The Walking Deaf
No hay más sordo que el que no quiere oir, y no hay más ciego que el que no tiene ojos. No conozco a nadie que quiera trabajar en una Empresa Z, y aún así, lo más seguro es que muchos de vosotros trabajéis en alguna. ¿Cómo saber si trabajas en una Empresa Z?
El concepto Empresa Zombie es demasiado bueno como para que se me haya ocurrido a mí, lo reconozco. En realidad, lo aplicó por primera vez Edward Kane durante la Crisis de los Ahorros y Préstamos de los 80, para definir a entidades financieras que mantenían su capacidad de operar gracias a préstamos y ayudas gubernamentales, pero al ser insolventes ni podían hacer frente a su deuda, ni mucho menos generar beneficios. Llevado al mundo de la empresa, una Empresa Z mantiene su actividad profesional a base de líneas de financiación, sin embargo, los beneficios que el negocio genera no son suficientes como para pagar la deuda.
Mi visión de las Empresas Z es ligeramente diferente. Hace referencia a la extinción de la innovación, la dilución de la toma de decisiones, la disminución del talento y por tanto, la globalización de la mediocridad. Personalmente, estoy convencido de que hay empresas que generan excelentes resultados económicos, a costa de anular la creatividad y la iniciativa de sus trabajadores. De convertirles en piezas de una maquinaria. Para mí, una Empresa Z es aquella en la que el motor del crecimiento se alimenta de la iniciativa y la creatividad de las personas.
Querido lector, tómate tu tiempo para responder a este sencillo test que te ayudará a saber si trabajas en una Empresa Z:
- ¿Puedes elegir la forma en que haces tu trabajo?
- ¿Para tomar una decisión tienes que reunirte con más de 2 personas?
- ¿Cuántas versiones de Office han salido desde que se actualizaron los manuales de procesos?
- ¿Te comunicas con tus responsables exclusivamente por correo electrónico para que todo quede por escrito?
- ¿Transmites mensajes en los que no crees?
- ¿Sientes que aprendes de los compañeros con los que trabajas?
- ¿Se antepone la burocracia al servicio al cliente?
- ¿Alguna vez has escuchado que «esto siempre se ha hecho así»?
- ¿Has admirado el trabajo de alguien en la última semana?
- ¿Te recomendarías tu empresa a ti mismo?
Si después de hacerte estas preguntas todavía no tienes claro si trabajas o no en una Empresa Z, posiblemente seas un Empleado Z.
Empleados Z
Como ya dijimos en su día, las Empresas Z son máquinas generadoras de Empleados Z. En palabras de Emma Salamanca, que desde TalentoIT apuesta por el Lado Humano de la Tecnología:
Dejando a un lado la definición de aquellas empresas que sobreviven a base de ayudas públicas y que no tienen dinero ni para cerrar, prefiero centrarme en la parte más psicológica, dejando claro una cosa muy muy importante, cuando un empleado llega al estado zombie, es casi imposible su curación y no menos importante, el contagio está asegurado si no se toman las medidas adecuadas.
Empleados «Walking Dead»: Son aquellos que ni sienten ni padecen su empresa, su trabajo y lo único que les mueve es mantener su trabajo haciendo lo mínimo emocional y racionalmente posible. Profesionales carentes de pensamiento crítico, creatividad, motivación, solidaridad, pasión. Se mueven por inercia, sin cerebro, sin corazón.
Hay que tener en cuenta una cosa, y es que no todo el mundo tiene por qué ser una persona creativa, ni se le puede pedir pasión a alguien que realiza un trabajo rutinario para el que está sobrecualificado. Todos somos diferentes, y por tanto tenemos diferentes motivaciones y objetivos en la vida; hemos hablado en este blog en muchas ocasiones al respecto. Pero si por su entorno laboral una persona con pensamiento crítico dedice conformarse; una persona creativa se convierte en un gris burócrata; una persona motivada decide bajar los brazos; un profesional comprometido cree que un problema de sus compañeros no es asunto suyo; o una persona apasionada pierde las ganas de cambiar el mundo, es síntoma inequívoco de la zombificación.
Es fácil saber si nos están zombificando: todos tenemos muchas facetas, la personal, la profesional, la familiar… Piensa en tu faceta profesional. ¿Eres la persona que quieres ser? ¿Te estás anulando? Peor aún, ¿estás anulando a otras personas? Ser un Empleado Z es horroroso, pero peor todavía es ser un fabricante de Empleados Z.
