Delegar es Hacer Más Cosas

El infierno son los otros

Hace días vimos que el principal motivo por el que nos cuesta lograr nuestros Objetivos es una gestión ineficaz del tiempo, sobre todo porque nos dedicamos a hacer cosas que son Urgentes para otra persona pero No Importantes para mí. Hay muchos términos técnicos que definen este tipo de tareas: «movida», «fuego» y «marrón» (la más habitual). Dejar que esas situaciones dirijan nuestra actividad profesional acaba suponiendo que las tareas que nos hemos fijado para conseguir Nuestros Objetivos no avancen. Si nuestros objetivos no avanzan pero estamos todo el día haciendo cosas, tendemos a sentir  frustración personal y sensación de pérdida de tiempo.

Bien, admitamos que salvo las setas, todos tenemos Objetivos en la vida y lo más normal además es que estemos tratando de conseguirlos. Siento si lo que os voy a decir suena crudo, pero todos somos herramientas para que otros consigan sus objetivos en el ámbito laboral (en el personal también, pero esto no es un consultorio sentimental)

En una empresa hay tres tipos de relaciones: la del de arriba con el de abajo, la del de abajo con el de arriba, y las de los que están a los lados. Todos tienen sus objetivos. Todos tienen muchas cosas que hacer. Todos tienen poco tiempo. Exacto: una oficina es un lugar lleno de gente dispuesta a encalomarte sus marrones como te descuides.

Boba Fett

«Me levanté un momento a la máquina del café y ¡BANG! me enmarronaron» (Imagen de Stéfan)

La buena noticia es que si nosotros, con nuestro trabajo, hacemos que otras personas consigan sus objetivos, ¿será posible a su vez que otras personas con el suyo nos ayuden a conseguir los nuestros? Supongo que sabéis que la respuesta es , lo que pasa es que a lo mejor no sabéis cómo lograrlo.

Delegar es Hacer Más Cosas

Si tuviera que hacer un ránking sobre las palabras más gastadas, pisoteadas, manoseadas y prostituídas del ámbito laboral, supongo que tendría que echar a cara o cruz si la número uno es «DELEGAR» o «TALENTO». Delegar es traspasar a otra persona la realización de una tarea para conseguir unos objetivos.

A través de la delegación, conseguimos centrar nuestro tiempo en actividades que consideramos Urgentes e Importantes, o No Urgentes pero Importantes; siendo la palabra «Importantes» el factor común. No podemos Delegar aquello que es Importante para nosotros. Tengamos en cuenta que DELEGAR no es COMPARTIR, ni AYUDAR ni COLABORAR.

  • Las actividades que son Importantes para nosotros, tenemos que hacerlas nosotros. No necesariamente tenemos que hacerlas solos, lo mismo tenemos que buscar a alguien que Colabore o nos Ayude.
  • Las actividades Urgentes que no son Importantes, las tienen que hacer otros. Otros en los que delegamos. A los que podremos Ayudar, etc.

Si ejercemos una delegación efectiva, compartimos parte de nuestro ámbito de trabajo con otras personas, por lo general, debajo de nosotros en el escalafón de la organización. Así que Delegar es hacer más cosas, porque te permite dedicar tu tiempo a aquello que es Importante para ti, a estar más cerca de tus objetivos personales. Pero ademas, Delegar hace que otras personas crezcan profesionalmente.

Robin

«Caracolas, ¿qué no me dijo Batman que podría aparcar el Batmóvil?» (Imagen de bounce)

Efectivamente, cuando delegamos, no sólo conseguimos invertir mejor nuestro tiempo; además desarrollamos y formamos a nuestros colaboradores en aspectos en los que quizá no se sientan cómodos, o no sean su labor habitual. Les obligamos a resolver problemas nuevos, problemas diferentes. Les hacemos pensar. Habrá excépticos que se rían de esto, pero Delegar aumenta la motivación de los profesionales porque les permite asumir nuevos retos y tomar nuevas decisiones (imagino que habrá personas que no quieren asumir nuevos retos ni crecer profesionalmente, pero ese es su problema)

Qué coño, en todas las empresas debería haber alguien asegurándose que todo el mundo delegase algo cada cierto tiempo. Menos los becarios, claro. Los becarios deberían ser auténticos yonkis de la delegación, deberían ir por los pasillos buscando gente a la que quitar marrones de encima para hacerlos ellos. Y así, de abajo a arriba. Yo siempre he pensado mi trabajo consistía en resolver los problemas de mi jefe.

