos no cualificados que no les aportan ninguna clase de realización personal, y no se sienten mal por ello.
  • La Salud/Forma física. Por ejemplo, poque pones la salud en un lugar muy alto de tu escala de valores. Tienes citas ineludibles a las que no vas a renunciar por nada en el mundo, como 2 horas para correr o 2 horas en el gimnasio.
  • El Esfuerzo. También hay valores abstractos como el Esfuerzo o la Disciplina. Las personas que valoran el Esfuerzo se miden a sí mismos por su capacidad de sacrificio, bien sea en su trabajo, o en su familia, etc.
  • La Acción. Muchas personas lo que necesitamos en la vida es adrenalina, estar sometidos a cambios o constantemente verse llevados al límite de su capacidad.
  • La Seguridad. Hay personas que al contrario que las anteriores, lo que más valoran es que les dejen tranquilos.
  • La Fama. Muchas veces la gente hace cosas porque busca la admiración o el reconocimiento de los demás.
  • El Dinero. ¿Por qué no? Hay personas que ponen al dinero por encima de lo demás. Si el Papa no es quién para juzgar a nadie, imaginaos yo.

Seguro que hay muchos más, he intentado recoger los más habituales en el mundo en el que desempeño mi actividad profesional.

Las Claves de los Valores

Hay cuatro conceptos clave respecto a los valores.

  • Son cambiantes. Las personas atravesamos diferentes etapas, y eso conlleva muchas veces un cambio de valores. Por ejemplo, cuando yo empecé a trabajar, mis principales valores eran por este orden, el Trabajo, el Esfuerzo y la Acción. Hoy, con un niño de dos años, el orden es la Familia, el Trabajo y la Acción.
  • Cuando repartas el Tiempo que tienes disponible, asegúrate que las actividades que hacen responden a tus valores. Si crees que lo importante para tí son tus Camaradas, ¿qué Tiempo estás dedicando a cultivar su amistad? «Para mí, lo más importante son los amigos: no me pierdo la Cena de Navidad» ¿Te suena a basura autocomplaciente, verdad? Pues así con todo.
  • Tus valores no tienen por qué ser los de los demás. Así que no los proyectes a otras personas. Sólo vas a conseguir frustarte y frustar a otras personas.
  • Y por último, como corolario de lo anterior, moléstate en saber cuáles son los valores de la gente con la que trabajas; porque lo vas a necesitar más adelante para delegar efectivamente en ellos.

Por Dios, ve al Grano

¿Qué tiene que ver todo esto de los valores con la organización y la gestión del tiempo? Pues lo tiene que ver absolutamente TODO. Todo, en la lengua de Cervantes.

Cruz Laureada de San Fernando

La Orden de San Fernando, instaurada en 1811, es nuestra mayor distinción al valor (Imagen de wikimedia Commons de Masss)

La decisión que tomes para sobrevivir al horror de las 14:59 tiene que basarse en tus propios valores. En el próximo post, veremos algunos ejemplos.

Mientras tanto, aprovecha para repasar la lista de valores, ver si están los tuyos, y si crees que falta alguno, avísame.

Productivo no es Eficiente

La Productividad es un ratio. Mide la relación entre la cantidad de productos o resultados que un sistema genera, y los recursos que necesita para conseguirlo. Siempre que se generen más resultados que recursos se necesiten, se puede ser productivo.

La Eficiencia está relacionada con la productividad; es una medida de lo optimizado de un sistema, y por tanto, de su capacidad de generar productos consumiendo el menor número de recursos posibles. Sin embargo, ser eficiente no necesariamente supone generar más resultados.

Cuando tú eres el sistema, y el recurso que lo alimenta es tu tiempo, ¿quieres ser productivo, o quieres ser eficiente?

¿Qué camino debo seguir?

-Minino de Cheshire -empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba -. Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
– Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar – dijo el Gato.
– No me importa mucho el sitio… -dijo Alicia.
– Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes – dijo el Gato.
– … siempre que llegue a alguna parte – añadió Alicia como explicación.
– ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte – aseguró el Gato -, si caminas lo suficiente.

