Tú no lo sabes, pero es la última vez que hablaréis. Crees que es una despedida más, igual que las anteriores, sin embargo, esta vez va a ser diferente. A partir de mañana no va a contestar al teléfono cuando llames. Y no es que tenga lío, no. No piensa devolver tus llamadas.Tu teléfono seguirá en su agenda, sólo para saber que eres tú quién llama. Tampoco va a contestar tus whatsapps, olvida del doble tick azul, no los va a leer. Tampoco va a contestar tus emails. Vas a dejar de ver sus post en Facebook, y sus fotos en Instagram.
Una persona normal esperaría al menos una explicación. Un motivo. Nada. No te esfuerces, no pierdas el tiempo, y sobre todo, no pierdas la decencia: no existes. Te has convertido en un Fantasma.

Agárrame ese Fantasma
¿Qué es el Ghosting?
El Ghosting es la nueva forma de terminar una relación: convertir a otra persona en un fantasma, alguien que no existe, simplemente ignorándolo. Sin pasar por el penoso y a veces engorroso proceso de dar explicaciones. Por el camino fácil.
Aunque el Ghosting es algo que parece fomentar una sociedad que nos ha dado Tinder, Grindr, Happn, las Adopciones de Tíos y demás, el caso más sonado es el de Sean Penn. Efectivamente, un hombre que tiene 2 Oscars© de la Academia y que estuvo casado con Madonna y con Robin Wright, pero al que Charlize Theron sacó de un plumazo de su vida, haciéndole desaparecer como un fantasma.
Por lo demás, una encuesta de YouGov demostró que el 11% de los encuestados había hecho Ghosting para terminar una relación (un 6% adicional de cachondos decían no estar seguros, osea, que sí) La revista Elle también publicó una encuesta que mostraba que casi el 17% de los hombres y el 24% de las mujeres se habían convertido en fantasmas alguna vez en su vida.
Lo que las encuestas no te dicen es que el 100% de los vendedores hemos sufrido Ghosting alguna vez en la vida.
Cómo saber si eres víctima del Ghosting
Efectivamente, queridos amigos. Todos los que estamos en el mundo de la venta hace años que sabemos que el Ghosting existe. Seguramente lo aprendimos la primera vez que presentamos una propuesta. Es algo que hemos incorporado a nuestro día a día, pero no le habíamos puesto un nombre molón ni hablaban de ello las revistas de moda.
¿Reconoces alguno de estos síntomas?
- Parece que no contesta a mis correos, el caso es que no me los rebota
- Le dejé un mensaje en el buzón de voz, lo debe tener lleno porque no me devuelve la llamada
- Qué mala suerte, es la tercera vez que me cancela la cita
- Siempre le llamo cuando está reunido
- Le mandé una propuesta pero nunca me contestó, creo que sólo quería mirar precios
- No pone su teléfono en la firma de los correos, es que ya me conoce
- Me dijo que me invitaría al siguiente concurso, lo que pasa es que para este año ya no tiene presupuesto
- Nunca aceptó la invitación a conectar en LinkedIn, porque no usa mucho las redes sociales
- Nos cruzamos frente a frente en la cola del café de un congreso, lo que pasa es que no hablamos porque tenía que enviar un email
- Le fui a dar la mano, y se la metió en el bolsillo, lo mismo es que le sudan mucho
Bien, ahora que ya sabes que te has convertido en un fantasma, veamos por qué.

Los fantasmas atacan al Jefe
No soy yo, eres tú
Ignorar a un vendedor es algo que todos hemos hecho alguna vez en la vida, basta con pensar en la persona que te llama por teléfono a la hora de la siesta para que te cambies de operador; en el que te quiere vender un seguro en un centro comercial; o el que quiere que alivies tus pecados de burgués colaborando con una ONG.