En fin, personalmente creo que Delegar es una de las mejores prácticas de gestión de todos los tiempos, algo que se debería enseñar en las Universidades y en las Escuelas de Negocio. Delegar es uno de los principios de la gestión del tiempo. Pero para que funcione, hay que saber cómo.

Los principios de la Delegación

Si Delegar fuese fácil, no habría necesidad de pasarse un domingo por la tarde escribiendo sobre ello. Hay algo esencial para Delegar, tanto, que merece ser enunciado como una Ley Natural.

Primera Ley Natural de la Delegación: Se Delega la AUTORIDAD, pero nunca la RESPONSABILIDAD

Esto es importante. La Responsabilidad sobre la tarea y sus resultado siempre es nuestra. Lo que delegamos es la autoridad para que otra persona la haga en nuestro nombre. Por eso, cuando delegamos, es fundamental que junto con la autoridad para realizar una tarea, nos aseguremos de haber transmitido los Objetivos de la misma. Es decir, la persona tiene que tener claro qué debe lograr y cómo saber si lo ha logrado. Pero qué va a hacer para conseguirlo es asunto suyo, debe tener la capacidad de decidir la forma en que va a asumir ese trabajo, de elegir los medios que va a emplear y la forma de emplearlos.

Segunda Ley Natural de la Delegación: Define claramente el OBJETIVO y la forma de medir su CUMPLIMIENTO

Cuando delegamos, estamos cediendo a otra persona la capacidad de toma de decisión según sus propios principios. Por otra parte, al Delegar también es importante que establezcamos las reglas de la delegación, la forma en que vamos a medir los resultados y los puntos de control que vamos a fijar para comprobar el avance. Esto es muy importante, porque al Delegar no nos estamos deshaciendo de una tarea. Hemos dicho que Delegar supone entregar la Autoridad para hacer un trabajo, pero la Responsabilidad de que se lleve a cabo con éxito sigue siendo nuestra.

Tercera Ley Natural de la Delegación: Cuando delegamos, no perdemos el control de la tarea; porque DELEGAR no es lo mismo que ABDICAR

Por último, recuerda que para que la delegación sea efectiva y permita que las personas se desarrollen, tienes que dejarles que tomen decisiones. La persona en la que le delegues tiene que hacer las cosas a su manera, como considere que es correcto; y tú tienes que marcarte puntos de control para ver si lo está haciendo bien. O para ayudarle si te lo pide. Pero no caigas en la trampa de decirle a la persona cómo tiene que hacer su trabajo.

Cuarta Ley Natural de la Delegación: No existe la Delegación sin Autoridad

Si le dices a la gente cómo tiene que hacerlo le estás quitando autoridad, te estás cargando todos los efectos beneficiosos de su crecimiento porque estás convirtiendo a alguien en el Chico de los Recados, y nadie quiere ser el Chico de los Recados.

Al Capone

Al Capone empezó siendo el chico de los recados de Johnny Torrio (Imagen de The-Lane-Team)

Tres motivos por los que no delegamos

Si Delegar es tan bueno para ti, y tan positivo para tus colaboradores, ¿por qué no lo haces? Principalmente, por tres motivos, todos ellos relacionados con tu inseguridad personal.