Alice’s adventures in Wonderland, Lewis Carroll

Gato de Chesire

Es la tercera vez que sale un gato en mi blog. Espero que sea la última (Ilustración de Sir John Tenniel de dominio público)

No sabría qué palabras no destacar de este diálogo. Es el resumen ejecutivo de la toma de decisiones que debería interiorizar cualquier persona que aspire a ser productiva. Olvidate de todas las metodologías, herramientas, apps y evangelios mesiánicos que hayas leído sobre como «hacer tus tareas». La próxima vez que tengas que tomar una decisión de hacer o no hacer algo, vuelve a los principios, back to basics. Recuerda:

  • si sabes hacia dónde vas, unas decisiones harán que te acerques y otras que te alejes. Aprende a identificar cuál es cual
  • si no tienes un rumbo, no te preocupes: puedes pasarte la vida dando vueltas, y siempre llegarás a alguna parte. Piensa qué vas a hacer si no te gusta el sitio al que llegas

Cuando se tienen objetivos en la vida, todo parece más fácil 🙂

El Gen del Programador Egoísta: 2- El comercial reprimido

Este proyecto está mal vendido

Ojalá me dieran un euro cada vez que escucho que «el proyecto está mal vendido«. Junto con «en mi local funciona» es la segunda frase autocomplaciente más habitual del mundo, forma parte del acervo popular de descarga de responsabilidad. Es curioso, porque a las personas más brillantes que conozco nunca se lo oigo decir, pero bueno. Cosas mías.

A mí me encanta escuchar que un proyecto está mal vendido, y como los que me conocéis sabéis que no me callo, siempre respondo con un habitual «¿y tú cómo has ayudado para que estuviera bien vendido?«. ¡Un momento! Guardiola, ¿no estarás insinuando que los técnicos tienen que participar en el proceso de venta? ¡En absoluto! No lo insinúo, lo afirmo categóricamente.

JFK

No le preguntes a Kennedy qué puede hacer por tus proyectos, pregúntatelo a ti mismo

No me lo puedo creer. Técnicos involucrándose en el proceso de venta. ¿Pero no habíamos dicho que los técnicos son los que ejecutan y los comerciales los que venden? También habíamos dicho que los comerciales no tienen ni puta idea de lo que venden, y a lo que se dedican es ir a comer y tomar cafés con gente mientras los demás partimos teclados a base de programar. Tranquilos, en este post no voy a revindicar el trabajo del comercial (sólo faltaba)

No, este post vuelve a tratar sobre cosas que son necesarias para uno mismo, y que tengo que hacer aunque no me gusten, sea como sea, porque me acerca a mis objetivos.

¿Cómo se vende un proyecto?

En general un proyecto se vende de dos maneras: o porque alguien te llama y te lo da, o porque tienes que competir con otros para conseguirlo. En casos de proyectos TIC, la cosa va más allá. Estamos en un mundo en el que la calidad del software cada vez pesa menos como factor a la hora de la toma de decisión de compra. Especialmente en el Sector Público, donde se ven concursos en los que la oferta económica es el 60% de la puntuación. Casualmente, los responsables de esos organismos se lamentan de la baja calidad del software que reciben, de lo mal pagados que están los profesionales, de lo mal que está el sector TIC… En fin, todo muy coherente.

Camisa de Fuerza

Lo mejor es no hacer caso a las voces (Imagen de rocksss)

El caso es que acreditar la capacidad técnica parece que se ha convertido en condición necesaria, pero no suficiente; lo que significa que al final hay que hacer una oferta técnica: demostrar que se ha entendido el problema, plantear una solución que tiene sentido, identificar el equipo que lo va a lograr y poner un precio. Así que señores, si los comerciales no tienen ni puta idea de lo que venden, tendrán que ser los técnicos los que se pringuen y aporten la solución técnica. ¿Y por qué querría un técnico ayudar a conseguir un proyecto? Principalmente por dos motivos, a cual más egoísta que el anterior.

¿Quién es el dueño de mi carrera profesional?

Si no tienes claro que el dueño de tu carrera profesional eres tú mismo entonces necesitas urgentemente un choque con la realidad.

Siempre que he hecho entrevistas a candidatos me ha gustado decirles las cosas claras; y una de ellas es que no les puedo garantizar que los proyectos en los que vayan a participar vayan a ser interesantes. Obviamente, el primero siempre tiene que tener ese punto que haga que alguien deje su trabajo para empezar en un sitio nuevo. Pero una vez acabado… (porque sí amigos, los proyectos acaban) pues no se puede saber. En una empresa de software hay de todo, apuesto que hasta en la NASA tienen tanto proyectos virgueros de microprogramar vehículos de exploración en Marte como mantenimientos evolutivos del sistema de nóminas, y nadie quiere caer en el segundo.

Es sólo mío!

Aparta tus sucias zarpas de mi carrera profesional (Otra imagen de gatitos, esta es de pippy & timmy)

Eso quiere decir, que un programador egoísta que se preocupa por sus objetivos personales tiene que tener claro que no puede dejar en manos de un comercial que no tiene ni puta idea la capacidad de acceder a proyectos interesantes.

