Una visita inesperada
Tengo una entrada a medio escribir sobre el tema de monetizar Apps en el proceloso mundo del #mHealth, pero he tenido que dejarla parada. Sí, es que este post se me ha colado en el camino, qué queréis que os diga. Podría inventarme alguna historia sobre que mi perro se comió mi MacBook, pero desde algunos años no tengo perro.
Lo cierto es que el otro día, como dice la entradilla, me invitaron a una reunión del Club Gertech un Club de Debate sobre Tecnología formado por Gerentes y directores del ámbito sanitario. Fue una reunión de lo más interesante, me hubiese gustado participar un poco más, pero también me gustaría que me invitasen a la siguiente, así que fui un buen chico 🙂
El caso que salí del encuentro en plena ebullición de ideas, pero con todo el lío del Encuentro que organizamos desde MediaNet en la UIMP no he tenido tiempo de pensar en ellas ni 5 minutos; como no quiero que se me olvide, me salto mi línea editorial para hablar de ello.

«May you live in interesting times», una maldición china que podría ser gitana (Imagen de kevin dooley)
Me gustó una de las reflexiones finales de D. Joaquín García Guajardo (@quinoguajardo), que apuntaba que si se hiciese el DAFO del mHealth, «las Oportunidades superarían ampliamente a las Amenazas». Así que después de fusilar la frase para el título del post, os cuento un poco.
La inteligencia social
La primera intervención de la jornada corrió a cargo de Esteban Moro (@estebanmoro) para hablar sobre redes sociales, el big data que alimentan cada minuto decenas de miles de personas y que está ahí, al alcance de cualquiera que le interese cogerlo, procesarlo y darle valor.
Gracias a la información que se obtiene de twitter de manera profesional a través de sus canales oficiales (GNIP y DATA SIFT), a la razón de 1$ cada 10.000 tweets en el caso del segundo, el grupo de Esteban Moro es capaz de analizar y georeferenciar la incidencia de enfermedades como la gripe. ¿Cómo? A través de la inteligencia semántica que puede aplicarse sobre esos 140 caracteres que la gente va por ahí publicando alegremente cuando tiene fiebre o le duele el cuerpo.

Pues vaya ful. Mis 9.871 tweets se podrían comprar por menos de un dollar (Imagen de Images_of_Money)
Si lo piensas, tiene todo el sentido del mundo. ¿Qué es lo que se supone que quiere el sistema sanitario? Por lo que veo en la tele, evitar el colapso de sus diferentes niveles, y si no se puede evitar, por lo menos que se preste la atención de la forma más ordenada posible. En general, si le preguntas a cualquier médico, lo que te dirá es que él en sí mismo es un recurso escaso, cuyo uso debe optimizarse en la atención de aquellos casos importantes, y no malgastarse en casos que no lo necesitan.
A mí utilzar la información que sale de twitter para conocer si hay picos de propagación de la gripe, si va por barrios, si pueden planificarse campañas, o adaptar los recursos a la necesidad real… Por ejemplo, haciendo que se refuercen los médicos de atención primaria en determinados centros, o llevando más dosis de la vacuna a unos que a otros, o empezando las campañas de vacunación antes, o después… Pues no se, a mí me parece que tiene ventajas para todos: para los pacientes, para los profesionales, para los que gestionan, para los que ponen la pasta…
Claro, montar algo así yo imagino que debe ser complicado. Imagino que habría que hacer alguna clase de comité que agrupe a gente de atención primaria, de hospitales, de servicios centrales… Y luego un comité para analizar las recomendaciones del comité. Ya se sabe cómo va esto.
Pues no… Por lo visto el problema no va a ser ese, viene un poco antes: en la viabilidad de obtener y procesar datos de salud obtenidos de una red social. Y claro, yo abro tuiter, veo que la gente dice lo que le da la gana y lo suelta en Internet, así, en abierto. Para que todo el mundo sepa que está acatarrado, le han operado del riñón, o el feto tiene ya 20 semanas y mira, parece que se le ven los huevecillos. Y es que les da igual su privacidad; porque por mucho que nos duela, vivimos en una sociedad que renuncia tranquilamente a su privacidad, no le interesa leerse los términos de servicio de nada, y además, si no renuncia le da igual porque se la quitan.