Sobrevivir a las Empresas Z
El proceso de zombificación de una empresa no ocurre de un día para otro. Es algo que lleva su tiempo. Por tanto, parecería legítimo preguntarse ¿es que nadie se da cuenta? Al igual que en cualquier película del género, serie de televisión o cómic, un trabajador de una Empresa Z pasa por los siguientes estados:
- Negación. Todo va bien. En realidad es algo temporal. Al fin y al cabo, no son Zombies, son Infectados. Seguro que hay una cura. Las Autoridades Competentes saben lo que hacen.
- Esperanza Vana. Seguro que las cosas van a mejorar, ¿no? Es un bache. Todos pasamos alguna vez por un bache, ¿no? He hablado con mi primo, por allí también les está yendo regular.
- Esto tiene mala pinta. ¿Has visto lo que ha pasado en el departamento de contabilidad?
- No puede pasarme a mi. En realidad soy diferente. Yo tengo estudios. Y experiencia. Estoy preparado. Voy a hablar con mi director. Estoy seguro de que esto tiene solución, puedo sobrevivir.
- ¿Demasiado tarde? ¡ARRGH! ¡Me están comiendo!
Los amantes del género Z (Z de Zombie) sabemos que siempre hay una encruzijada. El héroe se enfrenta a una difícil decisión que se resume en: ¿debemos luchar para encontrar una cura (habitualmente en la forma de vacuna)? ¿O me limito a salvar el pellejo?
Muchas personas eligen luchar. Deciden poner su empeño y energía en hacer que las cosas cambien. ¿Hay futuro en una Empresa Z? ¿Tiene sentido luchar por él? Ese es, amigos míos, el quid de la cuestión. En palabras de José María Puerta, Social Media Manager de Barceló:
La primera pregunta que tienes que hacerte antes de decidir nada es: ¿Es mi guerra? En caso afirmativo, la siguiente es ¿Tengo alguna posibilidad de ganarla? Contestadas estas dos cuestiones, el resto es relativamente sencillo a la par que costoso, sea cual el camino de acción elegido.
Por lo demás, para ser un zombie hay que tener madera, algunos van directamente de la cuna a la tumba sin conocer otro estado; otros, caen en ese abismo por perder perspectiva y/o por una falsa asunción de comodidad. La vida en general no es justa, ni tampoco lo contrario. A partir de unos mínimos de consciencia, capacidad y madurez, depende en gran medida de tus decisiones que te toque algo más de pastel que de barritas dietéticas.
Yo sin embargo con el tiempo me he vuelto más excéptico. He llegado a la conclusión de sólo tiene sentido tratar de salvar una Empresa Z siendo una figura de dirección de la misma (CEO, Socio, o Director), y poder así tomar las decisiones (habitualmente ligadas a la amputación) encaminadas a deszombificarla. En caso contrario, vas a tirar mucha de tu energía por el retrete. No merece la pena. Coincide con esta opinión Carlos Ramiro, tras más de 12 años de trabajo en el mundo de los Recursos Humanos:
La vacuna es un «líder capaz«, con visión, entusiasmo y empuje. La cura es despedir al líder Z y poner uno como el descrito anteriormente.
¿Hay SalvaZión?
A estas alturas de la vida hay que tener claro que no debemos dejar que nadie nos arrebate la ilusión por el trabajo. Y que nuestra forma de ser no es algo coyuntural. Es la suma de unos valores que hemos adquirido a lo largo del tiempo, desde nuesta infancia, nuestro paso por la escuela, la universidad, nuestro primer empleo…
Por lo general, todos tenemos una actitud ante el trabajo, ante la presión, ante los problemas, ante el compañerismo… Si nos sentimos orgullosos de esa forma de ser, no dejes que nada ni nadie la anule. Eso no quiere decir, ojo, que no debas aprender a canalizar tu creatividad, o a elegir la forma en la que abordas la toma de decisiones. Pero recuerda el test. Si te están convirtiendo en un Zombie profesional, piensa hasta qué punto merece la pena luchar contra corriente. Si lo objetivizas, te darás cuenta de que si te están convirtiendo en un Zombie posiblemente sea porque prefieren que seas un Zombie.
Al fin y al cabo, no estamos hablando de tu vida, estamos hablando del trabajo. Hay más empresas. Algunas incluso funcionan bien, dejan espacio para que las personas se desarrollen y crezcan. Para que aporten lo mejor de sí mismas. Para que construyan. Para que enseñen. Para que aprendan. No te creas a pies juntillas el mantra que han elegido los gurús para este año: no eres menos por trabajar por cuenta ajena. Así que tampoco seas un Zombie. Si te están zombificando, haz las maletas.