Cuarta Ley del Programador Egoísta: Si quieres participar en proyectos interesantes, no te quedes esperando a que te caigan del cielo.

Así que la próxima vez que te pidan ayuda para preparar una propuesta, destierra de tu cabeza los pensamientos autocomplacientes como:

  • No es mi trabajo. Te equivocas, construir tu curri es realmente a lo que te dedicas.
  • Estoy muy ocupado. Estás ocupado ahora, pero supongo que querrás seguir ocupado después, ¿verdad?
  • No tengo suficiente información. Bienvenido al mundo real. Ahora procesa la información que tienes, acota tú mismo el problema, deja claras esas premisas, y propón una solución.
  • No me quiero mojar con las estimaciones. ¡AJA! Ese es el verdadero problema. Lo mejor es que las estimaciones las haga otro, para así tener a alguien a quién culpar de mis problemas. Autocomplacencia en estado puro.

Si no te parece suficiente, aquí viene el segundo motivo. Es todavía más duro que el anterior.

Adivina quién se lo va a comer con patatas

Exacto. No hay mayor muestra de inteligencia (emocional o no): si vas a acabar metido en el proyecto más te vale asegurarte que se va a hacer como crees que debe hacerse, porque al final, el que va a estar metido en la trinchera vas a ser tú. Así que por lo menos, encárgate de decirle al Teniente cómo tiene que ser la trinchera, dónde hay que tender las alambradas, cuántos sacos terreros necesitas para protegerte del fuego enemigo, cómo disponer las Vickers para que tengan mejor campo de tiro, y qué vas a hacer si el enemigo usa Gas Mostaza. Si no lo piensas tú, no te preocupes, otro lo pensará por tí.

La Trinchera

Oh My God! Aquí pone que vamos a desarrollar un gestor de contenidos a medida en 3 jornadas… ¡Malditos comerciales! ¿Por qué no habrán metido un Joomla?

En general, como norma de vida, nunca pierdas la oportunidad de definir cómo debe ser cualquier puzzle en el que seas una pieza. Al final, todo el mundo opina sobre un proyecto: precisamente de eso trataba el primer título de este post. Opinar está muy bien, pero las personas con objetivos además de opinar actúan.

Quinta Ley del Programador Egoísta: Aprovecha cualquier ocasión que tengas para que los proyectos se vendan como tú crees que deben venderse.

Esta Ley tiene un Corolario:

Corolario a La Quinta Ley del Programador Egoísta: Si pudiste implicarte en la venta de un proyecto, pero miraste hacia otro lado, a nadie le va a importar lo mucho que te quejes luego.

Porque al final, el mundo de los proyectos se basa en que primero se vende y luego se ejecuta; al contrario que el mundo de los productos. Tienes dos alternativas: trabajar para conseguir llegar a tu objetivo de aprender y trabajar en proyectos cojonudos ( y lograrlo, o no), o confíar en que alguien lo va a hacer por ti (y a ver qué pasa). Sólo en una de las dos alternativas puedes llegar a tener control: espero haber dejado claro que a mí la que me funciona es la primera.

Scrum Team

«… we are here to help the developers, because inside every freakie there is a presales trying to get out…» (Imagen de eks4003)

Por último, me gustaría recordar a todos los desarrolladores (egoístas o no) que por encima de las leyes de los programadores, hay una Ley Universal de las empresas de servicios.

Ley Universal de las Empresas de Servicios: La venta nunca se para. Las ofertas se presentan se impliquen o no los técnicos que las van a hacer.

Espero que la próxima vez que os pidan ayuda para preparar una oferta seáis un poco más egoísta, penséis en vuestro propio beneficio, y lo hagáis.

Mis 14 FAVs de #Empleo2020

#Empleo2020

El 25 y 26 de Junio de 2013 MediaNet Software organizó el Encuentro «Empleos de Futuro» dentro del programa de Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

La verdad es que fueron unos días de lo más interesantes: al final el Encuentro es una excusa para desconectar del día a día, cambiar de ciudad y juntarte dos o tres días con personas innovadoras, dinámicas y muy inteligentes con las que habitualmente no puedes pasar ese tiempo de calidad. Es la segunda vez que MNS organiza esta clase de encuentros, y al final todas las personas a las que les proponemos ir de ponentes coinciden en que estos días les sirven para inspirarse, coger ideas, y pensar. Y encima en Santander, una ciudad encantadora, en el Palacio de la Magdalena. Son todo ventajas. Lo peor es tener que salir a cenar y tomarse un par de copas todos los días; las sesiones de Thinktonics y Ronstorming  son agotadoras 😉

He hecho un pequeño ejercicio de intentar resumir en 1 tweet el aspecto más destacado de la exposición de cada ponente, según su relevancia en las redes sociales. Por eso es una presentación de 14 tweets. Eso no quiere decir que no hubiera otros aspectos de las  intervenciones más importantes, o más significativos. En general, los vídeos del Encuentro están disponibles y cada cual podrá sacar sus propias conclusiones. Simplemente, estas son las mías.