Who Watches The Watchmen? (Imagen de FlintWeiss)
¿Nadie se ha parado a pensar que si lees twitter con el cliente para móvil, te bajas un tuit de uno que dice que tiene un herpes, te desconectas de internet, sigues viendo ese dato? Osea, que cualquiera de nosotros vamos por ahí con una base de datos con información LOPD nivel 3, puesto que incluye datos relativos a salud de personas que podrían ser identificables. Nos salvamos porque en el ámbito de actuación de la LOPD no intervienen los ficheros mantenidos por personas físicas en el ejercicio de actividades personales o domésticas. ¿Y si una empresa de regalos para recién nacidos se pusiera a navegar por tuiter escribiendo a la gente que dice que su mujer está de parto y el niño ya viene de camino? Me niego a creer que esto se me acabe de ocurrir a mí.
En fin, lo importante es:
- que la política de privacidad de los términos de servicio de twitter, dice que autorizas que twitter recoja, ceda, trate, almacene, comparta y revele tu información, especialmente la que sea pública; como por ejemplo, tus tweets si no están protegidos
- que según el Artículo 3 de la LOPD se considera un Dato Personal cualquier información concerniente a personas físicas identificadas o identificables
- y que aunque no fuesen datos anónimos, el Artículo 7 apartado 6 dice que podrán ser objeto de tratamiento los datos de carácter personal cuando dicho tratamiento resulte necesario para la prevención o para el diagnóstico médicos, la prestación de asistencia sanitaria o la gestión de servicios sanitarios, siempre bajo las condiciones de secreto profesional.
Dicho lo cual, queda zanjado el tema de si se pueden aplicar técnicas de análisis y monitorización en redes sociales de datos relativos a la salud para optimizar la atención sanitaria; sí que se puede, así que ahora hay que ponerse a ello.
En cuanto a la presencia en redes sociales y la exposición al trolleo… Bien, la gente ya habla de hospitales y sanidad, y les trollea, estén o no en RRSS. Todo el mundo sabe que al troll no hay que hacerle caso, pasemos de los trolles y centrémonos en las personas que sí están interesesadas en interactúar.
No diga Apps, diga Observatorio
La siguiente ponencia corrió a cargo del Dr. Julio Mayol (@juliomayol) a quién espero convencer para que suba a SlideShare todas esas presentaciones suyas tan interesantes, cargadas de datos y realidades sobre las que cimenta sus ideas y llamadas a la acción.
Trataba sobre las posibilidades que ofrece el smartphone en el mundo de la salud, por su capacidad de cálculo, dispositivos y sensores integrados o integrables, cámara y micrófono, etc. Teniendo en cuenta que prácticamente todo el mundo tiene uno de estos encima, ¿será posible dotar de utilidades al teléfono que aporten valor a la persona y al mismo tiempo ahorren recursos al sistema de salud? Parece que a priori lo raro sería no conseguirlo. En general, desarrollar una línea de Apps puede ser clave para que las personas vayan a los servicios de salud, primaria y especializada, cuando deban, y a ser posible, presentando información adicional que pueda ser aportada al sistema para su uso por todos los actores que interactúan con el paciente.

Qué manía os dado con que la gente no vayamos a los Hospitales (Imagen de San Diego Shooter)
Sin embargo, una de las cosas que más me sorprende en esta clase de debates sobre mHealth es el tema de la regulación. Es indudable que en materia de salud hay que mantener siempre una serie de requisitos. Por ejemplo, si estamos hablando de dosis de medicamentos, las personas tienen que tener la garantía que el App que le dice la dosis de apiretal al niño le está dando la cantidad adecuada. ¿Pero cuál es la forma de conseguirlo? ¿Abrir un proceso regulatorio que puede tardar años? ¿O mostrar al usuario los elementos que le den seguridad y garantías y decida por sí mismo?
Obviamente yo abogo por la segunda. Sobre todo por dos motivos:
- La tecnología no espera. Ni las Redes Sociales. Ni… Nada. Nadie espera a la regulación. La regulación siempre llega tarde, igual que la policía por lo general llega cuando el crimen se ha cometido, o está a punto de cometerse.
- El mal nunca descansa. En lo que he tardado en escribir este post, dos o tres tipos sin escrúpulos han visto que pueden hacer dinero jugando con el desconocimiento, la incertidumbre y la necesidad de los demás.
Por cierto, escuché un comentario que me puso la carne de gallina; hacía referencia a la obligatoriedad de mantener piezas de recambio de los dispositivos médicos, y si cómo esto se debería aplicar a los smartphones. Sí, a los smartphones, esos cacharros que fabrican para que tires a la basura cada dos años y que detrás de las bombillas, las medias y las impresoras, son el culmen de la obsolescencia programada. En fin.
Bueno, como todos los post que tienen que ver con mHealth, vuelvo al tema del Observatorio. Ese Observatorio que tiene que poner al paciente en el centro de todo el lío; porque el paciente es el que se descarga las Apps. Si no se las descarga, no existen. Y si no existen, el resto de los planes se vienen abajo. Construir un mecanismo de eficiencia, ayuda a la gestión, optimización de recursos, mejora en la atención, ahorro de costes, etc, basado en Apps tiene que tener la orientación total a las necesidades del paciente. Una vez que quede claro por qué la gente se va a descargar y mantener en sus teléfonos tu aplicación ya se puede pensar en qué beneficios va a tener para los doctores y para el sistema.

Adivinad qué ocurre cuando lanzas productos sin pensar en las personas que los van a consumir (Imagen de Nima Badley)
Pero no, este no es el post del Observatorio. Todavía me quedan dos post más para contarlo.
700 años de experiencia
A modo de conclusión, uno de los asistentes comentó que GerTech acumula entre sus socios unos 700 años de experiencia en la gestión sanitaria.

Lo malo del oro es que hay que bajar a picarlo (Imagen de GSofV)
Exacto, ese sitio es una mina de oro. Toda esa información sobre necesidades en el ámbito de la salud y la gestión hospitalaria debería ponerse al alcance de gente con iniciativa, ganas de solucionar problemas, capacidad de obtener financiación y sobre todo, capacidad de aportar valor. Últimamente se les llama emprendedores.
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