Después de muchos años estudiando al respecto, la conclusión a la que llego de los motivos del rechazo giran en torno a cuatro grandes ejes:
- No me interesa escuchar lo que me estás contando
- Tengo cosas más importantes que hacer
- Eres un cansino y me aburres
- No quiero establecer una relación contigo
Partiendo de la base de que todos tenemos derecho a no comprar algo, ni a comprar siempre en el mismo sitio, ¿tenemos la obligación de explicar el motivo por el que no compramos? Obviamente no.
Al igual que en el Ghosting de las relaciones de pareja, exponer los motivos del rechazo de una oferta puede convertirse en algo desagradable. Supone dar explicaciones, lo que en general muchas personas prefieren evitar. Incluso puede abrir la puerta a los reproches. «Nos quedamos ayer currando hasta las 2, podríamos habernos ido a casa»
Nadie quiere explicaciones y reproches en la relación con sus proveedores. Por eso a veces lo más fácil es ignorar a una persona a la que con suerte uno no va a volver a ver. Y aunque a nadie le gustaría ser víctima del Ghosting, lo hacemos por dos motivos:
- Porque asumimos que la otra persona se va a dar por enterada de que no queremos comprarle nada y acabará por desistir
- Y porque no vemos directamente la incertidumbre o duda que generamos en el vendedor ni las explicaciones que tiene que dar en su empresa. Al fin y al cabo, cómo haya gestionado las expectativas ante sus responsables es asunto suyo
Lo que pasa es que alguna mente perversa inventó los conceptos de «prospect», «lead», «Funnel», «CRM» y otras aberraciones infames, y por eso cada mes tienes un contacto de alguien que te abrasa para ver qué pasa con lo suyo. Con lo suyo, no con lo tuyo. No te llama para ver cómo estás, qué tal van las cosas, si tienes algún problema, nada nada, te llama para ver si cambia el estado de una oportunidad registrada en su SalesForce de «Negotiation/Review» a «Closed Won».
El subconsciente de estas personas desea en secreto que les digas que te dejen en paz para poner de una vez la oportunidad como «Closed Lost» y no tener que volver a llamarte, porque les da vergüenza.
Y por eso el primer griego que quiso deshacerse del primer fenicio se inventó El Motivo.
Ghostbusting
Supongo que ya sabes que El Motivo es el precio. «No, es que sois muy caros». Es la mentira piadosa de la venta.
- Es universal: la mayoría de las personas creen que las ventas se basan en el precio
- Es un argumento incontestable: nadie sabe el precio de sus competidores
- Permite delegar la responsabilidad del rechazo en un tercero sobre el que no se puede influir: como El Área de Compras (si hubiera Polis Malos en el Lado Oscuro trabajarían en el Área de Compras)
Osea, es el camino fácil.
Hay un antes y un después en la venta, y es cuando dejas de escuchar El Motivo. Cuando alguien se toma la molestia de explicarte que no has entendido lo que necesita. O que le estás poniendo unas condiciones que sinceramente, no tiene por qué asumir; que las condiciones las pone él que para eso paga. O porque no se cree que seas capaz de cumplir y no se quiere jugar su dinero, su ascenso o su variable en una lotería. O simplemente, que hay más empresas ahí fuera perdiendo el culo para trabajar con él, que le hacen más caso y se lo toman más en serio. Etc.
Esa clase de explicaciones requieren una relación de confianza entre cliente y vendedor que muy pocas personas cultivan.
Sobre todo piensa. ¿Cuándo has dado explicaciones a un vendedor? ¿Cuando te has sentido obligado a hacerlo? Nah. Lo has hecho cuando has creído que era importante explicar tus motivos. Porque estás construyendo una relación con esa persona/empresa. De la misma manera tu cliente te las dará cuando considere valioso construir una relación contigo.
Sólo te harán Ghosting cuando quieran perderte de vista. En ese caso no insistas y trata de entender por ti mismo los motivos.
PS- A Debbie Harry tampoco la llamaban