El Gen del Desarrollador Egoísta: 1- El programador complaciente

Acerca del Ego-istmo

Una de las cosas que más echo en falta en los técnicos es el egoísmo. Se que es una frase fácil de malinterpretar, por eso quiero explicar a qué me refiero.

En general, en el mundo técnico he tenido la suerte de trabajar por norma con personas que se dejan la piel por ayudar a sus compañeros. Siempre he defendido que todos somos muy majos para tomar unas cañas y salir de copas (alguno incluso pagamos una ronda), pero a los compañeros se les conoce bajo presión, cuando las cosas van mal, no funciona nada, empiezan a llover las hostias y entonces se ve quién se arruga y quién tiene lo que tiene que tener.

Scrum Master

Da igual que lo llames Scrum o Melé, sigue siendo una metodología ágil (Imagen de John_Scone)

También me parece fundamental, como parte del valor que aporta un profesional a su empresa, la actitud de dejar lo que se está haciendo para echarle una mano a un compañero que necesita ayuda. En MediaNet trabajo con esa clase de personas, igual que antes lo hacía en SATEC.

No entiendo nada, Guardiola, estás hablando de compañerismo y generosidad en un post que trata sobre el gen del programador egoísta; definitivamente se te ha ido la pinza; adiós.

Bueno, es que no me refiero a ese tipo de egoísmo. Me refiero al egoísmo que tiene que ver con hacer cosas que no me gustan, pero que tengo que hacer porque son necesarias para mí mismo. Y del egoísmo que tiene que ver con hacer cosas por las que no me pagan o para las que (creo que) no tengo tiempo, pero que tengo que hacer porque me gustan y si no las hago yo, las harán otros en mi lugar. Me refiero al egoísmo que viene del ego, del yo, de aquello que tengo que hacer sea como sea y cueste lo que cueste porque me acerca a mis objetivos. (Otra vez se repite la frase, acercarse a los objetivos de uno. Es la segunda que vez que la uso en el blog. No será la última.)

El  gen del programador egoísta, o mejor dicho, el poco frecuente gen del programador egoísta, se materializa claramente como recesivo en dos situaciones que seguro que todos hemos vivido alguna vez; la primera de ellas la trataré en este post (y la otra la añado a la larga lista de post pendientes)

El gen del programador complaciente

El gen del programador complaciente se manifiesta dominante frente al egoísta en todo lo que tiene que ver con pruebas e incidencias.

Los proyectos con presupuestos cerrados suelen ir bien hasta la semana antes del paso a producción, da igual que se usen metodologías ágiles o no. Todo va bien, las historias de usuario se completan, se va gestionando el cambio, a los usuarios todo les parece bien, y de repente un día alguien (generalmente el cliente) empieza a hacer pruebas y hay una estampida de incidencias que salen como setas. Por todas partes. Hasta el punto de que empiezan a tambalearse los cimientos, se comprueba con horror que el sistema está cogido con alfileres y no funciona nada.

Sprint Review

Pues en mi entorno local funcionaba (Imagen de Drakegoodman)

Cada vez que un desarrollador dice frases como «pues cuando lo probé iba bien» o «en mi local funciona«, Dios mata un gatito. Si dice cosas como «es por un micro-corte de red que hace que se pierda la conexión con la base de datos«, Dios extingue una especie tropical (además de los habituales gatitos).

Si hacemos una encuesta entre 10 personas cualquiera que se ganen la vida desarrollando software, llegaremos a la conclusión de que lo más apropiado es que el aseguramiento de calidad de un sistema lo haga alguien diferente del que lo programó, por varios motivos, entre los que destacan:

  • La persona que lo desarrolla sabe lo que se supone que tiene que hacer el sistema, y cuando prueba tiende a comprobar que hace exactamente aquello que le pidieron
  • La persona que lo desarrolla está contaminada porque sabe cómo funciona la aplicación y por tanto, los pasos que tiene que dar para probarla
  • Hay mucho que desarrollar, y no da tiempo a probar (obviamente, porque el proyecto estaba mal vendido, ya hablaremos en otro post sobre eso)
  • Desarrollar es como criar un hijo, todos los padres pensamos que nuestro chico es el más listo de la clase, todos los inputs que recibimos refuerzan esa sensación y nos cuesta ver lo contrario por nosotros mismos (en realidad hablo de oídas, porque mi hijo es el más listo de la clase)

Y aunque estoy a favor de que haya departamentos de QA que de manera independiente al desarrollo validen que esté libre de errores (o en su caso los detecten), lo ideal sería que los entregables que reciben estén como los chorros del oro; que se pudiera comer sopitas en ellos.

