mHealth: ¿Hay algún médico a bordo?

La última vez que lo miré, había 18.564 Apps en el canal Medical del App Store, lo que representaba el 2,18% de las más de 850.000 Apps que están disponibles para descargas sólo en el marketplace de Apple. Cada mes, Apple recibe entre 20.000 y 30.000 nuevas Apps para su valoración, casi 1.000 cada día (recordadme que os hable en otro post sobre La Lista Negra de Apple), osea que haciendo la proporción, todos los meses hay unas 500 nuevas Apps de eso que se ha dado en llamar #mHealth En Google Play la cosa va más lenta; aunque el número de Apps en global está equiparado, en el canal Medical hay 7.669 Apps.

Hace ya algunos años, en 2011, un estudio de Juniper Research estimaba que para el 2016 habría 142 millones de descargas de Apps médicas, y a mí en realidad me parece que se han quedado más bien cortos; en Abril de 2013 comScore decía que en US hay 133,7 millones de smartphone, y en los principales países de Europa (entre los que sorprendentemente se considera a España, qué cosas) hay otros 132 millones. Osea, 270 millones de personas con un smarthphone sólo en US y Europa. Me juego bueyes contra pajaritos que en 2016 la cifra de descargas de Apps médicas es absurdamente ridícula.

Bueyes conta pajaritos

Bueyes vs Pajaritos, Fight! (Imagen de mikecogh)

Pero no nos liemos. #mHealt. Apps Médicas, subiendo a un ritmo de 500 cada mes a nuestros stores favoritos.

Una preguntilla: ¿alguien se dedica a comprobar el contenido de esas Apps?

¿Estás de coña broma? En Internet nadie comprueba nada, ese es precisamente el valor de Internet, la capacidad de difundir lo que sea a cientos de millones de personas sólo porque te encuentra Google. Y si no lo encuentras en Google no pasa nada, pregunta. En el NewEnglad Center for Investigative Reporting hicieron un estudio a finales de 2012; analizaron 1.500 Apps que había que pagar por descargar y constataron datos tan escalofriantes como que:

  • Más de 1 de cada 5 afirmaban que podían curar transtornos médicos
  • De esas 331 aplicaciones terapeúticas, cerca del 43% usaban dispositivos del propio terminal o sonidos para hacer tratamientos
  • Una docena incluso usaban el flash (cómo no se les habrá ocurrido a las otras 319)

En este estudio se citan uno de los casos más terroríficos de lo atrevida que es la ignorancia: AcneApp costaba 1,99$ en iTunes y afirmaba que la luz azulada que generaba, eliminaba las bacterias causantes del Acné si se aplicaba sobre la piel al menos dos minutos al día. No se a vosotros, pero a mí me parece fucking brilliant! La denuncia contra la FDA indicaba que AcneApp tenía sus buenas 11.600 descargas (más de 23.000$, de los que Apple se llevó la tercera parte of course)

Ya te vale, Robin

Ya te vale, Robin

En un escenario como ese hay dos caminos: el del libre mercado (dejar que sea el propio usuario el que decida lo que se instala en el teléfono y lo que no); o el  de la regulación. En esa línea, a finales de 2012 se anunció que la FDA estadounidense lanzaba un proceso de regulación del mercado de las Apps médicas, sin embargo con el tiempo la cosa se ha quedado bastante más light de lo que se preveía. En general, parece que el tema va de que van a estar sujetas a revisión por parte de la FDA aquellas Apps que hagan el mismo trabajo que un dispositivo médico sujeto a revisión por parte de la FDA, o que sean un accesorio del mismo. Los chicos de AcneApp están de suerte, lo pueden volver a intentar.

Por tanto, en ese escenario volvemos al camino del libre mercado; dejar que la cosa se regule por sí misma. Aquellas personas que somos honestas y honradas y no tenemos intención de estafar a nadie necesitamos entonces abrir los ojos garantizar la solvencia del equipo médico que hay detrás de un App; dejar que los usuarios antes de descargarla sepan que los contenidos o la práctica que se genera en esa App no está respaldada por la frikipedia Wikipedia, sino que hay un equipo de profesionales adscritos a un servicio de salud de atención primaria o especialista (con nombre, apellidos, un cv a sus espaldas, y a ser posible un número de colegiado), y qué es exactamente lo que podemos esperar del App.

Dr Doom

Quiero desarrollar la línea de Apps sanitarias del Dr. Doom (Foto de Guy Schmidt)

¿Y en España? ¿Qué pasa en España? Menos de lo que debería, como de costumbre. Excepto que la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Salud y Bienestar Social, ha sido pionera en la edición de un catálogo de Prácticas Recomendables, y en la creación de un Distintivo App Saludable que pretende reconocer aquellas Apps que pueden usarse de forma fiable. Las recomendaciones pues en general son las mismas que se podría hacer a cualquier otra App, sea de salud o no, que quiera no sólo ser seria sino parecerlo; pero qué queréis que os diga, ya es un paso importante.

Sin entrar en los detalles, me parece que la JA ha dado un paso que nunca me hubiera imaginado que daría una Administración Pública y menos en materia de tecnología: ha tomado la iniciativa #amazing. No se si los Consejos de Sabios de Europa van a estar moviendo papeles al respecto durante los próximos meses/años, ni si los burócratas de nuestro país van a hacer lo propio cuando los primeros terminen (osea, dentro de meses/años + otros cuantos meses/años) Mientras tanto, ya hay una autoridad «certificadora» que puede servir para que los usuarios puedan distinguir las Apps que tienen su distintivo de las que no lo tienen.

Yo iría mucho más allá; soy un ferviente defensor del concepto de Observatorio de mHealth. Recordadme que en otro post os cuente exactamente en qué consistiría, los beneficios que aportaría a todos los participantes (desde los pacientes a las Administraciones Públicas y todo lo que queda por medio), incluso algunos prototipos aspiracionales; y todo ello por menos de lo que nos cuestan dos o tres de esos asesores puestos a dedo.

En fin. De momento por ahora es suficiente. Espero haber dejado claro por qué creo que es importante contar con un médico a bordo de cualquier proyecto de #appSalud. Este es un tema que me interesa, así que le dedicaré varios post al asunto.