  1. No delegas porque las personas que trabajan contigo no están capacitados para hacer el trabajo. Esto es lo mismo que pensar que las personas que te rodean son básicamente un hatajo de inútiles. Al fin y al cabo, el único que sabe cómo se hacen bien las cosas eres tú, los demás no tienen ni puta idea. Y no tienes tiempo de explicarles cómo lo tienen que hacer, estás muy liado. La van a cagar y luego te va a tocar a ti arreglarlo. Y ya sabes lo que dice el refrán, «si quieres hacer algo bien, hazlo tú mismo». El primer motivo para no Delegar es que no confías en la gente con la trabajas. Debe ser bastante triste trabajar con gente en la que no confías. ¿Por qué lo haces? Deberías buscar gente nueva. Aunque claro, a lo mejor es más fácil que seas tú el que cambies de empresa.
  2. No delegas porque tienes miedo a ceder Autoridad. Crees que Delegar es perder poder. En ese caso, deberías reflexionar sobre el capítulo anterior. Cuando delegas no pierdes la responsabilidad sobre la tarea; mantienes el control de la misma, eres el que dice lo que hay que hacer, el que determina si se ha conseguido, y al que reportan cada cierto tiempo. Además, ¿qué necesidad tienes de tener poder sobre cosas que No Son Importantes?
  3. No delegas porque no sabes organizar el trabajo de otras personas. No sabes explicarles qué tienen que hacer, ni sabes determinar cómo van a conseguir su trabajo, ni eres capaz de organizarte para medir el seguimiento. Tienes miedo de que al Delegar no vas a saber conseguir que otras personas alcancen los objetivos que les planteas, o que lo hagan de otra manera diferente a la tuya. De otra manera mejor. Tienes miedo de que te dejen en entredicho. No quieres dar oportunidades a otras personas no sea que brillen más que tú. Cuando en realidad, si lo piensas bien, cuando delegas refuerzas tu liderazgo, porque precisamente cuando las personas crecen y desarrollan sacan lo mejor de sí mismas. Y eso ocurre gracias a ti.
Von Karajan

Herbert Von Karajan no lo hubiera logrado sin la Orquesta Filarmónica de Berlín (Imagen de music2020)

Por si acaso te queda alguna duda, recuerda que el motivo subyacente de la delegación es puramente egoísta: vas a Delegar las tareas Urgentes pero No Importantes, aquellas que hacerlas no te aportan valor y que te alejan de tus Objetivos. La próxima vez que tengas la oportunidad de hacerlo, delega. Aunque sea, hazlo por ti.

9 comentarios en “Delegar es Hacer Más Cosas

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  2. Compartiendo mucho de lo que expones la verdad que el final de la entrada me ha chafado un poco » vas a Delegar las tareas Urgentes pero No Importantes, aquellas que hacerlas no te aportan valor y que te alejan de tus Objetivos» seguramente ese sea un modelo en el cual hay una cabeza y muchos brazos, pero creo que es mejor delegar cuando otro lo va ha hacer mejor que tu o para aprovechar las capacidades de toda esa gente estupenda que nos rodea y hacer una empresa/departamento o lo que sea multimente y no multimanos

    • Hola Pepe,

      gracias por la reflexión. Ten en cuenta que esta entrada forma parte de una serie de artículos sobre organización personal y aprendizaje de la gestión del tiempo. En este artículo https://carlosguardiola.com/2013/10/06/urgente/ intentaba exponer cómo saber en cuáles de tus tareas conviene centrarte; y en el de la Delegación hablaba sobre cómo aprender a implicar a otras personas en tus tareas.

      Es decir, no es hilo de artículos sobre gestión empresarial, no estoy hablando de empresas ni departamentos en ningún momento; sino de personas que sienten que se pasan el día haciendo cosas, obsesionadas con tener su Inbox a 0, que salen a las tantas de currar, que no ven a sus hijos o a sus parejas, etc., y que sienten que están «perdiendo el tiempo».

      Por ejempo, como padre intento no delegar en otra persona llevar a mi hijo a natación, porque es importante para mí, y forma parte de mis objetivos. A lo mejor si lo ves de esa perspectiva te sientes un poco menos chafado. Saludos

  3. Gracias Carlos 🙂 El chafamiento viene porque me el post esta muy bien no por lo contrario !!

    Con el hilo me queda mas claro el punto de vista, solo habia visto este articulo de forma aislada, pero ya tienes otro seguidor del blog

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