¿Y por qué no es así? Pues básicamente porque los cuatro motivos de antes se resumen en que el programador es auto-complaciente. Enseguida se convence a sí mismo de que todo está bien hecho, de que ha hecho lo que tenía que hacer, y si algo falla, es por culpa de otro que no hizo su trabajo bien, o no le pasó la información que necesitaba cuando la necesitaba, o que no le explicó detalladamente algo, o que no abrió un puerto en el firewall, o que le cambió una especificación dos días antes de terminarla… He llegado a oir que el error era culpa de la persona que hizo las pruebas, que no prueba bien el sistema y falla. #amazing

A lo que yo digo, vale, ¿y qué? Has hecho un desarrollo que tiene más agujeros que Bob Esponja así que da igual que le hayas echado cientos de hora de tu vida, la mala noticia es que no han sido suficientes porque todavía no has terminado: ahora lo tienes que arreglar.

Sponge QA

¿A qué te refieres con eso de Plan de Pruebas, Bob? (Imagen de gspidermac)

La auto-complacencia es uno de los peores defectos que puede tener un profesional, pero se acentúa en el caso del programador. Hay dos situaciones en la que el egoísmo debe ser la clave para sobreponerse ante la auto-complacencia, sobre todo por los devastadores efectos que tiene sobre uno mismo.

El problema de la mochila

Todos los que hemos programado conocemos el problema de la mochila; hay que hacer un algoritmo que permite tomar objetos de un determinado volumen y valor para llenPUES NO. Ese no es el problema de la mochila.

Cuando uno entra a una empresa y empieza a programar, va pasando por proyectos. Algunos serán más largos, otros más cortos; unos serán un reto, otros no tanto, y todos en general formarán parte de su trayectoria profesional. De cualquiera de ellos podrá recibir un día un correo electrónico (o una llamada, según la gravedad) indicándole que tiene que dejar lo que está haciendo porque tiene que resolver una incidencia en uno de los proyectos por los que ha pasado.

Sprint Planning

Todavía son becarios, y ya tienen sus mochilitas (Imagen de ewar woowar)

El problema de la mochila es una maldición intrínseca de las personas que se dedican al software: cuanto más avanzan en una empresa, mayor es el peso que llevan en su mochila, más posibles incidencias pueden surgir; y por tanto estadísticamente más veces va a tener que dejar de hacer algo, porque la única persona que puede solucionar un problema con garantías suele ser quién lo resolvió la primera vez.

Primera Ley Natural del Programador Egoísta. Las cosas no terminan hasta que terminan. Si quieres salir cum laude de un proyecto encárgate de que todo lo que desarrolles funcione; y cuando falle, arréglalo lo mejor posible para que puedas seguir adelante hacia tus objetivos.

La conclusión es que cuanto más riguroso seas contigo mismo y con tu desarrollo; es decir, cuanto menos auto-complaciente seas, menos peso llevarás en tu mochila.

Sísifo Consulting

La segunda derivada de la auto-complacencia en el desarrollo es el temido Síndrome del Proyecto Sísifo. Como todos sabemos, Sísifo era un rey que quería vivir eternamente, engañó a los dioses mientras pudo hasta que le trincaron, momento en el que le condenaron a subir una piedra hasta lo alto de un monte. Lo que pasa es que al llegar a la cima, volvía a caer hasta la base; y así por toda la Eternidad.

Sisifo Consulting

Ánimo, otro empujoncito y vaciamos el Jira (Imagen de ChuckSchultz)

En tecnología, llamamos Proyecto Sísifo a ese proyecto en el que salen errores como cucarachas, hasta debajo de las piedras, de forma que se establece un círculo vicioso que es difícil romper: no se sale a producción porque  hay errores; al no cumplir los objetivos el cliente dice que ya que estás le haces unos cambios; por la sensación de falta de rigor en el desarrollo e inclumplimiento se termina por perder la capacidad negociadora; con lo que hay que asumir los cambios; por hacerlos deprisa y corriendo para no palmar pasta surgen nuevos errores; y así sucesivamente. Por toda la Eternidad.

Segunda Ley Natural del Programador Egoísta. Si detectas que esto se va a convertir en un Proyecto Sísifo recuerda la Primera Ley Natural del Programador Egoísta.

Que yo sepa, sólo hay 3 maneras de salir del Proyecto Sísifo:

  • Abandonar, como las ratas y los cobardes. Opción descartada, salvo para las ratas y los cobardes.
  • Salir con los pies por delante. El fracaso no es una opción.
  • Pensar en uno mismo, ponerse las pilas y hacer bien las cosas, porque nadie más lo hará por ti. El egoísmo es la única salida.

La conclusión es que cuanto más riguroso seas contigo mismo y con tu desarrollo; es decir, cuanto menos auto-complaciente seas, más probabilidades de que el resultado de tu trabajo sea un éxito para tu cliente, para tu empresa, y por tanto, para ti mismo.

Se egoísta: piensa en tí mismo. Ojalá cada vez hubiera más gente convencida de que la auto-complacencia es uno de los mayores enemigos de la realización personal.

Tercera Ley Natural del Programador Egoísta: Si no te das una patada en el culo de vez en cuando, alguien lo hará por ti. Y te va a doler más.

Otro día escribiré sobre otra situación en la que las personas sacrifican aquello que les acerca a su objetivos. Mientras tanto, puedes aprovechar la sección de comentarios para decirme si eres o no un profesional auto-complaciente, si llevas mucho peso en tu mochila o si estás a punto de que la piedra llegue a la cima de la montaña.

Por qué uso WordPress.com, y otras conclusiones variadas

Por lo visto, es bastante habitual escribir un post para compartir algunas conclusiones cuando el blog tiene un mes de vida, y aunque parezca mentira, el mío ya lo ha cumplido.

Lo primero es: ¿Por qué WordPress.com y no me he montado un WordPress en un servidor?Admito que reconocer que el blog lo tengo alojado en WordPress.com a priori podría ser casus trolli teniendo en cuenta que soy Licenciado en Informática, de los antiguos, de los de 6 años de carrera y proyecto (sí, he decidido defender mi derecho a ser un Licenciado y no Ingeniero, pero eso recordadme que os lo cuente en otro post)

Engineers can't dance

Engineers Can’t Dance

Los motivos para esta decisión son, por este orden:

  • Whois privado. Una de las primeras cosas a la hora de hacer un blog es el nombre de dominio, y si será propio o de un tercero. Yo quería hacer un poco (pero muy poco) de autobombo, digo, de Personal Branding, así que compré uno con mi nombre que estaba libre. Lo que no quería es que cualquiera que hiciera un whois viese mis datos personales, así que me puse a buscar las opciones de registro de dominio que habilitaban el whois privado. Os parecerá una chorrada, pero no todos los proveedores de dominio te dejan contratar esta opción durante el proceso de compra.
  • Claridad de la oferta. Con la edad voy cambiando mi perfil de cliente, y cada vez tengo menos ganas de pensar cuando compro. Como cliente valoro mi tiempo, si tengo que leerme la descripción de 5 servicios para enterarme de cuál necesito es que no me lo están vendiendo bien. En general, compro a tiro hecho. Si tengo que estar pensando y valorando es que no lo tengo claro, y si no lo tengo claro, lo descarto. El otro día comentaba con un compañero (y sin embargo amigo) que vender es como tener sexo: va a ocurrir porque al contrario le resultes atractivo en tu conjunto; si no, no tiene sentido destacar que eres alto, hueles bien, eres elegante y tienes un alto poder adquisitivo. Eso ya lo has mostrado y no ha sido suficiente, fin de la conversación, y no me vuelvas a llamar. La oferta de WordPress.com para bien o para mal es clara y meridiana. En 1&1 o Arsys no me quedaba claro qué herramenta ponían a mi disposición para hacer mi página personal, si era un Joomla o un Drupal, algo que se habían construído ellos o un WP. Yo quería WP, y puestos a ello, qué mejor (a priori) que tenerlo en la empresa que lo desarrolla y lo mantiene.
  • Time to Market. No quiero perder ni un minuto haciendo cosas que no me aportan valor, como instalar servidores web, bases de datos y demás. Trolleadme lo que queráis, pero todo eso no es para mí, la verdad. Seguro que a otra gente le interesa, lo cual me resulta admirable.
  • Cero Mantenimiento. Igual que no quiero perder tiempo para empezar a escribir, no quiero perder tiempo para instalar plugins, themes, actualizar versiones o parchear nada. Si alguno estáis leyendo mi hilo de post sobre organización del tiempo, os anticipo que aprender WordPress, o montar y configurar un mySQL, o instalar movidas y demás concretamente a mí no me acerca mis objetivos personales, sino que me aleja de ellos, por tanto el tiempo que pudiera invertir en eso lo estaría tirando por el retrete. En esta frase tan aparentemente inocente se encierra todo lo que hay que saber sobre gestión del tiempo, la he metido ahí, oculta en este post, como una gema escondida para mis lectores más fieles (si los hubiera o hubiese) Como no me sobra el tiempo, no lo quiero malgastar, así que fuera.

El único aspecto negativo que he encontrado hasta el momento en WordPress.com es el tema de la analítica. Un blog alojado en WordPress.com no puede incluir el script de recogida de datos de Google Analytics, básicamente porque ya lo usa el contenedor de blogs para recoger las de todos los sites alojados, que luego procesan y convierten en las tuyas. Cuando creé el blog no le di importancia a este hecho, en realidad ni me lo planteaba.

Sad Dog

Las estadísticas de WordPress.com están muy restringidas (Imagen de Le Howl Studio)

El caso es que en poco tiempo se la he dado. En estos 30 días he tenido 800 visitas (814 realmente) lo que me parece una pasada. La verdad es que no es algo que me esperase, cuando empecé el blog lo hice principalmente porque me gusta escribir y hay cosas que me apetece contar; lo que no había tenido en cuenta es que hubiera gente que a priori le pudiera interesar leerlas. Es como jugar al poker y ganar, debe ser la hostia. El caso es que la información que puedes recibir por defecto es manifiestamente insuficiente, por dos aspectos:

  1. no puedes conocer el tiempo medio que alguien pasa en una página (es decir, si alguien realmente se lee lo que escribes)
  2. ni puedes saber qué gente te visita de forma recurrente.

Otras cuestiones me dan un poco más igual. Pero bueno, no pasa nada. En ausencia de Google Analytics he optado por usar la alternativa de statcounter.com; que se integra en WordPress.com de manera trivial y de momento me muestra la clase de información que quiero leer.

Esto sobre por qué recomiendo usar WP.com y cómo solucionar el tema estadísticas. Ahora algunas conclusiones:

  • Theme. Uso el tema SemPress porque es responsive y la maquetación en el móvil no queda mal. No es el tema que más opciones de configuración aporta, pero la verdad es que no las necesito (de momento)
  • Blog infinito. Elegí poner el blog infinito porque es lo que espero encontrar yo cuando entro a un sitio; para el que lee es lo más cómodo. Lo cierto es que se pierde información sobre las entradas populares, ya que no hace falta que se siga el enlace para leerlo. Podría poner un blog infinito de resúmenes, pero no tengo del todo claro que sea bueno para el que me lea, así que cuando tenga rodado el tema statCounter haré alguna prueba, a ver qué tal.
  • Multiidioma. He fantaseado con la idea de traducir las entradas, o escribir directamente en inglés. Lo primero me parece un trabajazo, sin contar con que no tengo claro que WordPress.com lo permita, y lo segundo, sinceramente, un poco snob.
  • SEO. Hay muchos aspectos en los que el SEO de mi página hace aguas. En algunos casos, porque no estoy haciendo mucho hincapié ya que de momento me dan lo mismo (por ejemplo, mi dominio tiene mi nombre personal, pero no mi site, etc) Pero otras me han sorprendido negativamente; como por ejemplo lo mal posicionados que tengo los post sobre mHealth. En fin, aspecto a mejorar.

Pero sin duda, lo que más tengo que mejorar es el engagement con la audiencia, que básicamente es nulo.

Waiting for the Call

A ver si es que me he dejado el teléfono descolgado… (Imagen de Kevin McShane)

Lo mido en tres aspectos:

  • Accesos. Los picos de visitias al blog aparecen principalmente cuando publico actualizaciones en twitter, y en menor medida en LinkedIn. Al final, eso me supone que a lo largo de la semana abraso a mis seguidores en ambas redes sociales con posts en diferentes horas y diferentes días (lo siento).
  • Suscripción. Hay un dato que no entiendo y sobre el que tengo que reflexionar, y es que si tengo 800 visitas, la suma de las visitas que llegan desde un referrer no llega a la cuarta parte; pero si no tengo suscriptores, ni seguidores del blog, ni llegan de los post en twitter o en LinkedIn, ¿de dónde llega esa gente? No creo que sea metiendo directamente la URL del site en el navegador, me parece absurdo.
  • Comentarios. No recibo comentarios a las entradas. La gente que sabe de marketing siempre está hablando de las call to action; en todos los trucos para principiantes blogueros recomiendan acabar un post con una pregunta. A mí, perdonad que os diga, pero siempre me ha parecido una gilipollez; pero lo cierto es que no recibo comentarios prácticamente. De momento voy a esperar a ver los datos de permanencia en las páginas, por lo menos para tener claro si mis visitas se leen mis contenidos.

Por último, dos cosas que he empezado a hacer y me han gustado:

  1. Usar twitter cards, que es una chorrada y que además está muy mal explicado por ahí. Una twitter card no es más que ese panel de información ampliada que twitter muestra (osea, dentro de twitter) asociado a un tweet que contiene un link a un site externo. Las twitter cards se generan desde el link que he compartido; hay varios tipos de card a elegir, y dos maneras de crearlas: o con un código fuente que puedes componer para pegar en tu site (y que en WP.com no puedes meter) o a través de la URL de un post que copias en un cuadro de texto y le das a OK. El Theme de WP.com que uso tiene todos los metadatos para que la twitter card se autogenere y quede perfecta. Una vez que la has creado, no tienes que hacer nada, twitter hace una validación, y la twitter card se incorpora a twitter; que lo muestra automáticamente cuando ve pasar la URL que has definido en un tweet. Alguno me diréis: ¿cómo voy a poner la URL de un post si todavía no está publicado? Pues poniéndola: el proceso de validación es inmediato, y da igual que hayas publicado tu tweet promocionando la actualización. En el momento en que está la twitter card generada, el tweet que contiene la URL se actualiza automáticamente para que pueda mostrarse. Osea, que se hace con carácter retroactivo: los tweets que ya se hayan tuiteado, se actualizan solos.
  2. Concienciarme con la cultura Creative Commons. He dejado de usar Google Images para buscar imágenes que ilustrar los post: ahora uso herramientas como la búsqueda avanzada de flickr o compfight.com, y siempre respeto las imágenes con licencias CC.

Y como reflexión final, dos cosas que debo equilibrar:

  • El ritmo de post. 14 en un mes. Prácticamente cada 2 días. Me parece demasiado.
  • El tiempo que tardo en producir las entradas.

Esta en concreto he tardado dos viajes en metro y una hora en casa después de cenar. He superado las 2 horas. Creo que tardo demasiado, aunque me gusta buscar imágenes, meter todas las referencias que puedo y darle varias vueltas al texto. ¿Y tú, cuánto tardas en meter un comentario? 😉

El Momento de la Verdad

Si estamos verdaderamente convencidos de orientar nuestra compañía hacia las necesidades individuales de nuestro cliente, entonces no podemos apoyarnos en manuales de proceso e instrucciones que llegan de las distantes oficinas de la Corporación. Durante esos 15 segundos de oro tenemos que dar la responsabilidad de ideas, decisiones y acciones a la gente que pertenece a SAS: empleados, asistentes de vuelo, encargados de equipaje, y todos los demás empleados de primera línea. Si tuvieran que mirar hacia estratos más altos de la organización para tomar decisiones sobre un problema concreto, entonces esos 15 segundos de oro desaparecerían sin respuesta, y habríamos perdido la oportunidad de conseguir un buen cliente.

Jan Carlzon, «El Momento de la Verdad», Ediciones Díaz de Santos

 

La gente no habla de nada

— (..) A veces, me deslizo a hurtadillas y escucho en el «Metro». O en las cafeterías. Y, ¿sabe qué?
—¿Qué?
La gente no habla de nada.
—¡Oh, de algo hablarán!
—No, de nada. Citan una serie de automóviles, de ropa o de piscinas, y dicen que es estupendo. Pero todos dicen lo mismo y nadie tiene una idea original. En los cafés, la mayoría de las veces funcionan las máquinas de chistes, siempre los mismos, o la pared musical encendida y todas las combinaciones coloreadas suben y bajan, pero sólo se trata de colores y de dibujo abstracto. Y en los museos… ¿Ha estado en ellos? Todo es abstracto. Es lo único que hay ahora. Mi tío dice que antes era distinto. Mucho tiempo atrás, los cuadros algunas veces, decían algo o incluso representaban a personas.

Ray Bradbury, «Fahrenheit 451»

Lecciones para políticos durante la Crisis: mantened las apariencias

Doc aparece con un Lamborghini Countach rojo sangre (…) A John le molesta, porque los polis odian tales muestras de ostentación. Los incorruptibles piensan que les estás restregando las ganancias por las narices (…) a los de la división no les gusta que hagas alarde porque los ciudadanos ven lo que consideran traficantes de drogas completamente a su aire (…) los polis que tienes comprados te ven conduciendo un carro de 300.000$ y piensan que a lo mejor no les estás pagando lo suficiente.

Don Winslow, «Los Reyes de lo Cool», Ed. Mondadori